Sábado 25 de Agosto de 2018
De la feria. Verde.
San Luis de Francia. Blanco.
Beata María del Tránsito de Jesús Sacramentado.
Luis fue coronado rey en el año 1226. Se casó y tuvo once hijos. Supo tener como consejeros a notables teólogos de la época, como santo Tomás de Aquino. Fundó un hospital para pobres y ciegos. Fue un gran administrador de justicia y célebre por su espíritu pacificador.
María del Tránsito nació en Villa Carlos Paz, Córdoba (Argentina), en una familia numerosa y de profunda fe cristiana. Su quebrantada salud le impidió profesar la vida religiosa. El Señor la llamaba por otro camino. El 8 de diciembre de 1878, a los 57 años de edad, fundó el Instituto de Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas. Con él buscaba glorificar a Dios y hacer el bien a todos, difundir el espíritu franciscano de paz en una sociedad convulsionada, practicar las obras de caridad y misericordia, y educar cristianamente a los niños y adolescentes para contrarrestar los efectos del laicismo.
Antífona de entrada Sal 83, 10-11
Señor, protector nuestro, mira el rostro de tu Ungido, porque vale más un día en tus atrios que mil en otra parte.
Oración colecta
Dios nuestro, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en nuestros corazones la ternura de tu amor para que, amándote en todas y sobre todas las cosas, alcancemos tus promesas que superan todo deseo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
O bien: de san Luis
Dios nuestro, que hiciste pasar a san Luis de las solicitudes del gobierno temporal a la gloria del Reino de los cielos, concédenos, por su intercesión, que en todas las ocupaciones temporales, busquemos siempre tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo...
O bien: de la beata María del Tránsito
Padre Santo, que infundiste un espíritu de caridad y humildad en el alma de la beata María del Tránsito Cabanillas de Jesús Sacramentado, concédenos imitar de tal modo el ejemplo de su vida que logremos ser auténticos discípulos de su Hijo Jesucristo. Que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, nuestra ofrenda, en la cual se realiza un admirable intercambio, para que, al ofrecerte lo que nos diste, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 129, 7
En el Señor se encuentra la misericordia y la redención en abundancia.
Oración después de la comunión
Señor y Padre nuestro, unidos a Cristo por este sacramento, imploramos humildemente tu misericordia, para que, hechos semejantes a él en la tierra, merezcamos gozar de su compañía en el cielo. Que vive y reina por los siglos de los siglos
Lectura Ez 40, 1. 3; 43, 1-7a
Lectura de la profecía de Ezequiel.
La mano del Señor descendió sobre mí, y me llevó a Jerusalén. Y vi a un hombre que por su aspecto parecía de bronce. Él me llevó hacia la puerta del Templo que miraba al oriente, y yo vi que la gloria del Dios de Israel venía desde el oriente, con un ruido semejante al de las aguas caudalosas, y la tierra se iluminó con su Gloria. Esta visión era como la que yo había visto cuando el Señor vino a destruir la ciudad, y como la que había visto junto al río Quebar. Entonces caí con el rostro en tierra. La gloria del Señor entró en la Casa por la puerta que daba al oriente. El espíritu me levantó y me introdujo en el atrio interior, y yo vi que la gloria del Señor llenaba la Casa. Y oí que alguien me hablaba desde la Casa, mientras el hombre permanecía de pie junto a mí. La voz me dijo: “Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde se asienta la planta de mis pies. Aquí habitaré para siempre en medio de los israelitas”.
Palabra de Dios.
Comentario
Varias veces leemos en este texto la expresión “gloria del Señor”. Esta gloria aparece en el mundo, en el Templo, y lo llena todo, como si fuera la misma luz. Porque nada queda afuera de la gloria de Dios, es decir, de Dios mismo.
Sal 84, 9ab. 10-14
R. ¡La gloria del Señor habitará en nuestra tierra!
Voy a proclamar lo que dice el Señor: el Señor promete la paz para su pueblo y sus amigos. Su salvación está muy cerca de sus fieles, y la Gloria habitará en nuestra tierra. R.
El Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán; la Verdad brotará de la tierra y la Justicia mirará desde el cielo. R.
El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos. La Justicia irá delante de él, y la Paz, sobre la huella de sus pasos. R.
Aleluya Mt 23, 9-10
Aleluya. No tienen sino un padre: el Padre celestial; sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Aleluya.
