Sábado 10 de Junio de 2017
Misa a elección:
Feria. Verde.
Santa María en sábado. (ML). Blanco.
Martirologio Romano: En Dobrowo, en Polonia, muerte de san Bogumilo, obispo de Gniezno, que, después de renunciar a su sede, llevó en este lugar vida eremítica, consumado por su austeridad († 1182)
Misa a elección:
Feria. Verde.
Santa María en sábado. (ML). Blanco.
Martirologio Romano: En Dobrowo, en Polonia, muerte de san Bogumilo, obispo de Gniezno, que, después de renunciar a su sede, llevó en este lugar vida eremítica, consumado por su austeridad († 1182)
Antífona de entrada cf. Sal 24, 16. 18
Mírame, Señor, y ten piedad de mí, porque estoy solo y afligido; mira mi pena y mis fatigas, y perdona todos mis pecados.
Oración colecta
Dios nuestro, cuya providencia es infalible en sus designios; te suplicamos que apartes de nosotros lo que nos hace daño y nos concedas todo lo que pueda ayudarnos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
O bien: de santa María en sábado
Dios nuestro, que entre los pobres y humildes elegiste a la virgen María para ser la madre del Salvador; concédenos que, como ella, podamos ofrecerte una fe sincera y pongamos sólo en ti la esperanza de nuestra salvación. Por nuestro Señor Jesucristo…
Dios nuestro, que entre los pobres y humildes elegiste a la virgen María para ser la madre del Salvador; concédenos que, como ella, podamos ofrecerte una fe sincera y pongamos sólo en ti la esperanza de nuestra salvación. Por nuestro Señor Jesucristo…
Oración sobre las ofrendas
Señor Dios, confiados en tu misericordia traemos estas ofrendas a tu altar, para que, con tu gracia, quedemos purificados por estos misterios que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 16, 6. 8
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes. Inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
O bien: cf. Mc 11, 23. 24
Dice el Señor: “Cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen, y lo conseguirán”.
Oración después de la comunión
Guía, Señor, por medio de tu Espíritu, a quienes alimentas con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, para que, dando testimonio de ti, no sólo de palabra y con la lengua sino con las obras y de verdad, merezcamos entrar en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lectura Tob 12, 1. 5-15. 20
Lectura del libro de Tobías.
Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo: “Hijo mío, ya es hora de pagarle lo convenido a tu compañero, agregando incluso algo más”. Tobías llamó a su compañero y le dijo: “Toma en pago la mitad de lo que has traído, y vete en paz”. Entonces Rafael llamó aparte a los dos y les dijo: “Bendigan a Dios, y celébrenlo delante de todos los vivientes por los bienes que él les ha concedido, para que todos bendigan y alaben su Nombre. Hagan conocer debidamente a todos los hombres las obras de Dios y nunca dejen de celebrarlo. Es bueno mantener oculto el secreto del rey, pero las obras de Dios hay que revelarlas y publicarlas como es debido. Practiquen el bien, y así el mal nunca los dañará. La oración con el ayuno y la limosna con la justicia valen más que la riqueza con la iniquidad. Vale más hacer limosna que amontonar oro. La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de una larga vida. Los que pecan y practican la injusticia son enemigos de su propia vida. Voy a decirles toda la verdad, sin ocultarles nada. Ya les dije que es bueno mantener oculto el secreto del rey y revelar dignamente las obras de Dios. Cuando tú y Sara hacían oración, era yo el que presentaba el memorial de sus peticiones delante de la gloria del Señor; y lo mismo cuando tú enterrabas a los muertos. Cuando no dudabas en levantarte de la mesa, dejando la comida para ir a sepultar un cadáver, yo fui enviado para ponerte a prueba. Pero Dios también me envió para sanarte a ti y a tu nuera Sara. Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia. Por eso, bendigan al Señor sobre la tierra y celebren a Dios. Ahora subo a Aquel que me envió. Pongan por escrito todo lo que les ha sucedido”. Y en seguida se elevó.
Palabra de Dios.
Comentario
Los consejos del ángel Rafael son para tener en cuenta. Se trata de puntos muy concretos, y por supuesto, posibles de llevar a la práctica. ¿Quién no puede agradecer a Dios? ¿Quién no puede hablar de las bondades recibidas de Dios? También podemos ver la situación justamente al revés: ¿Somos capaces de agradecer a Dios? ¿Contamos a los demás las cosas lindas y buenas que Dios hace en nosotros?
[Sal] Tob 13, 2. 7-8
R. ¡Bendito sea Dios, que vive eternamente!
Él castiga y tiene compasión, hace bajar hasta el Abismo y hace subir de la gran Perdición, sin que nadie escape de su mano. R.
