Domingo 26 de Agosto de 2018
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Primer Varón Argentino en ser Beatificado
Martirologio Romano: En la isla Tiberina, Italia, beato Ceferino Namuncurá, laico argentino. (+1905 dC). Fecha de beatificación: 11 de noviembree de 2007, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI
Primer Varón Argentino en ser Beatificado
Martirologio Romano: En la isla Tiberina, Italia, beato Ceferino Namuncurá, laico argentino. (+1905 dC). Fecha de beatificación: 11 de noviembree de 2007, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI
Antífona de entrada Sal 85, 1. 3
Inclina tu oído, Señor, respóndeme; salva a tu servidor que en ti confía. Ten piedad de mí, Señor, que te invoco todo el día.
Oración colecta
Señor Dios, que unes a tus fieles en una sola voluntad; concédenos amar lo que mandas y esperar lo que prometes, para que, en la inestabilidad del mundo presente, nuestros corazones estén firmes donde se encuentra la alegría verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Señor, que en el sacrificio único de Cristo, te has adquirido un pueblo de hijos, sé bondadoso con nosotros y concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona cf. Sal 103, 13. 14. 15
Señor, la tierra se sacia con el fruto de tus obras: el pan que sale de la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre.
O bien: cf. Jn 6, 54
Dice el Señor: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”.
Oración después de la comunión
Padre nuestro, realiza plenamente en nosotros la obra de tu misericordia, y concédenos tu gracia para que podamos agradarte en todo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
1ª Lectura Jos 24, 1-2a. 15-17. 18b
Lectura del libro de Josué.
Josué reunió en Siquém a todas las tribus de Israel, y convocó a los ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus escribas, y ellos se presentaron delante del Señor. Entonces Josué dijo a todo el pueblo: “Si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora habitan. Yo y mi familia serviremos al Señor”. El pueblo respondió: “Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses. Porque el Señor, nuestro Dios, es el que nos hizo salir de Egipto, de ese lugar de esclavitud, a nosotros y a nuestros padres, y el que realizó ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios. Él nos protegió en todo el camino que recorrimos y en todos los pueblos por donde pasamos. Por eso, también nosotros serviremos al Señor, ya que él es nuestro Dios”.
Palabra de Dios.
Comentario
En el antiguo contexto politeísta, había muchos dioses para elegir. ¿Por qué elegir entonces al Señor Yavé? En la respuesta del pueblo, aparece la historia de liberación; ellos ya tienen experiencia de quién es este Dios. Así, la Alianza es un pacto con este Dios al cual conocemos no por haber oído de él, sino por haber experimentado su presencia y sus acciones. Por esta experiencia podemos decir que este es el Dios que libera.
Salmo 33, 2-3. 16-23
R. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Los ojos del Señor miran al justo y sus oídos escuchan su clamor; pero el Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra. R.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. R.
El justo padece muchos males, pero el Señor lo libra de ellos. Él cuida todos sus huesos, no se quebrará ni uno solo. R.
La maldad hará morir al malvado, y los que odian al justo serán castigados; pero el Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en él no serán castigados. R.
2ª Lectura Ef 5, 21-33
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Hermanos: Sométanse los unos a los otros, por consideración a Cristo. Las mujeres a su propio marido como al Señor, porque el varón es la cabeza de la mujer, como Cristo es la Cabeza y el Salvador de la Iglesia, que es su Cuerpo. Así como la Iglesia está sometida a Cristo, de la misma manera las mujeres deben respetar en todo a su marido. Los maridos amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella para santificarla. Él la purificó con el bautismo del agua y la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada. Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida. Así hace Cristo por la Iglesia, por nosotros, que somos los miembros de su Cuerpo. “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne”. Éste es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia. En cuanto a ustedes, cada uno debe amar a su propia mujer como a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido.
Palabra de Dios.
Comentario
Estas palabras tienen una fuerte carga de la organización patriarcal de la época, donde el varón era considerado cabeza de familia. Sin embargo, al situar a ambos cónyuges en la dinámica del amor cristiano, la carta impulsa a vivir las relaciones familiares no desde la organización jerárquica, sino desde un sentido comunitario y de reciprocidad.
Aleluya cf Jn 6, 63. 68
Aleluya. Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida; tú tienes palabras de Vida eterna. Aleluya.
Evangelio Jn 6, 60-69
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Después de escuchar la enseñanza de Jesús, muchos de sus discípulos decían: “¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?”. Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: “¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes? El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida. Pero hay entre ustedes algunos que no creen”. En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y agregó: “Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede”. Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo. Jesús preguntó entonces a los Doce: “¿También ustedes quieren irse?”. Simón Pedro le respondió: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios”.
Palabra del Señor.
Comentario
¿Qué nos llevará a optar entre seguir a Jesús o dejarlo? Pedro, en nombre de los Doce, responde desde su profunda convicción: no hay otro en quien encontrar palabras de Vida Eterna. Muchas otras palabras que se dicen por ahí, solo traen tristeza y muerte. Pero nosotros optamos por estar con Jesús y seguir alimentándonos con su palabra sanadora y salvadora.
Oración introductoria
Dios mío, no quiero ser de los que traicionan, porque ¿a quién iría? Sólo Tú me puedes dar la luz y fuerza que necesito para dejar mi autosuficiencia y mi egoísmo. Creo, espero y te amo, permite que pueda tener un encuentro contigo en esta oración.
Petición
Dios mío, no permitas que las preocupaciones del mundo me distraigan en mi oración.
Meditación
1.- Una elección fundamental. Josué reúne en Siquén las doce tribus del pueblo en asamblea general. Se trata de un asunto de capital importancia: asentado ya en tierras de Canaán, este pueblo ha de decidir ahora si quiere servir a Yahvé o prefiere someterse a los dioses falsos del territorio en el que ha de vivir en adelante. Su identidad como pueblo y su libertad futura depende ahora de que sigan fieles a Yahvé y no se sometan a los dioses de los amorreos. El pueblo responde ratificando la alianza del Sinaí: Yahvé, el que lo sacó de la esclavitud de Egipto, será su Dios. Elegir a Yahvé es también elegir un modo de existencia desarraigada, orientada hacia el futuro, en el que se cumplirán las promesas. Elegir a Yahvé es elegir al Dios vivo, al Dios que libera siempre de un mal pasado, a condición de vivir abiertos a los sorprendente gracia de un futuro mejor. Yahvé, el Dios siempre mayor, es el futuro y la verdadera Tierra Prometida hacia la que siempre se está en camino.
2.- Obligaciones mutuas en el matrimonio. Pablo vuelve su mirada a la familia, la comunidad doméstica, la más pequeña comunidad de vida social, delimitando para cada miembro de la misma cuál es su puesto y cuáles sus correspondientes obligaciones. Estas deben estar cimentadas en el amor. No hay que ver en las palabras de Pablo connotaciones machistas, pues en lo que respecta a las obligaciones mutuas de la mujer y del hombre la parte más débil se pone siempre delante. No puede hablar el apóstol sin referirse a la esencia misma del matrimonio. Da por supuesto que el matrimonio fue instituido por Dios, y sus correspondientes obligaciones que de él se desprenden son expresiones de su voluntad. Pablo va aquí a lo profundo, estableciendo la unión entre cónyuges en paralelo a la unión de Cristo con su iglesia, su esposa mística.
3.- “¿A quién vamos a acudir?” Estamos ante el final del discurso sobre el pan de vida. Las palabras de Jesús de que es necesario comer su carne y beber su sangre decepcionan y escandalizan a la mayoría de los oyentes. "Muchos discípulos de Jesús al oírlo, dijeron: Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?". Las palabras de Jesús plantean a los oyentes una grave exigencia. La fe es una decisión personal que incluye la aceptación de Jesús por parte del hombre. Jesús no priva a los oyentes de su decisión personal. "¿Esto os hace vacilar?" Pedro toma la palabra y manifiesta su confianza absoluta en Jesús: “¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna”. Esta respuesta constituye la versión del evangelio de Juan de la confesión de Pedro en los sinópticos. En los cuatro evangelios aparece Pedro como portavoz de la fe de la primera generación cristiana. La respuesta del apóstol recupera la expresión del mismo Jesús: "Las palabras que os he dicho son espíritu y vida", esto es, constituyen la única orientación que puede dar sentido pleno a una vida. Los discípulos aceptan la propuesta de Jesús, a pesar de las dificultades ambientales y a pesar de la paradoja del mismo mensaje. Su respuesta constituye una opción de fe en favor de Jesús: "Nosotros creemos y sabemos". Conocer a Jesús, reflexionar su mensaje, asimilar sus actitudes, conduce a una mayor madurez en nuestra fe.
Propósito
Delicadeza y alegría para darle todo a Dios, y dárselo en el amor.
Diálogo con Cristo
Jesús mío, quiero seguirte día a día y servirte en los demás. No quiero marcharme ni quedarme atrás, quiero caminar al paso que necesita la Iglesia. Cumplir con mis deberes de estado y con mi apostolado de extender tu Reino por medio de la caridad. Por eso te doy gracias por este momento de oración que puede transformar mis deseos en una hermosa realidad.
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