El profesor de Derecho de la Comunicación, Juan Martínez Otero, de la Universidad CEU-Cardenal Herrera de Valencia, acaba de publicar el libro “Tsunami digital, hijos surferos” para, con sentido positivo, aprovechar las oportunidades que ofrece el mundo digital en la educación. El prólogo es de Leopoldo Abadía.
Juan Martínez Otero está especializado en nuevas tecnologías y protección de menores y ha participado en comisiones de estudio en el Parlamento Europeo, en el Congreso de los Diputados y en el Senado.
“Con mi experiencia de profesor y de colaborar con ONG dedicadas a tareas culturales y sociales con gente joven, pretendo que sea una ayuda para los padres en la tarea de educar a sus hijos ante el fenómeno imparable de la cultura digital, con sus múltiples oportunidades pero también con riesgos variados: deben perderle el miedo al tsunami, y así ayudar a que sus hijos hagan “surfing”, evitando peligros y avanzando sin miedo”, ha manifestado Martínez Otero a Religión Confidencial.
Martínez Otero afirma que el fin de este libro, original y divertido, es “ayudar a que los hijos crezcan y disfruten con internet en la actual cultura”, y que “los padres son los primeros educadores, que siempre han de tener una actitud positiva en la educación, sin limitarse a lamentar lo difícil que es todo”, ha subrayado.
La obra está prologada por el aragonés Leopoldo Abadía, profesor conocido sobre todo por su libro “La crisis Ninja” acerca de la crisis económica, y otros libros donde expone con gran sentido común problemas económicos o sociales de los tiempos actuales, con una buena dosis de buen humor.
“Los retos de la cultura digital, analizados por el experto profesor Abadía, no son sólo para gente joven, sino para todos, y lo dice él que tiene 83 años, con hijos y nietos”, afirma Martínez Otero.
Tres posibles actitudes
Martínez Otero desarrolla en este libro, como ya adelantó este Confidencial, tres posibles actitudes ante lo que califica “tsunami digital”.
Una posible actitud es la aceptación acrítica e ingenua, que “hará de los hijos unos náufragos tecnológicos”.
Otra actitud puede ser la resistencia obstinada y restrictiva, que “aislará a los hijos como robinsones cibernéticos, ansiosos de escapar al control de sus padres, y eso puede suceder cuando la educación se plantea en términos de “control” en vez de formación”, subraya Martínez Otero, que destaca que “no se puede formar si no se conoce el mundo digital”.
La apuesta del libro es la tercera actitud posible: “Ilusión por dominar las herramientas y superar sus desafíos, ayudando a los hijos a que sean surferos digitales”.
religionconfidencial.com
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