1.- Ningún tiempo es bueno para sufrir. Porque el sufrimiento siempre resulta molesto y fastidioso. Pero todos los tiempos son buenos para ser más fuertes que nuestros propios sufrimientos. Por ejemplo, los de hoy.
Flickr: Ricardo Miranda
2.- Ningún tiempo es bueno para sufrir. Porque nuestra naturaleza rechaza el dolor. Pero siempre todos los tiempos son buenos para amar a Dios, a pesar de sentirnos heridos por el dolor.
3.- Ningún tiempo es bueno para sufrir. Porque el sufrimiento significa, de alguna manera, una alteración en los planes de Dios. Pero todos los tiempos son buenos para confesar nuestra fidelidad a Dios y a los hombres, aún por encima de nuestras incomodidades y fastidios.
4.- Ningún tiempo es bueno para sufrir. Porque el sufrimiento no es bueno como sufrimiento. Pero todos los tiempos son buenos para hacer del sufrimiento también un camino de felicidad. Porque la Cruz nunca termina en la Cruz sino que anticipa la Pascua.
5.- Ningún tiempo es bueno para sufrir. Porque el sufrimiento impone limitaciones. Pero todo tiempo es bueno para demostrar que nuestro sufrimiento no debilita nuestra libertad interior y que siempre es posible decir SI a Dios, aún en medio de las mayores oscuridades de la vida.
6.- Ningún tiempo es bueno para sufrir. Porque todo tiempo es tiempo para poder sufrir. Pero todo tiempo es bueno para ser fuertes y confesar que somos más que todos nuestros dolores. Para quien ama, hasta el sufrir es camino de amar.
7.- Ningún tiempo es bueno para sufrir. Pero todos los tiempos, los de sufrimiento y los de no sufrimiento, son posibles caminos de realización personal. Porque tú eres capaz de caminar, no sólo por los caminos fáciles, sino también por aquellos que tienen obstáculos. Los obstáculos se quitan de en medio o se saltan por encima.
Clemente Sobrado C. P.
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