15 de mayo.

Relicario con los restos de San Isidro. Madrid.

¿QUIÉN FUE SAN ISIDRO?

  San Isidro es por excelencia el patrón de los campesinos, es el santo a quienes muchos acuden para que llueva y los madrileños le tienen un especial aprecio porque es su patrón.
La mayoría de personas que han escrito sobre la vida del santo sitúan su nacimiento a finales del siglo XI, y la fecha en que muchos se han puesto de acuerdo es en la de 1080, pero nadie ha sabido aún en que barrio nació, seguro que no lo hizo en el de Las Rozas ni tampoco en un piso de alto standing del Paseo de la Castellana porque en aquella época, no existían. Ten en cuenta, que Madrid, por aquellos tiempos no dejaba de ser un pueblo agrícola, y que la capital hispánica, por decirlo así, era Toledo. Las tradiciones sitúan su bautizo en la iglesia de San Andrés de la capital madrileña.

El nombre de Isidro -que no es más que una derivación de Isidoro- fue en honor al Arzobispo San Isidoro de Sevilla. Muchas de las cosas que sabemos de este buen hombre es gracias a Juan Diácono, que en el siglo XIII escribió su biografía, la “Vita Sancti Isidori”. Él nos retrata a un hombre ejemplar, de buen corazón y muy bondadoso con los más necesitados.

Parece ser que una de las primeras ocupaciones de Isidro fue la de pocero, o sea, cavar pozos, al servicio de la familia Vera hasta que se trasladó a trabajar a Torrelaguna, donde contrajo matrimonio con una chica del pueblo llamada María Toribia, conocida más tarde con el nombre de Santa María de la Cabeza, también declarada santa. Fruto de su matrimonio tuvieron un hijo llamado Illán. Al cabo de unos años la familia regresó a Madrid, para cuidar las tierras de la familia Vargas. Fue en ese momento cuando Isidro realizó las tareas de labrador y pasase a ser conocido popularmente como “Isidro labrador”. Falleció en el año 1130.

Tradiciones

Sobre la figura del santo se han vestido muchas narraciones populares. La más conocida de ellas es la que nos presenta a un hombre muy piadoso que muy a menudo tenía que soportar las burlas de sus vecinos porque cada día iba a la iglesia antes de salir a labrar el campo. A veces, Isidro llegaba algunos minutos tarde al trabajo y sus compañeros lo denunciaron al patrón por holgazán. Juan de Vargas, que así se llamaba el propietario de la finca, lo quiso comprobar por si mismo, y un buen día se escondió tras unos matorrales situados a medio camino entre la iglesia y el campo. Al salir del templo le recriminó su actitud. Cuando llegaron al campo, su patrón vio por sorpresa que los bueyes estaban arando ellos solos la parte que le correspondía al buen Isidro. El patrón entendió aquél hecho como un prodigio del cielo.

También es conocida “la olla de San Isidro”. Se cuenta que cada año nuestro amigo organizaba una gran comida popular donde eran invitados los más pobres y marginados de Madrid. Sin embargo, en una ocasión el número de de presentes superó lo previsto y la comida que habían preparado no llegaba ni a la mitad de los convocados. Isidro metió el puchero en la olla y la comida se multiplicó “milagrosamente”, hubo para todos y más.

Así mismo, hay un relato que nos dice que en un año de sequía y temiendo por la rentabilidad de la hacienda de su patrón, Isidro con un golpe de su arada hizo salir un chorro de agua del campo. Salió tanta agua de allí que pudo abastecer toda la ciudad de Madrid. Fíjate amigo cibernauta que en estas dos narraciones hay una homología en dos textos de la Biblia; la primera es una analogía del milagro de los panes y los peces de Jesús y la segunda de Moisés, que en el éxodo de Egipto hacia la Tierra prometida, golpeó una piedra con su bastón y salió de ella agua para saciar la sed de su pueblo.

En este apartado de “prodigios” no podríamos dejar de lado una curación atribuida a San Isidro y que le valió la beatificación. En tiempos del rey Felipe III (1578-1621) habiendo caído gravísimamente enfermo, a su regreso de Lisboa, en Casarrubios del Monte (Toledo), le fue llevado el cuerpo de San Isidro hasta su estancia real, y el monarca sanó milagrosamente. La beatificación tuvo lugar el 14 de abril de 1619, y tres años más tarde, el 12 de marzo de 1622, el Papa Gregorio XV lo canonizaría.

