El viaje de ida a México se me hizo relativamente ameno gracias a la pantalla individual de la butaca bien cargada de películas. En el viaje de ida llevaba yo varios libros para leer, pero finalmente opté por ver tres películas eso sí intercaladas de momentos de lectura. Aburrido en mi butaca me dije: ya leeré en casa.
La primera película fue La isla mínima. Ciertamente, una película muy buena, sensacional. Cine de verdad. Sólo un gran director con mucho conocimiento del oficio es capaz de una película así. Le doy un 8, que en mi ránking es mucho. Hay un refrán que dice: Quien todo lo quiere, todo lo pierde. Pues aquí el director lo ha logrado todo: buena historia, excepcionales interpretaciones, fotografía perfecta.
La segunda que vi en ese viaje fue El corredor del laberinto. Me gustó, pero el director con esa ambientación y ese comienzo de la historia podría haber hecho una película más profunda. Tras un magnífico arranque que prometía mucho, la película se resuelve en luchas físicas tipo Matrix. Y, desde luego, el final es una chapuza que no está ni al nivel de un corto de bajo presupuesto. Le doy un 5 en mi ranking y gracias. Querido director, no se puede poner una vela a Dios y otra al diablo. No se puede poner una vela a la filosofía y otra a los puñetazos.
La tercera película no recuerdo cual fue. He hecho mucho esfuerzo por recordarla, pero nada. Deduzco que no produjo una gran impresión en mi existencia y en mi futuro.
A la vuelta sólo vi una película, El juez. Sólo una porque me dormí. El director podría haber contado una gran historia, la historia de la decadencia de un juez. Pero tomó la decisión de mezclar el drama con la comedia ligera. Y eso pocas veces funciona. Y en ésta, desde luego, no funciona. Le doy un 5 en mi ranking y gracias.
El drama de un juez en su decadencia era una historia que llenaba la película entera. Una historia humana, lenta, descriptiva. El director tenía la película hecha sólo con eso. Pero decidió ser gracioso y el resultado es que el drama y la comedia en esa película luchan como Jacob y Esaú en el seno de Rebeca.
Publicar un comentario