Miren lo que ha hecho con ustedes y celébrenlo en alta voz. Bendigan al Señor de la justicia y glorifiquen al Rey de los siglos. R.
Yo lo celebro en el país del destierro, y manifiesto su fuerza y su grandeza a un pueblo pecador. Glorifiquen al Rey de los siglos. R.
¡Conviértanse, pecadores, y practiquen la justicia en su presencia! ¡Quién sabe si él no les será favorable y tendrá misericordia de ustedes! R.
Aleluya Mt 5, 3
Aleluya. Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluya.
Evangelio Mc 12, 38-44
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
En aquel tiempo, dijo Jesús a las gentes en su predicación: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa».
Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir».
Palabra del Señor.
Comentario
El Evangelio de hoy opone a dos personajes: los escribas, maestros de la fe, con su opulencia y soberbia, contra una mujer piadosa, pobre y generosa. Jesús nos advierte sobre no dejar que esta situación nos engañe y nos confunda al pensar que los primeros son “los grandes”, a quienes debemos sometimiento, y que la segunda es una pobre ignorante, que no merece nuestra atención.
Oración introductoria
Espíritu Santo, ilumina esta oración para que no la convierta en un momento de vanidad, autocomplacencia o en un ritual sin sentido, como acostumbraban los fariseos. Dame la fortaleza para saber desprenderme de lo que me impida crecer en el amor.
Petición
Señor, dame la gracia de ser generoso, sin cálculos egoístas.
Meditación
Hoy, como en tiempo de Jesús, los devotos —y todavía más los “profesionales” de la religión— podemos sufrir la tentación de una especie de hipocresía espiritual, manifestada en actitudes vanidosas, justificadas por el hecho de sentirnos mejores que el resto: por alguna cosa somos los creyentes, practicantes... ¡los puros! Por lo menos, en el fuero interno de nuestra conciencia, a veces quizá nos sentimos así; sin llegar, sin embargo, a “hacer ver que rezamos” y, menos aún a “devorar los bienes de nadie”.
En contraste evidente con los maestros de la ley, el Evangelio nos presenta el gesto sencillo, insignificante, de una mujer viuda que suscitó la admiración de Jesús: «Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas» (Mc 12,42). El valor del donativo era casi nulo, pero la decisión de aquella mujer era admirable, heroica: dio todo lo que tenía para vivir.
En este gesto, Dios y los demás pasaban delante de ella y de sus propias necesidades. Ella permanecía totalmente en las manos de la Providencia. No le quedaba ninguna otra cosa a la que agarrarse porque, voluntariamente, lo había puesto todo al servicio de Dios y de la atención de los pobres. Jesús —que lo vio— valoró el olvido de sí misma, y el deseo de glorificar a Dios y de socorrer a los pobres, como el donativo más importante de todos los que se habían hecho —quizá ostentosamente— en el mismo lugar.
Todo lo cual indica que la opción fundamental y salvífica tiene lugar en el núcleo de la propia conciencia, cuando decidimos abrirnos a Dios y vivir a disposición del prójimo; el valor de la elección no viene dado por la cualidad o cantidad de la obra hecha, sino por la pureza de la intención y la generosidad del amor.
"Dar" es la acción del generoso. Dar una limosna, por ejemplo, en el campo material. Pero también dar de mi tiempo, compartir mis conocimientos con los demás o contagiar mi alegría con una sonrisa son manifestaciones de esta virtud.
Hay muchas maneras de "dar", y muchas motivaciones para nuestra donación. ¿Se puede hablar de generosidad cuando lo hacemos por interés, esperando recibir algo a cambio? Tampoco es generoso quien da, pero sólo un poco de lo mucho que podría, como nos muestra el Evangelio. ¿Y qué decir de quien "es generoso" para que los demás digan: "qué bueno es..."?
Madre Teresa dijo (y vivió, por supuesto) que hay que "amar hasta que nos duela". ¡Ya tenemos un buen termómetro para saber si somos realmente generosos! Si mi donación es costosa, voy por buen camino. Si no me exige sacrificio alguno, es seguro que puedo dar mucho más. Y este "dar" se identifica con la generosidad cuando se hace pensando en el bien del otro, cuando se da por amor.
Propósito
Ser especialmente generoso en mi ofrenda en la limosna de la misa de hoy o de mañana domingo.
Diálogo con Cristo
Jesús, dame tu gracia para transformar mi espíritu en la generosidad para vivir en una constante preocupación por tus intereses y por las necesidades de los demás. Que incremente mis actos de servicio y caridad, sin buscar nunca ventajas personales ni llamar la atención.
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