–En el último retiro rezamos el Ave, Regina cælorum, y al final se dijo: -Dignare me laudare te, Virgo sacrata. -Da mihi virtutem contra hostes tuos. ¿Cómo se traduce eso?
–Concédeme la gracia de alabarte, Virgen sagrada. Dame fuerza contra tus enemigos.
Como ya avisé, espero con el favor de Dios publicar un artículo sobre la Virgen en Fátima en cada uno de los días de sus seis apariciones. Y entre una y otra, también con el favor de Dios, espero ir publicando documentos de los Papas sobre Fátima escritos en estos cien años (1917-2017).
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El papa Benedicto XV es constituido Papa el 3 de septiembre de 1914 (+1922). Es decir, un mes después del comienzo de la Primera Guerra Mundial, que suele señalarse el 4 de agosto de 1914, cuando las tropas de Alemania invaden Bélgica. Giacomo Paolo Giovanni Battista della Chiesa (Génova 1854-Roma 1922), antes de su elección pontificia, había trabajado en el Servicio Diplomático de la Santa Sede, procurando sin conseguirlo la paz de la terrible guerra que se estaba gestando. Y ya en pleno fragor de la gran Guerra, el Papa ve que sólo una intervención de Dios, sobrehumana, celestial, podrá frenar la avalancha de males que amenaza sobre todo las naciones europeas de antigua filiación cristiana.
Partiendo de esta convicción, Benedicto XV escribe una epístola al cardenal Pietro Gasparri, su Secretario de Estado, encargándole mandar a los Obispos de todo el mundo que añadan a las Letanías de Loreto la invocación «Regina pacis, ora pro nobis».
EPISTOLA
Il 27 APRILE 1915 DEL PAPA BENEDETTO XV
AL CARDINALE PIETRO GASPARRI, SEGRETARIO DI STATO,
AFFINCHÉ I VESCOVI DI TUTTO IL MONDO
AGGIUNGANO NELLE LITANIE LAURETANE L’INVOCAZIONE «REGINA PACIS, ORA PRO NOBIS »
[Y al final del texto dice:] Dal Vaticano, 5 maggio 1917.
Como se ve, el portal digital de la Santa Sede (vatican.va), sin ninguna explicación, da a este documento una fecha en su encabezamiento y otra diferente al final. Quizá, como parece suponerlo la Red de Fátima, la primera fecha corresponde a la carta del Papa a su Secretario de Estado, y la última a la difusión pública del mismo documento a toda la Iglesia.
Reproduzco algunos fragmentos de la Carta pontificia.
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«Conjuramos encarecidamente a los Estados, en el nombre de Dios y de la humanidad, a abandonar los propósitos de mutua destrucción y avanzar hacia un acuerdo justo y equitativo.
«Pero Nuestra voz afanosa, pidiendo el fin del vasto conflicto, el suicidio de la Europa civilizada, fue entonces y todavía hasta ahora desoída. Parece que la oscura marea del odio crece más y más entre las naciones beligerantes, y la guerra, envolviendo a otros países en su espantoso remolino, multiplica las ruinas y los estragos.
«Sin embargo, Nuestra confianza no disminuye […] Y como todas las gracias que el Autor de todos los bienes se digna conceder a los pobres descendientes de Adán, por amoroso designio de su Divina Providencia, vienen distribuidas por las manos de la Virgen Santísima, Nos queremos que a la Gran Madre de Dios, en esta hora más tremenda que nunca, se eleve viva y confiada la súplica de su muy afligidos hijos. Damos, pues, al Señor Cardenal el encargo de comunicar a todos los Obispos del mundo Nuestro ardiente deseo de que se implore al Corazón de Jesús, trono de gracia, y que a este trono se acuda por medio de María. Con ese fin Nos ordenamos que, desde el comienzo del próximo mes de junio, quede fijada en las Letanías Lauretanas la invocación “Regina pacis, ora pro nobis” […]
«Elévese, por tanto, hacia María, que es Madre de misericordia y omnipotente por la gracia, desde todos los lugares de la tierra, desde los templos más nobles hasta las más pequeñas capillas, desde los palacios regios hasta las más pobres casuchas, desde allí donde haya un alma fiel, desde los campos y los mares ensangrentados, la piadosa y devota invocación [“Regina pacis, ora pro nobis” ], y llegue hasta Ella el grito angustiado de las madres y esposas, el gemido de los niños inocentes, el suspiro de todos los corazones bien nacidos. Que su dulce y benignísima solicitud sea conmovida, y sea obtenida la paz suplicada para este mundo convulso. Y que los siglos futuros recuerden la eficacia de Su intercesión y la grandeza de los beneficios por Ella conseguidos […]
«Del Vaticano, 5 mayo 1917.
Benedictus PP. XV»
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El 13 de mayo de 1917 la «Regina pacis» acude a la llamada del Papa Benedicto XV y de toda la Iglesia, y se aparece en Fátima a tres niños que juegan en una cuesta de Cova de Iria. «–No tengáis miedo… Soy del cielo… Vengo a pediros que vengáis aquí seis meses seguidos, el día 13 a esta misma hora… ¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera enviaros, en acto de desagravio por los pecados con que es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores? –Sí, queremos… –Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz para el mundo y el fin de la guerra.
José María Iraburu, sacerdote
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