Evangelio Mt 23, 1-12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas, difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar “mi maestro” por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar “maestro”, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen “padre”, porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco “doctores”, porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. El mayor entre ustedes será el que los sirve, porque el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.
Palabra del Señor.
Comentario
Cuando escuchamos algunas palabras que salen de alguien que no es coherente entre lo que dice y hace se desacredita a sí mismo: su discurso, su vida y su autoridad. Es algo lógico, pero también debemos “saltar” la mediocridad y debilidad humanas y estar abiertos al mensaje que, incluso, podría cambiar nuestra propia vida.
Oración introductoria
Señor, el mundo necesita, sobre todo, testigos más que maestros, testimonio más que sermones, humildad más que vanagloria, por ello te pido que ilumines mi oración para que sea el fuego de tu amor el que transforme mis actitudes de debilidad en fortaleza, de egoísmo en amor, y de soberbia en servicio.
Petición
Jesús, dame tu gracia y la fuerza para vivir siempre de acuerdo a tu Evangelio.
Meditación
Hoy, Jesucristo nos dirige nuevamente una llamada a la humildad. Antes de apropiarnos de todos estos títulos, procuremos dar gracias a Dios por todo lo que tenemos y que de Él hemos recibido.
Como dice san Pablo, «¿qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿a qué gloriarte cual si no lo hubieras recibido?» (1Cor 4,7). De manera que, cuando tengamos conciencia de haber actuado correctamente, haremos bien en repetir: «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer» (Lc 17,10).
El hombre moderno padece una lamentable amnesia: vivimos y actuamos como si nosotros mismos hubiésemos sido los autores de la vida y los creadores del mundo. Por contraste, causa admiración Aristóteles, el cual —en su teología natural— desconocía el concepto de la “creación” (noción conocida en aquellos tiempos sólo por Revelación divina), pero, por lo menos, tenía claro que este mundo dependía de la Divinidad (la “Causa incausada”).
¿Por qué un cristiano puede llegar a ser así? ¿Qué sucede en el corazón de aquel cristiano, que se vuelve así? Solo hay una explicación: aquel cristiano no ora. Y si no hay oración, siempre cerrarás la puerta. La llave que abre la puerta a la fe es la oración.
Cuando un cristiano no ora, sucede aquello. Y su testimonio es un testimonio altivo. Es un soberbio, es un orgulloso, es un seguro de sí mismo. No es humilde. Busca su propia promoción. Cuando un cristiano ora, no se aparta de la fe, habla con Jesús. Y, cuando digo orar, no digo decir oraciones, porque estos maestros de la ley decían muchas oraciones. En cambio, Jesús dice: Cuando ores, entra en tu habitación y ora al Padre en secreto, de corazón a corazón. Una cosa es orar y otra es decir oraciones. Estos no oran, abandonan la fe y la convierten en ideología moralista, sin Jesús.
"El más grande entre vosotros será vuestro servidor". Cuando le vemos en la oscura y fría cueva de Belén. Él, que tiene el dominio de todo. O en la pobre casa de Belén, el que enriquece el mundo de belleza. Cuando muere en la cruz, vejado y abandonado por los hombres. Sí, Cristo nos vino a enseñar el camino al Padre, el camino de la sencillez, de la humildad. Qué lejos de Dios están los soberbios porque en su corazón sólo habitan ellos y Dios no puede entrar.
Cristo, por otra parte, no reprocha la doctrina de los fariseos sino que reprocha su incoherencia, entre lo que predican y lo que viven. Cristo vivió lo que predicó y derramó su bendita sangre por nuestros pecados. Fue insobornable ante el miedo, valiente en su predicación porque hablaba con verdad. Por eso mismo sus perseguidores exclamaron: "todo lo ha hecho bien".
Aprovechemos para fortalecer nuestras convicciones como discípulos de Jesucristo. Tratemos de tener momentos sagrados de "desierto" donde nos reencontremos con nosotros mismos y con el verdadero modelo y maestro. Y frente a las situaciones concretas en las que muchas veces no sabemos cómo reaccionar podríamos preguntarnos: ¿qué diría Jesús?, ¿cómo actuaría Jesús?
Propósito
Rectificar mis intenciones varias veces al día.
Diálogo con Cristo
Señor, ayúdame a vivir en la perspectiva del amor. Que sea fiel a mi vocación de discípulo y misionero. Que por amor a Ti sea auténtico, generoso y desinteresado en todas mis relaciones con los demás. Que el amor me lleve a cumplir mi misión para que otros puedan experimentar la alegría de tu presencia.
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