La liturgia diaria meditada - Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos (Mt 10,16-23) 25/06



Domingo 25 de Junio de 2017
12° durante el año
Verde.

Semana 4ª para el Salterio.

Martirologio Romano: En la ciudad de Nam Dinh, en Tonkín, hoy Vietnam, santos Domingo de Henares, obispo de la Orden de Predicadores, y Francisco Do Minh Chieu, mártires, el primero de los cuales propagó la fe cristiana durante cuarenta y nueve años, y el segundo cooperó con él como catequista. Ambos fueron decapitados por su fe en Cristo, en tiempo del emperador Minh Mang. († 1838)

Antífona de entrada         cf. Sal 27, 8-9
El Señor es la fuerza de su pueblo, el baluarte de salvación para su Ungido. Señor, salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; apaciéntalo, y sé su guía para siempre.

Oración colecta
Concédenos, Señor y Dios nuestro, vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que en tu providencia nunca abandonas a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas       
Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza, y concédenos que, purificados por su poder, sea de tu agrado el afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión      cf. Sal 144, 15
Los ojos de todos esperan en ti, Señor, y tú les das la comida a su tiempo.

O bien:         cf. Jn 10, 11. 15
Dice el señor: “Yo soy el buen Pastor, y doy mi vida por mis ovejas”.

Oración después de la comunión
Renovados con el sagrado Cuerpo y Sangre de tu Hijo, imploramos, Señor, tu clemencia; haz que en la plenitud de la redención alcancemos lo que celebramos en cada eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lectura        Jer 20, 10-13
Lectura del libro de Jeremías.
Dijo el profeta Jeremías: Oía los rumores de la gente: “¡Terror por todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo denunciaremos!”. Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída: “Tal vez se lo pueda seducir; prevaleceremos sobre él y nos tomaremos nuestra venganza”. Pero el Señor está conmigo como un guerrero temible: por eso mis perseguidores tropezarán y no podrán prevalecer; se avergonzarán de su fracaso, será una confusión eterna, inolvidable. Señor de los ejércitos, que examinas al justo, que ves las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos!, porque a ti he encomendado mi causa. ¡Canten al Señor, alaben al Señor, porque él libró la vida del indigente del poder de los malhechores!
Palabra de Dios.

Comentario
El profeta es una molestia para quienes obran el mal, por eso estos buscarán una forma de acabar con él. No ahorrarán calumnias, denuncias falsas y violencia. Sin embargo, el creyente no desespera y entrega su causa en manos de Dios. Dios es quien lo sostiene.

Sal 68, 8- 10. 14. 17. 33-35
R. Respóndeme, Dios mío, por tu gran amor.

Por ti he soportado afrentas y la vergüenza cubrió mi rostro; me convertí en un extraño para mis hermanos, fui un extranjero para los hijos de mi madre: porque el celo de tu Casa me devora, y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian. R.

Pero mi oración sube hasta ti, Señor, en el momento favorable: respóndeme, Dios mío, por tu gran amor, sálvame, por tu fidelidad. Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor, por tu gran compasión vuélvete a mí. R.

Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor: porque él Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos. Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar, y todos los seres que se mueven en ellos. R.

2ª Lectura    Rom 5, 12-15
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. En efecto, el pecado ya estaba en el mundo, antes de la Ley, pero cuando no hay Ley, el pecado no se tiene en cuenta. Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso en aquellos que no habían pecado, cometiendo una transgresión semejante a la de Adán, que es figura del que debía venir. Pero no hay proporción entre el don y la falta. Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos.
Palabra de Dios.

Comentario
San Pablo presenta una antítesis entre Adán y Cristo. Adán –que en hebreo significa “ser humano”– es la figura de todo ser humano pecador. Todos hemos pecado y todos necesitamos que nuestra humanidad sea redimida. La antítesis del Adán pecador es Cristo, hombre nuevo, que nos alcanza la gracia y el perdón.

Aleluya        Jn 15, 26b. 27a
Aleluya. “El Espíritu de la Verdad dará testimonio de mí. Y ustedes también dan testimonio”, dice el Señor. Aleluya.

Evangelio     Mt 10, 26-33
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus apóstoles: No teman a los hombres. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas. No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo al infierno. ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre de ustedes. También ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.
Palabra del Señor.

Comentario
Cuántos creyentes, a lo largo de la historia, fueron víctimas de la violencia a causa de su fe. Los recordamos y honramos como mártires. Y aunque sus verdugos podrían haber pensado en que los vencieron con la muerte, la realidad es que el testimonio de esos mártires hace que muchas cosas salgan a la luz. Como seguidores de Cristo, ellos no devolvieron la violencia recibida.

