Bocadillos espirituales para vivir el Tiempo Ordinario: Lunes de la 22 a. Semana – Ciclo A

“Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras que salían de sus labios. Y decían: ¿No es este el hijo de José? Y Jesús les dijo: “Sin duda me recitareis aquel refrán: “Médico, ¡cúrate a ti mismo!” “Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra”… lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba el pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba”. (Lc 4,16-30)


¡Qué difícil es ser uno mismo!

Todos se empeñan en hacernos.

Todos se empeñan ser nuestros moldes.

Es difícil ser uno mismo cuando no responde a lo que los demás piensan, quieren y esperan de uno.

Pueden admirarte, pero no eres lo que los otros piensan.

Pueden reconocer tus cualidades, pero no eres lo que otros esperan.

Y es ahí donde tantos fracasamos.

Nadie puede ser por nosotros.

Jesús tampoco se plegó a la incredulidad de los suyos.

Y hasta les dijo que era preferible ir a donde nadie le conocía porque sería mejor aceptado.

Que es más fácil hacer milagros fuera de casa que en la propia casa.


Por eso tenemos que plantearnos:

Si somos nosotros mismos.

Si somos copias de los demás.

Si nos plegamos a los caprichos de los otros.

Es todo un reto.

Pero que vale la pena nos lo planteemos:


“Es asombroso pensar que Dios fabrica las almas una a una, dándole a cada cual una personalidad propiamente suya e intransferible y que, a la vuelta de unos pocos años, el mundo ha conseguido ya uniformar a la mayoría, de modo que parezcamos más una serie de borregos que una comunidad de hermanos, todos diferentes.” (J.L.M.Descalzo)


La sociedad trata de pensar por ti.

Así, al descerebrarte puede disponer de ti para todos sus intereses.

No aceptas que tus padres quieran pensar por ti.

Pero sí aceptas que otros te impongan sus gustos, su mentalidad, sus valores.

¿En qué quedamos?


Nadie puede vivir por ti.

Tampoco nadie puede pensar por ti.

No serías tú mismo ni tus ideas serían tuyas, sino prestadas.

¿Cuánto te cobran luego por el alquiler de esas ideas?

Te cobran tu vulgaridad.


Dios te hizo único.

Eres el único original que hay de ti en toda la historia.

Cualquier otra copia ya no eres tú mismo.

Dios te quiere como original y no como copia.

Te ama como original y no como copia.


Atrévete a ser diferente.

Atrévete a ser único.

Atrévete a ser original.

Atrévete a vivir fiel a tu alma.

¿Que eso cuesta?

Pero bien vale la pena.


Si quieres ser libre, atrévete a ser diferente.

Cuando te haces uno del montón, has perdido tu libertad fundamental.

Has conquistado la libertad de ser nadie, pero habrás perdido la libertad de ser tú mismo.


Atrévete a ser diferente.

¿El precio? Un poco caro.

El no ser como los demás, se paga con la Cruz.

Pregúntaselo a Jesús.

Pregúntale por qué lo crucificaron.

Pregúntale por qué quisieron echarlo del pueblo.


No importa que no te acepten.

No importa que te rechacen.

Serás tú mismo.


Clemente Sobrado C. P.




Archivado en: Ciclo A, Tiempo ordinario Tagged: coherencia, discipulo, profeta, seguimiento, testimonio
23:14

Publicar un comentario

[facebook][blogger]

SacerdotesCatolicos

{facebook#https://www.facebook.com/pg/sacerdotes.catolicos.evangelizando} {twitter#https://twitter.com/ofsmexico} {google-plus#https://plus.google.com/+SacerdotesCatolicos} {pinterest#} {youtube#https://www.youtube.com/channel/UCfnrkUkpqrCpGFluxeM6-LA} {instagram#}

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets