No hay mayor alegría en la vida parroquial que la que trae consigo el ejercicio de la caridad. Y este caluroso día ha sido de un muy intenso ejercicio caritativo. Los voluntarios y voluntarias han dejado el descanso para atender a unas treinta familias con alimentos y a otras cuantas en sus problemas familiares ¡Felicidades amigos voluntarios!¡Dios os lo pague!¡Gracias!
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