Si yo hubiera sido Aznar o Rajoy



Si yo tuviera un poder sobre una nación, tan impresionante como el que algunos jefes de Estado poseen, ¿qué haría yo en España? Pues realizaría un plan con los siguientes campos. Llevándolo a cabo según el dinero disponible y la prudencia.

Primer campo: Acabar con la pobreza extrema
Crearía grandes centros donde todas esas personas que vemos tiradas en la calle, mendigando, totalmente excluidas en la sociedad pudieran recibir alojamiento, comida y atención personalizada. Habría que estudiar en cada caso el por qué esa persona está como está. En los peores casos, se les ofrecería algún tipo de trabajo mínimamente remunerado, algo realmente no productivo, aunque solo fuera de cuatro horas diarias. Pero esto haría que la persona se sintiera útil, tuviera una disciplina de vida y dispusiera de una pequeña cantidad de dinero.

Esos centros serían grandes y contarían con todo lo necesario para atender a, por lo menos, mil personas en esa situación: desde sus habitaciones individuales, hasta lugares para el teatro o para hacer deporte.
No se crearían de una sola vez todos los centros. Se crearían de forma paulatina. Las mismas personas ayudadas trabajarían después en ayudar a las nuevas. El fin sería la erradicación total de la pobreza extrema.

Segundo campo: Nacionalizar ciertos sectores.
Nunca habrá competencia en sectores como la telefonía, el gas, las industrias petroleras o la electricidad. Nunca. Es preferible que los inmensos beneficios de esos sectores redunden en el bien público a que se lo lleven a paraísos fiscales. Son gigantescas masas de dinero que solo sirven para disfrute de unos pocos.

Otro campo que se podría incluir es el de los seguros. Si todos los seguros se nacionalizaran, todos, costarían la mitad y los beneficios para el Estado seguirían siendo colosales.

Con los beneficios de estos sectores se podría luchar contra la pobreza disponiendo de grandísimos fondos.

Tercer campo: Lograr una verdadera división de poderes y cambiar el modo de hacer política
Como ya expliqué de forma muy detenida en mi La decadencia de las columnas jónicas la independencia del poder ejecutivo y legislativo es algo todavía a conseguir. Los ciudadanos no lo saben, pero tal división no existe. Si consigues la mayoría de votos para el Congreso, tardas poco en conseguir la misma mayoría en el Senado. Y si no lo consigues esa mayoría, la obstrucción que sufrirás será total. No importa que propongas las leyes más razonables del universo, tus opositores se negarán a todo.

En mi ensayo, antes citado, propongo soluciones para este tipo de enfrentamiento radical y perfecto que siempre existe entre el partido gobernante y la oposición. No podemos pensar que el modo natural de funcionar la maquinaria constitucional es solo la obstrucción. Crispación que se traslada a la sociedad.

Cuarto campo: La nación necesita símbolos
En el caso concreto de España, yo construiría una especie de Acrópolis donde estuvieran representados de un modo imponente las tres ramas del Poder. La reforma constitucional tendría una materialización material. La Acrópolis que yo construiría es algo que llevo pensando desde hace años. En este cuarto campo, soy el primero en reconocer que me traiciona mi afición a la arquitectura. 

Desde luego este el punto más accesorio de este programa. Pero también pienso que España necesita símbolos. El Reino Unido los tiene, Estados Unidos también. Nosotros somos un pueblo bastante huérfano a este respecto.

Quinto campo: Un gran pacto nacional
La automatización supone uno de los mayores retos a los que se va a enfrentar el mercado laboral. En realidad, no es un reto, es un tsunami: mas de la mitad de la gente se va a quedar en el paro. Así que ya ahora hay que crear una comisión con los mejores economistas (con total ausencia de políticos) para ver qué medidas se pueden tomar para que el bien común prevalezca. En esto Suiza ha dado un magnífico ejemplo. Puede haber muchos millones allí, pero tomó medidas concretas para que los pequeños agricultores (gente muy sencilla) pudieran vender sus productos en los supermercados. Es solo un ejemplo. Una medida no es gran cosa, pero cien medidas, o mil, sí que hacen que un país sea muy diferente a otro. La alternativa es dejar que las ciegas fuerzas de la economía arrasen lo que sea. Los países escandinavos son otro ejemplo extraordinario de cómo gestionar el bien común.

Si en algo tiene razón Trump es que los políticos han dejado que fuerzas ciegas e inhumanas aniquilaran sectores enteros sin que sus representantes en el Congreso movieran un solo dedo por defenderles. Podría poner ejemplos de varios campos, pero el post se alargaría.

Conclusión
El gobernante debe preocuparse, ante todo, de los más pobres. Y después su gran preocupación debe ser el bien común. No puede dejar que la economía actúe de un modo inhumano. Lo primero son los seres humanos. Llevamos muchos años en que las “razones políticas” se imponen por encima de la racionalidad. Y eso siempre lo pagan los ciudadanos.

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08:28

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