Comentarios a los comentarios


Después de leer los comentarios, me alegro mucho de que mi último libro Las corrientes que riegan los cielos se pueda descargar desde cualquier dispositivo. Debo reconocer que mi móvil es totalmente antediluviano. Cuando lo compré hace unos diez años, ya entonces era uno de los más simples y baratos que había. Espero poder seguir toda la vida con un teléfono pequeñito, sin Internet ni wasup. Tengo la posibilidad de enviar sms, pero nunca lo hago. Sin práctica, las pocas veces que lo he hecho, me ha llevado mucho tiempo enviar un sms de unas pocas palabras. Yo escribo sin mirar las teclas. Y cuando alguna vez he tenido que enviar un mensaje, no tengo ni idea de donde están las letras. Tengo que buscar una por una.

Abundando más en el tema de ayer. Un sacerdote sí que puede reflexionar, por ejemplo, acerca de las implicaciones morales que tiene un indulto general a terroristas o sobre los juicios de Nuremberg. Son cuestiones morales que entran perfectamente dentro del campo de reflexión de un sacerdote.

Ahora bien, reconozco que en el ambiente polarizado de Colombia, cualquier reflexión acerca del tema inevitablemente será vista como una toma de posición a favor de una persona frente a otra, de un partido frente a otro. Si a eso añadimos, como ya dije, el intento gubernamental de introducir la ideología de género, mi reflexión todavía tuvo un tono menos sereno. (Y con toda razón, añadiré.)

Pero mi reflexión posterior acerca de mis reflexiones previas me han ayudado a entender de forma más profunda la necesidad de alejarme a diez mil años-luz de cualquier cuestión que huela a política. No digo que deba alejarme de la política, sino que debo incluso de todo aquello que pueda oler, recordar o sugerir a la política. No importa lo razonable y genérica que pueda parecer una reflexión moral. La gente se puede enfadar y eso hay que evitarlo, bastante tenemos con predicar el Evangelio. (Y hacer alguna crítica de cine de vez en cuando.)

Aunque incluso las críticas de cine me han producido un cierto remordimiento. ¿El director de cine no tiene su corazoncito? ¿No tiene una madre que puede leer la crítica? Ahora ya me empieza a pesar hasta el haber criticado aquel bodrio insoportable sobre la vida de San José María Escrivá de Balaguer, no sé qué de los dragones. Mi amigo el dragón, Matarás dragones... Ah sí, Encontrarás dragones.

Un buen comentarista (y muy sabio) ha escrito hoy:

Ahora escucho que le han dad el Nobel de literatura a Bob Dilan. Injusto porque antes deberian darlo a usted padre Fortea por su gran obra.


Estoy totalmente de acuerdo contigo. O si no me lo dan a mí, por lo menos, que se lo den a Wagner. Pero hay mucha injusticia en este mundo, y mucho mal corazón. Con la ilusión que le hubiera hecho a mi madre que me dieran el Nóbel. 

Let's block ads! (Why?)

19:18

Publicar un comentario

[facebook][blogger]

SacerdotesCatolicos

{facebook#https://www.facebook.com/pg/sacerdotes.catolicos.evangelizando} {twitter#https://twitter.com/ofsmexico} {google-plus#https://plus.google.com/+SacerdotesCatolicos} {pinterest#} {youtube#https://www.youtube.com/channel/UCfnrkUkpqrCpGFluxeM6-LA} {instagram#}

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets