La elección de la foto tiene que ver con los buenos sentimientos que embargan los últimos posts. No sabía si elegir un colorido unicornio dejando un rastro de estrellas o una taza de té. Al final, he dejado aparte la foto del salón con té y he puesto otro unicornio.
He escogido la segunda opción porque es una de las escenas que tengo marcada con intensidad en mi mente como una de las escenas de la felicidad. La felicidad es tomar el té con tranquilidad, sin prisas, en casa de un matrimonio de amigos, mientras tomas unas pastas y charlas, mientras tienes una agradable conversación. Un gato dormitando sobre mi regazo mientras le acaricio completaría la escena.
A mí, realmente, el té no me gusta mucho. Pero los sentimientos de paz, de felicidad, que tiene para mí esta escena están marcados en mi memoria, sin duda a causa de tantas películas inglesas.
Otros piensan en la felicidad bajo la escena de grandes viajes, aventuras y emociones. Para mí nada es comparable a un saloncito donde nos abandonamos a una agradable conversación con quien realmente vale la pena conversar. La más alta consecución del imperio inglés fue la costumbre del té a las 5:00.
Obsérvese que para realizar este oasis de felicidad no se necesita una mansión ni lujos de ningún tipo; solo un saloncito, unos sillones, poco más. El gato sí que me parece fundamental. Es curioso, las cosas más placenteras de la vida están al alcance de todos.
Hoy veía un documental de la BBC sobre cierto dictador actual de torso descubierto. ¿Para qué tantos afanes? ¿Para qué tantos esfuerzos? ¿Dónde queda el disfrute de las pequeñas cosas de la vida? Qué locura dedicar tantos esfuerzos para lograr con ello la mera ostentación. La vida tirada a la basura solo para la ostentación.
Cuando se tiene tanto poder acumulado y popularidad y recursos, ¡cuántas cosas se podrían hacer por las clases más desfavorecidas! Pero, curiosamente, este tipo de jefes de Estado es por lo que menos interés tienen. Con tanto poder se podrían hacer reformas impresionantes. Pero no. Precisamente eso no les interesa. Al revés, se sacrifica el bien de los más necesitados por el orgullo de la patria. Cuántos desvelos para nada. Y todos conocemos sus nombres. No parece que tengan vergüenza por aparecer en público.
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