1.- ¿Eres jefe? No veas sólo súbditos. Trata de ver gente, personas, hermanos tuyos. No seas jefe de rebaño. Sé jefe de personas concretas, con sus problemas como tú, con sus dificultades como tú. Pero sobre todo, con una dignidad como la tuya.
2.- ¿Eres oficinista? No veas sólo papeles de escritorio. ¿Por qué al otro lado de los papeles no descubres al hombre, a la mujer a quien debes brindar un servicio? Te pagan por servir a la gente, no por guardar bien los papeles. Las personas son más que unos papeles.
3.- ¿Eres empleado detrás de una ventanilla? ¿No te das cuenta de que sólo te separa de los demás un vidrio transparente? ¿Crees que es tan sólo para vigilar? Es para que no te olvides que detrás de la ventanilla hay gente, hay personas. Hay hombres o mujeres.
4.- ¿Eres chofer de microbús, autobús, taxi? No olvides que tú no estás cargando mercancías para el mercado. Llevas gente. Llevas personas. Gente como tú. ¿No crees que si tomases conciencia de ser conductor de personas las tratarías de otra manera?
5.- ¿Eres político? No veas sólo posibles votos. Ni candidatos. También esos son gente, personas. Personas que al darte el voto han puesto su confianza y su futuro en tus manos. No los manipules como ánforas de votación, sino como gente con sentimientos, con dignidad de personas.
6.- ¿Eres maestro? No veas sólo alumnos. Tienes que ver gente, personas, niños que buscan y esperan un futuro, que quieren ser personas completas y formadas. Descubre en ellos algo más que unos fastidiosos alumnos que te estorban. En tus manos están sus mentes, sus corazones, sus espíritus.
7.- ¿Eres alguien de a pie? Sí, uno más que anda por la calle. Trata de reconocer en todos su condición de gente, de personas. Son hermanos tuyos, hijos del mismo Padre que está en los cielos. Si en cada uno viésemos personas, ¿no seríamos diferentes?
Clemente Sobrado C. P.
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