Y lo celebro ya en casa, tras el estimulante retiro que he terminado de predicar a cincuenta y cuatro Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, en Torreánaz, Cantabria.
El silencio y la atención prestada me ha ayudado a ponerle ganas a la predicación. Y la placidez del lugar, su verdor, su belleza y la buena temperatura me han permitido disfrutar leyendo.
He podido saludar y hablar a la Madre Fundadora y la la Madre General, recordando el magnífico trabajo que realizan las Hermanas en el Seminario de Sololá, del que formé yo parte durante veinte años.
De regreso a la parroquia todo lo encontré en orden, por lo que agradezco el impagable trabajo de mi compañero y vecino párroco, Don Victor. También es de agradecer el cuidado de las feligresas para que todo esté a punto ¡Gracias!
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