La liturgia diaria meditada - Entrad por la puerta estrecha (Mt 7,6.12-14) 27/06



Martes 27 de Junio de 2017
Misa a elección:

Feria. Verde.
San Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia. (ML). Blanco.

Martirologio Romano: San Cirilo, obispo y doctor de la Iglesia, que elegido para ocupar la sede de Alejandría, en Egipto, trabajó con empeño para mantener íntegra la fe católica, y en el Concilio de Éfeso defendió los dogmas de la unidad de persona en Cristo y la divina maternidad de la Virgen María (444). 

Antífona de entrada          cf. Sal 27, 8-9
El Señor es la fuerza de su pueblo, el baluarte de salvación para su Ungido. Señor, salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; apaciéntalo, y sé su guía para siempre.

Oración colecta     
Concédenos, Señor y Dios nuestro, vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que en tu providencia nunca abandonas a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

O bien:         de san Cirilo de Alejandría

Dios nuestro, que hiciste del obispo san Cirilo de Alejandría un invencible defensor de la maternidad divina de la Virgen María, concede a quienes la reconocemos como verdadera Madre de Dios, ser salvados por la encarnación de tu Hijo Jesucristo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


Oración sobre las ofrendas        
Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza, y concédenos que, purificados por su poder, sea de tu agrado el afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        cf. Sal 144, 15
Los ojos de todos esperan en ti, Señor, y tú les das la comida a su tiempo.

O bien:         cf. Jn 10, 11. 15
Dice el señor: “Yo soy el buen Pastor, y doy mi vida por mis ovejas”.

Oración después de la comunión
Renovados con el sagrado Cuerpo y Sangre de tu Hijo, imploramos, Señor, tu clemencia; haz que en la plenitud de la redención alcancemos lo que celebramos en cada eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lectura        Gn 13, 2. 5-18
Lectura del libro del Génesis.
Abrám tenía muchas riquezas en ganado, plata y oro. Lot, que acompañaba a Abrám, también tenía ovejas, vacas y carpas. Y como los dos tenían demasiadas riquezas, no había espacio suficiente para que pudieran habitar juntos. Por eso, se produjo un altercado entre los pastores de Abrám y los de Lot. En ese tiempo, los cananeos y los perizitas ocupaban el país. Abrám dijo a Lot: “No quiero que haya altercados entre no­sotros dos, ni tampoco entre tus pastores y los míos, porque somos hermanos. ¿No tienes todo el país por delante? Sepárate de mí: si tú vas hacia la izquierda, yo iré hacia la derecha; y si tú vas hacia la derecha, yo iré hacia la izquierda”. Lot dirigió una mirada a su alrededor, y vio que toda la región baja del Jordán, hasta llegar a Soar, estaba tan bien regada como el Jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Esto era antes que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra. Entonces Lot eligió para sí toda la región baja del Jordán y se dirigió hacia el este. Así se separaron el uno del otro: Abrám permaneció en Canaán, mientras que Lot se estableció entre las ciudades de la región baja, poniendo su campamento cerca de Sodoma. Pero los habitantes de Sodoma eran perversos y pecaban gravemente contra el Señor. El Señor dijo a Abrám, después que Lot se separó de él: “Levanta los ojos, y desde el lugar donde estás, mira hacia el norte y el sur, hacia el este y el oeste, porque toda la tierra que alcances a ver, te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Yo haré que tu descendencia sea numerosa como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar los granos de polvo, también podrá contar tu descendencia. Ahora recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque yo te lo daré”. Entonces Abrám trasladó su campamento y fue a establecerse junto al encinar de Mamré, que está en Hebrón. Allí erigió un altar al Señor.
Palabra de Dios.

Comentario
El camino del pueblo de Dios avanza en medio de tensiones y conflictos. Pero en esta situación, repetida en la historia de la humanidad, Dios no quebranta su fidelidad. A pesar de todas las limitaciones humanas, a pesar de todas nuestras dificultades para ser comunidad, la bendición de Dios se realizará sobre su pueblo.

