Elena, juez, afirma que “está en plena faena”. Madre de 5, la mayor tiene 6… Valoró el hecho de haber estudiado en la Universidad de Navarra “porque las cosas se fraguan desde el principio… no ocurren por casualidad...”. En plena oposición a la judicatura anunció que se casaba −sus preparadores “ya no daban un duro por mí desde ese momento”− y luego que esperaba el primer hijo.
Suspendió en la semana 38 del embarazo. Al año siguiente aprobó, embarazada en la semana 34 del segundo… y dejando al tribunal “dudando” de si era el mismo embarazo del año anterior. Cuando esperaba al tercero, el presidente de la Audiencia Provincial le preguntó si a ella le gustaba más la carrera judicial o los niños.
“A mí, en realidad, lo que me gusta es mi marido”, contestó. Reconoce que los bebés no le gustan, que los prefiere de mayores… que es una etapa en la que hay que estar, “un periodo contemplativo”, lo denomina con humor… No conoce las bajas maternales hasta el 4º hijo. Se trata de una forma de vivir la vida, orientada a ello desde el principio.
Se define “firme defensora del hombre”, porque los padres ausentes causan grandes males en la familia. De hecho, contó que mientras escuchaba a las panelistas anteriores había mandado captura de pantalla de la tarjeta de su mutua sanitaria a su marido… porque del colegio la avisaban de que tenía a dos hijas con fiebre! Los padres pueden cuidar de las hijas con fiebre tan bien −como mínimo− como las madres…
Nuria Chinchilla, en blog.iese.edu.
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