Reflexionando sobre lo que, en la Iglesia del Siglo XXI, nos enseña el ya inminente Beato y Mártir Oscar Romero, he leído unas palabras del entonces Cardenal Ratzinger muy iluminadoras al respecto. Son estas:
Lo que hace creible a Cristo, digámoslo de modo puramente humano, es el sufrimiento. Y también esto es lo que hace creíble a la Iglesia. Por eso la Iglesia, cuando tiene mártires y confesores de la fe, se hace más digna de crédito. Cuando la Iglesia se vuelve cómoda, pierde credibilidad (La sal de la tierra, pág 208).
Ojalá que con su beatificación logremos hacer más creible a la Iglesia, tomándola en serio como Monseñor Romero hasta a dar la vida con su misma valentía, una valentía prestada que Cristo nunca niega a los suyos y que se manifiesta en servicio, entrega, sacrificio y alegría.
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