Viernes 12 de Mayo de 2017
Misa a elección:
Viernes IV de Pascua. Blanco.
Santos Nereo y Aquiles, mártires. (ML). Rojo.
San Pancracio, mártir. (ML). Rojo.
Nereo y Aquiles, eran soldados romanos que se convirtieron a la fe cristiana, dejaron las armas, confesaron su fe y murieron mártires, durante las persecuciones del imperio romano en el siglo III. Su culto se encuentra atestiguado desde aquel entonces.
Pancracio, era un joven romano de catorce años, que nació en una familia cristiana donde otros integrantes ya habían sufrido el martirio por la fe. Pancracio fue martirizado en el año 304 en la Vía Aurelia de Roma, donde existe un antiguo templo en su honor.
Misa a elección:
Viernes IV de Pascua. Blanco.
Santos Nereo y Aquiles, mártires. (ML). Rojo.
San Pancracio, mártir. (ML). Rojo.
Nereo y Aquiles, eran soldados romanos que se convirtieron a la fe cristiana, dejaron las armas, confesaron su fe y murieron mártires, durante las persecuciones del imperio romano en el siglo III. Su culto se encuentra atestiguado desde aquel entonces.
Pancracio, era un joven romano de catorce años, que nació en una familia cristiana donde otros integrantes ya habían sufrido el martirio por la fe. Pancracio fue martirizado en el año 304 en la Vía Aurelia de Roma, donde existe un antiguo templo en su honor.
Antífona de entrada Apoc 5, 9-10
Nos has redimido, Señor, por medio de tu sangre, de todas las familias, lenguas, pueblos y naciones, y has hecho de nosotros un reino sacerdotal para nuestro Dios. Aleluya.
Oración colecta
Señor Dios, fuente de nuestra libertad y salvación, escucha nuestra súplica y, a quienes redimiste con la sangre de tu Hijo, danos la gracia de vivir para ti y encontrar en ti la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Señor Dios, recibe con misericordia la ofrenda de tu familia, para que bajo tu protección no pierda los dones recibidos y alcance los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Rom 4, 25
El Señor Jesús fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. Aleluya.
Oración después de la comunión
Señor, protege siempre con amor de Padre al pueblo que has salvado por la pasión de tu Hijo, y se alegra con su resurrección. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Lectura Hech 13, 26-33
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga: “Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios. En efecto, la gente de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, ni entendieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado, pero las cumplieron sin saberlo, condenando a Jesús. Aunque no encontraron nada en él que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo condenara. Después de cumplir todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del patíbulo y lo pusieron en el sepulcro. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo. Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo a nuestros padres, fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús, como está escrito en el salmo segundo: ‘Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy’”.
Palabra de Dios.
Comentario
La actitud de Pablo muestra su gran deseo de que los judíos acepten a Cristo. Esto se transformó en él en una pasión. No podía dejar a su pueblo natal fuera del mensaje de salvación. Y no ahorraba tiempo ni esfuerzos para que todos se unieran en la misma fe.
Sal 2, 6-12a
R. ¡Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy!
“Yo mismo establecí a mi rey en Sión, mi santa montaña”. Voy a proclamar el decreto del Señor: Él me ha dicho: “Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy”. R.
“Pídeme, y te daré las naciones como herencia, y como propiedad, los confines de la tierra. Los quebrarás con un cetro de hierro, los destrozarás como a un vaso de arcilla”. R.
Por eso, reyes, sean prudentes; aprendan, gobernantes de la tierra. Sirvan al Señor con temor; temblando, ríndanle homenaje. R.
Aleluya Jn 14, 6
Aleluya. “Yo soy el camino, y la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”, dice el Señor. Aleluya.
Evangelio Jn 14, 1-6
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: “No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, ¿les habría dicho a ustedes que voy a prepararles un lugar? Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy”. Tomás le dijo: “Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?”. Jesús le respondió: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”.
Palabra del Señor.
Comentario
“¿Cómo es aquel lugar? ¿Qué cosa significa ‘preparar el lugar’? ¿Alquilar un cuarto allá arriba? Preparar el lugar es preparar nuestra posibilidad de gozar, la posibilidad –nuestra posibilidad– de ver, de escuchar, de entender la belleza de aquello que nos espera, de aquella patria hacia la cual nos encaminamos”.
Oración introductoria
Señor, sosteniéndome con tu gracia me das la vida y, porque me amas, quieres mostrarme el camino, la verdad y el estilo de vida que me puede llevar a la felicidad. Ilumina mi oración, aparta la distracción para que pueda experimentar tu presencia y tu cercanía.
Petición
Jesús, quiero ser dócil a tus inspiraciones, ¡ilumíname!
Meditación
Hoy, en este Viernes IV de Pascua, Jesús nos invita a la calma. La serenidad y la alegría fluyen como un río de paz de su Corazón resucitado hasta el nuestro, agitado e inquieto, zarandeado tantas veces por un activismo tan enfebrecido como estéril.
Este discurso es un "adiós, pero estaré con vosotros". Para nosotros, dos mil años después, no es fácil captar el drama que la partida de Jesús significó para sus discípulos. Ellos habían dejado todo: casa, familia, amigos, posesiones, ... Y ahora, justamente en el momento de mayor peligro, cuando buscaban matar al maestro, Él dice que debe partir.
¿Qué harían sin Él? ¿Cómo continuarían la bella experiencia que habían hecho a su lado? Era un momento difícil. Jesús, que siempre sabe lo que hay en nuestros corazones, se anticipa a las preguntas. Les dice: "No se turbe vuestro corazón".
Con este mensaje podemos permanecer tranquilos sabiendo que vivimos en Cristo si estamos unidos a Él a través de los sacramentos. Sin embargo, si tratamos de buscar la felicidad fuera de Él, nos arriesgamos a perdernos, porque "ninguno viene al Padre si no es por medio de Mí". La oración bien hecha, la Misa bien vivida, la meditación en la Palabra de Dios, la confesión, la caridad fraterna vivida con magnanimidad, ... son los medios para vivir la amistad con Cristo, para vivir en el amor de Cristo: amor que es más fuerte que la muerte.
En medio de todo, Jesús, el Príncipe de la Paz, repite a los hombres de buena voluntad con su infinita mansedumbre: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí» (Jn 14,1). A la derecha del Padre, Él acaricia como un sueño ilusionado de su misericordia el momento de tenernos junto a Él, «para que donde esté yo estéis también vosotros» (Jn 14,3). No podemos excusarnos como Tomás. Nosotros sí sabemos el camino. Nosotros, por pura gracia, sí conocemos el sendero que conduce al Padre, en cuya casa hay muchas estancias. En el cielo nos espera un lugar, que quedará para siempre vacío si nosotros no lo ocupamos. Acerquémonos, pues, sin temor, con ilimitada confianza a Aquél que es el único Camino (no nos dejemos engañar), la irrenunciable Verdad y la Vida en plenitud.
Diálogo con Cristo
No soy católico por seguir unos mandamientos o creer en una doctrina, sino por seguir a una persona, que me ama. Jesús, quiero ocupar esa habitación que con tanto amor has preparado para mí. No permitas que sea indiferente a esta maravillosa verdad. Ayúdame a permanecer siempre cerca de Ti, por la frescura y la delicadeza de la vida de gracia, por los momentos de oración y por la fidelidad a las inspiraciones del Espíritu Santo.
Propósito
Ayunar de pesimismo para crecer en la esperanza de que, con Cristo, puedo ser santo.
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