Amor a los animales

Durante toda su vida de labrador tuvo un gran aprecio con los animales. En ningún momento maltrató a los bueyes y a los otros animales de trabajo de la hacienda, todo al contrario. Existe una leyenda que explica que una día de invierno y mientras se dirigía al molino con un saco de grano sintió compasión de los pájaros que en la nieve ya no encontraban alimento y que estaban a punto de morir. Isidro limpió un pedazo de tierra apartando la nieve y vació allí la mitad del saco. Al llegar al molino resultó que el saco estaba tan lleno de grano como antes.

Devoción

El aprecio a San Isidro es notable para todas aquellas personas que trabajan en el campo, por lo tanto es el patrón de los campesinos y de los viticultores, así como de los ingenieros técnicos agrícolas. Como ya he comentado anteriormente es el patrón de la ciudad de Madrid desde el 14 de abril de 1619, día en que el Papa Pablo V firmó el decreto de su beatificación. Su protección a los campesinos y labradores españoles así como de todos los agricultores católicos del mundo fue declarada por el Papa Juan XXIII. Se le puede invocar para que llueva y tener una buena cosecha. En Catalunya, San Isidro comparte el patronazgo de los campesinos junto a San Galderic, un santo de la comarca catalano-francesa del Rosellón.

Como te puedes imaginar son muchas las ermitas que tiene dedicadas. La más popular es la que hay en Madrid, en el paseo Quince de Mayo en el barrio de Carabanchel, donde cada año en el día de su fiesta se bendice el agua de la fuente del agua, la misma que el santo hizo manar en tiempos de sequía. Fue construida en 1528 y la edificación actual corresponde al 1725. Cabe mencionar que el santo tiene dedicada en la capital de España una colegiata que fue construida entre los años 1626 y 1664 y que desde el año 1885 hasta 1993 actuó como catedral. Dicho templo está situado en la calle Toledo. Recuerda que la actual Catedral de Madrid y desde 1993 es la Catedral de la Almudena.

También me gustaría comentarte que en el Santuario de la Mare de Déu de les Salines (Nuestra Señora de las Salinas) situado a pocos kilómetros de Maçanet de Cabrenys (Girona) se organiza el domingo después al 15 de mayo un aplec (fiesta) que concentra a muchos devotos de la zona y de la parte catalana de Francia. Después del oficio solemne se reparte arroz y la tradicional “berena”, un pan redondo bendecido de unos 300 gramos. El origen de esta ofrenda arranca cuando, antiguamente se repartía comida a todos los pobres de la comarca que asistían al encuentro. Una fiesta muy popular que cosecha éxito desde el año 1974.

Cabe recordar que bajo el nombre de “San Isidro” se organizan durante los días colindantes a su onomástica diferentes ferias agrícolas en diversos pueblos de España.

El ejemplo de San Isidro

Sin lugar a dudas, Isidro es otro de los ejemplos a imitar por su sencillez y para ver también que Jesús se sirve de los hombres para que éstos colaboren en la sociedad para hacerla más justa e igual para todos. ¡Cuántos de nosotros no podríamos hacer el milagro de la “olla” si compartiésemos parte de nuestras ganancias con los más necesitados! Vaya desde aquí también un fuerte saludo a todos los trabajadores del campo, y sobretodo a los que están en condiciones inhumanas, piensa en los inmigrantes que dejan su tierra con la intención de prosperar en un país ajeno y que se encuentran en pésimas condiciones y cobrando un salario por debajo de lo que les correspondería. ¿Sabes que muchos de ellos han vendido o hipotecado sus casas de su país de origen para pagar el viaje a un nuevo país?.

Por otra parte, Isidro nos muestra como Francisco de Asís, San Roque y otros muchos santos, el aprecio hacia los animales. Es más, Isidro lo hace con aquellos que son sus propias herramientas de trabajo: los bueyes. Desgraciadamente, se tienen a los animales del campo como simples instrumentos y muchos aún no se han parado a pensar que son seres que sienten, igual que nosotros. En este caso, los animales son puestos al servicio del hombre de una forma gratuita, para nuestro provecho; bueno será reconocerles la ayuda que prestan a los trabajadores del campo. Gran ejemplo sin duda la que nos da Isidro.

Onomástica: 15 mayo

Oración

Glorioso San Isidro, tu vida fue un ejemplo de humildad y sencillez, de trabajo y oración; enséñanos a compartir el pan de cada día con nuestros hermanos los hombres, y haz que el trabajo de nuestras manos humanice nuestro mundo y sea al mismo tiempo plegaria de alabanza al nombre de Dios. Como tú queremos acudir confiadamente a la bondad de Dios y ver su mano providente en nuestras vidas. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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