Todo empezó hace casi siete años, como una manera de implicar a todos los miembros de una misma familia en una actividad de voluntariado en la que cada uno pudiera poner su granito de arena: compartir, dos veces al trimestre, una actividad de ocio con un niño con discapacidad, física o intelectual, en grave riesgo de exclusión social.
HOY SON MÁS DE 200 FAMILIAS VOLUNTARIAS LAS QUE PARTICIPAN DE ESTE PROGRAMA, DEL QUE SE BENEFICIAN 65 NIÑOS CON DISCAPACIDAD
Según María del Valle Pinaglia, Directora del Programa de Voluntariado Familiar: “Para estas familias el acceso al ocio es prácticamente inexistente y actividades como, por ejemplo, ir a cine no forman parte de su realidad cotidiana. Compartir parte de su tiempo libre con niños sanos contribuye positivamente a su desarrollo y a la sensibilización sobre la discapacidad en la sociedad".
Hoy son más de 200 familias voluntarias las que participan de este programa, del que se benefician 65 niños con discapacidad.
En el Palafox no se oían lloros, no había rabietas ni llamadas de atención, y es que la atención había girado 180º hacia otros niños. Como dice un padre voluntario, “el día de la salida es el día en el que oficialmente le dices a tu hijo hoy tú no eres el protagonista. Hoy si te aburres, no es importante porque lo importante es que fulanito se lo pase bien. Si no te doy la mano es porque la tengo ocupada con la mano de una niña que obedece más a las caricias que a las palabras".
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