Oración introductoria
Espíritu Santo, fuente de luz, ilumina mi entendimiento para asimilar más y mejor tu Palabra, porque el panorama no entusiasma, no me gusta el desprecio de los demás ni los problemas, pero sabiendo que Tú eres mi principio y mi fin, confío plenamente en que serás mi compañía y me darás la fuerza de voluntad para mantenerme siempre fiel a tu amor. 

Petición
Jesús, dame la generosidad para dejarme a mí mismo y dedicar más tiempo a la misión.

Meditación 

Hoy, el Evangelio remarca las dificultades y las contradicciones que el cristiano habrá de sufrir por causa de Cristo y de su Evangelio, y como deberá resistir y perseverar hasta el final. Jesús nos prometió: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20); pero no ha prometido a los suyos un camino fácil, todo lo contrario, les dijo: «Seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Mt 10,22).

La Iglesia y el mundo son dos realidades de “difícil” convivencia. El mundo, que la Iglesia ha de convertir a Jesucristo, no es una realidad neutra, como si fuera cera virgen que sólo espera el sello que le dé forma. Esto habría sido así solamente si no hubiese habido una historia de pecado entre la creación del hombre y su redención. El mundo, como estructura apartada de Dios, obedece a otro señor, que el Evangelio de san Juan denomina como “el señor de este mundo”, el enemigo del alma, al cual el cristiano ha hecho juramento —en el día de su bautismo— de desobediencia, de plantarle cara, para pertenecer sólo al Señor y a la Madre Iglesia que le ha engendrado en Jesucristo.

Pero el bautizado continúa viviendo en este mundo y no en otro, no renuncia a la ciudadanía de este mundo ni le niega su honesta aportación para sostenerlo y para mejorarlo; los deberes de ciudadanía cívica son también deberes cristianos. Jesús dijo que sus seguidores estamos en el mundo, pero no somos del mundo (cf. Jn 17,14-15). No pertenecemos al mundo incondicionalmente, sólo pertenecemos del todo a Jesucristo y a la Iglesia, verdadera patria espiritual, que está aquí en la tierra y que traspasa la barrera del espacio y del tiempo para desembarcarnos en la patria definitiva del cielo.

Esta doble ciudadanía choca indefectiblemente con las fuerzas del pecado y del dominio que mueven los mecanismos mundanos. Repasando la historia de la Iglesia, Newman decía que «la persecución es la marca de la Iglesia y quizá la más duradera de todas».

Por la descripción de algunos versículos, los riesgos y los obstáculos que Jesús les presenta a sus discípulos se parecen bastante a las circunstancias de algunas realidades de nuestra vida en el mundo actual. No es fácil hoy día dar testimonio coherente de la fe. Hoy día vivir la fe es arriesgarse a ser etiquetado de modo despectivo. Ciertamente no es un riesgo de vida o muerte, pero como cristianos tenemos que temer siempre el peligro de sucumbir frente a las presiones a veces aparentemente fuertes de los acuerdos sociales.

Incomprensiones, odios, rechazos, acusaciones etc, que no es poca cosa, pero no es posible afrontar la misión ni la vida de cristianos, si tememos el juicio y la lucha con el mundo. 

Nuestra fe es un tesoro escondido en nuestros corazones. No hay hoy desafío más laborioso y fascinador que el de vivir cada día coherentemente con nuestra fe. Además, no estamos solos. El Espíritu Santo está de nuestra parte y nos sugerirá qué hacer y qué decir en cada momento. A menudo, el ejemplo, el testimonio audaz, atrevido y hasta heroico de un cristiano es semilla de conversión y chispa que enciende la llama luminosa de la fe en los momentos más críticos de una comunidad de cristianos. 

En la medida de nuestra mayor o menor responsabilidad en la comunidad, se nos concede la ocasión de dar auténtico testimonio de nuestra fe. 

Propósito
Adoptar a un sacerdote o a un(a) consagrado(a), con nombre y apellido, en mis oraciones diarias.

Diálogo con Cristo
Jesús, no es fácil ser tu discípulo y misionero. Hay oposición por todos lados, incluso en la propia familia. Por eso no debo olvidar que el Espíritu Santo, que habita en mi corazón, está ahí para ayudarme, para darme la serenidad y la fuerza para perseverar en mi fe. Te ofrezco mi sacrificio por aquellos que se oponen a mi misión. 

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09:12

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