No tengo la menor duda de que incluso para aquellos que no juegan al ajedrez, las piezas de este juego tienen un valor estético importante. Hoy pongo tres fotos de tres piezas de tres tableros distintos, a cada cual más bella.
La primera es algo casi románico. Los colores, las formas... qué obra de arte.
La segunda lo mismo, verdaderamente sublime. Qué amor al pequeño detalle. Cuánto se puede decir con tan poco.
La tercera pieza es insuperable. Hay cosas que no se pueden expresar con palabras, sólo con formas, con esa armonía de tonos.
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