El profesor Jesús Ballesteros publicaba hace unos días en Las Provincias un interesante artículo sobre la "sociedad de mercado", entre otras cosas decía:
Buena parte de los males actuales son debidos al hecho de que vivimos en una sociedad de mercado pero no en una economía de mercado. Que vivimos en una sociedad de mercadoes obvio, hoy en día todo se considera negociable, susceptible de transacción, y por ello la palabra intransigente tiene una carga completamente negativa, lo que implica la negación de los bienes no susceptibles de negociación como la vida o la dignidad humana, y en definitiva, los derechos humanos.
Por el contrario, no vivimos en una economía de mercado. El principio fundamental de ésta sería la igual responsabilidad de los agentes económicos, cosa que no se da en las sociedades actuales, ya que los más poderosos no son responsables de acuerdo, por ejemplo, con el principio de “too big to fail” (demasiado grande para quebrar) que ha forzado a rescatar las entidades financieras al mismo tiempo que éstas estafaban a sus clientes y les dejaban, por ejemplo, sin vivienda.
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