Leo con mucha alegría las declaraciones del arzobispo de Abuja, en Nigeria, Cardenal John Onaiyekan, en una entrevista concedida a la cadena austriaca ÖRF, y que recoge Infovaticana. En ellas se muestra extrañado de que en Europa estemos tan preocupados de la acogida a las parejas homosexuales o la comunión a los divorciados cuando resulta que nuestros templos se vacían y cada vez son menos los que acuden a nuestras iglesias. Ese es nuestro gran problema. Sin embargo, nos dedicamos a darnos de garrotazos.
Quién lo diría. Pongo ahora como ejemplo la situación de la iglesia católica en Cataluña. Templos vacíos, las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa cayendo en picado, el nacionalismo señor de todo, esteladas en las torres de tantos campanarios, recuentos de votos en centros de la Iglesia, hoy hasta lazos amarillos en muchos lugares. No pasa nada. Mejor sí pasa. El P. Claudio Ballester de año sabático. Curiosamente un sacerdote que sí llenaba su parroquia.
Ahora va a resultar que el P. Claudio es el mayor problema de la Iglesia en Cataluña. Oigan que yo no digo que fuera perfecto, pero de ahí a que sea el único merecedor de alguna llamada de atención, tampoco se entiende.
No creo que el mayor problema de la Iglesia en Cataluña sea el P. Ballester. Como no creo que el mayor problema de la Iglesia en España o en Europa sea Infovaticana. ¿Alguien cree que si se cerrase Infovaticana se llenarían los templos? ¿Está mucho mejor la Iglesia en Barcelona desde que ha dejado su parroquia el P. Custodio?
Iglesias vacías. Templos en barbecho. El número de católicos en descenso. En España, hoy por hoy, apenas se bautizan el 50 % de los niños que nacen. Las bodas por la Iglesia están quedando en algo puramente residual. Pues nada, nosotros preocupados porque hay un sacerdote no nacionalista en Barcelona. Qué digo nacionalista, facha del todo.
El P. Ballester o Infovaticana, incordiantes todo lo que quieran, como incordiante puede ser en ocasiones un servidor, serán incordiantes, pero son de los nuestros. Esto deberíamos tenerlo en cuenta. Incordiantes, pero de los nuestros.
A mí todo esto me resulta triste. Iglesias vacías, Europa descristianizada, Cataluña bajo mínimos, y las peleas internas. El mundo al revés. Guante blanco con los enemigos y palos a los nuestros. Nos equivocamos.
Y luego hay otra cosa que nos tiene que hacer pensar: no se puede tapar el sol con un dedo. Y los laicos, los laicos preocupados por informarse y conocer lo que se cuece en nuestra Iglesia, son cada vez más, y los medios para acceder a la información cuasi infinitos. Podemos cerrar medios de información, tratar de que no salgan al público ciertas cosas, pero hoy todo se sabe o al menos casi todo.
Triste. Peleándonos entre nosotros. Y los templos vacíos. Muy triste.
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