Salmo 14, 2-4b. 5
R. ¿Quién habitará en tu casa, Señor?

El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón y no calumnia con su lengua. R.

El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor. R.

El que no se retracta de lo que juró aunque salga perjudicado; el que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que procede así nunca vacilará. R.

Aleluya        Jn 8, 12
Aleluya. “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue tendrá la luz de la Vida”, dice el Señor. Aleluya.

Evangelio     Mt 7, 6. 12-14
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: "No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos. Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran".
Palabra del Señor.

Comentario
Hay muchas cosas a nuestro alrededor que nos dispersan. Seguramente en ese aturdimiento no será fácil encontrar la puerta estrecha. La entrada es pequeña porque requiere que pongamos atención para hallarla y pasar por ella. Hay que hacer una opción para entrar por esta puerta y participar del Reino.

Oración introductoria
Señor Jesús, es contemplando tu vida donde aprendo a orar. Ayúdame a orar como Tú, en los momentos difíciles y en los más sencillos, para que así trate a todos con el mismo amor con el que Tú me tratas.

Petición
Jesús, dame tu gracia para descubrir la belleza de mi fe y poder seguirte, hoy, por la puerta estrecha.

Meditación 

Hoy, Jesús nos hace tres recomendaciones importantes. No obstante, centraremos nuestra atención en la última: «Entrad por la entrada estrecha» (Mt 7,13), para conseguir la vida plena y ser siempre felices, para evitar ir a la perdición y vernos condenados para siempre.

Si echas un vistazo a tu alrededor y a tu misma existencia, fácilmente comprobarás que todo cuanto vale cuesta, y que lo que tiene un cierto nivel está sujeto a la recomendación del Maestro: como han dicho con gran profundidad los Padres de la Iglesia, «por la cruz se cumplen todos los misterios que contribuyen a nuestra salvación» (San Juan Crisóstomo). Una vez me decía, en el lecho de su agonía, una anciana que había sufrido mucho en su vida: «Padre, quien no saborea la cruz no desea el cielo; sin cruz no hay cielo».

Todo lo dicho contradice a nuestra naturaleza caída, aunque haya sido redimida. Por eso, además de enfrentarnos con nuestro natural modo de ser, tendremos que ir a contracorriente a causa del ambiente de bienestar que se fundamenta en el materialismo y en el goce incontrolado de los sentidos, que buscan —al precio de dejar de ser— tener más y más, obtener el máximo placer.

Siguiendo a Jesús —que ha dicho «Yo soy la luz del mundo. El que me siga no caminará a oscuras, sino que tendrá la luz de la vida» (Jn 8,12)—, nos damos cuenta que el Evangelio no nos condena a una vida oscura, aburrida e infeliz, sino todo lo contrario, pues nos promete y nos da la felicidad verdadera. No hay más que repasar las Bienaventuranzas y mirar a aquellos que, después de entrar por la puerta estrecha, han sido felices y han hecho dichosos a los demás, obteniendo —por su fe y esperanza en Aquel que no defrauda— la recompensa de la abnegación: «El ciento por uno en el presente y la vida eterna en el futuro» (Lc 18,30). El “sí” de María está acompañado por la humildad, la pobreza, la cruz, pero también por el premio a la fidelidad y a la entrega generosa.

Propósito
Pasar por la puerta estrecha haciéndome pequeño, humilde, en todas mis relaciones personales.

Diálogo con Cristo
Una buena solución, cuando no sabes cómo tratar a una persona, es acogerla, apreciarla, de la misma forma que me hubiera gustado que a mí me tratasen. Rudeza, indiferencia o irritabilidad no es el camino, por esto te pido Señor, que me ayudes a aprovechar todas las oportunidades que hoy se me presenten, para tratar a todos con amor, paciencia, caridad, humildad y bondad.

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08:42

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