Bocadillos espirituales para la Pascua: Miércoles de la 3ra Semana – Ciclo B

“Dijo Jesús a la gente: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará sed; pero como os he dicho, me habéis visto pero no creéis… Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no se pierda nada de los que me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”. (Jn 6,35-40)

Qué fácil es para muchos el ser cristiano.
Cumplimos cuatro disciplinas y ya nos creemos auténticos.
El ser cristiano es mucho más serio y mucho más hondo.
Ser cristiano es “comer el pan de vida”.
Ser cristiano es configurarnos con Jesús.
Ser cristiano es “ver al Hijo”.
Ser cristiano es creer en el “Hijo”.
Ser cristiano es tener la “vida eterna”.

La gran diferencia entre la religión de la ley y la nueva religión está dentro de nosotros.
No se trata de cumplir con los mandatos de la ley.
Porque se puede cumplir con la ley e interiormente seguir igual.
No se trata de unas prácticas religiosas.
Porque se puede cumplir con prácticas religiosas e interiormente no cambiar en nada.

Ser cristiano es vivir en el Hijo y del Hijo.
Ser cristiano es identificarnos interiormente de la vivencia del Hijo.
Somos cristianos en la medida en que vivimos la vida del hijo.
Somos cristianos en la medida en que el Hijo vive en nosotros.

La voluntad del Padre es que “todos nos salvemos”.
La voluntad del Padre es que “ninguno se pierda”.
La voluntad del Padre es que tengamos “su vida”.
La voluntad del Padre es que desde ya vivamos la vida eterna.
Vivamos la vida de Dios.
Vivamos la vida del Padre manifestada en el Hijo.

Nos han enseñado que tenemos que salvarnos y no condenarnos.
Y no somos nosotros los que nos salvamos.
Es el Padre el que primero quiere nuestra salvación.
Más que nosotros mismos es el Padre el que quiere nuestra salvación.
Y para eso nos envió a su Hijo.
Jesús es la mejor y máxima expresión de que Dios no quiere que nadie se pierda.

Y esa es la verdad de nuestra fe.
Creer en Jesús y no en las leyes de los hombres.
¿Nos salvará el Derecho Canónico?
No dudo de la necesidad del Derecho Canónico en una Iglesia como institución.
Pero la salvación es persona.
Más nos salva “Jesús como pan de vida” que todos los cánones.
Pero Jesús “pan de vida” es una vida nueva dentro de nosotros.
No es un Jesús simple modelo moral de nuestra vida.
Es un Jesús en el cuál creemos.
Es un Jesús al cual comemos para convertirnos en él y él en nosotros.

Por eso la comunión es mucho más que un recibir un pedacito de pan.
La comunión es mucho más que una devoción.
La comunión es vida nueva en nosotros.
El pan es asumido por nosotros.
Pero nosotros somos asumidos por el pan.
Y juntos comenzamos a vivir la vida misma de Jesús.
La fe es más que creer ideas y doctrinas cristianas.
La fe es dejarnos transformar por la vida de Jesús que es la vida del Padre.
Creer es llevar en nosotros la vida de Dios.
Creer es vivir desde ya la resurrección del último día.

Clemente Sobrado C. P.


Archivado en: Ciclo B, Pascua Tagged: eucaristia, pan, vida eterna
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