La liturgia diaria meditada - Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones (Lc 21,34-36) 26/11



Sábado 26 de Noviembre de 2016
Misa a elección:

Feria. Verde.
Beato Santiago Alberione, presbítero. (ML). Blanco.

Giacomo Alberione (4 de abril de 1884 en San Lorenzo di Fossano, Italia — † 26 de noviembre de 1971 en Alba, Italia), según muchos navegantes es conocido como el patrono de la web. Fundador de la Sociedad de San Pablo y de la Sociedad Bíblica Católica Internacional.

Antífona de entrada         cf. Sal 84, 9
El Señor promete la paz para su pueblo y sus amigos, y para los que se convierten de corazón.

Oración colecta    
Despierta, Padre, la voluntad de tus fieles para que, buscando con fervor los frutos de la gracia divina, recibamos con mayor abundancia la ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

O bien:         del beato Santiago Alberione
Oh Dios, que has suscitado en tu Iglesia al beato Santiago Alberione, presbítero, para que, con las diversas formas de comunicación, anunciara al mundo a tu Hijo, que es camino, verdad y vida, concédenos, te rogamos, que siguiendo su ejemplo, contribuyamos asiduamente a la predicación del Evangelio a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo…

Oración sobre las ofrendas       
Recibe, Señor, los dones sagrados que mandaste ofrecer a tu nombre, y ayúdanos a obedecer siempre tus mandamientos para que ellos nos hagan dignos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión       Sal 116, 1-2
Alaben al Señor, todas las naciones, porque es inquebrantable su amor por nosotros.

O bien:         Mt 28, 20
Dice el Señor: “Yo estaré siempre con ustedes, hasta el fin del mundo”.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Dios todopoderoso, que nunca se alejen de ti quienes gozan con la participación en tus divinos misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lectura        Apoc 21, 2; 22, 1-7
Lectura del libro del Apocalipsis.
Yo, Juan, vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. Después el Ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero, en medio de la plaza de la Ciudad. A ambos lados del río, había árboles de vida que fructificaban doce veces al año, una vez por mes, y sus hojas servían para sanar a los pueblos. Ya no habrá allí ninguna maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus servidores lo adorarán. Ellos contemplarán su rostro y llevarán su nombre en la frente. Tampoco existirá la noche, ni les hará falta la luz de las lámparas ni la luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y ellos reinarán por los siglos de los siglos. Después me dijo: “Estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. El Señor Dios que inspira a los profetas, envió a su mensajero para mostrar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto. ¡Volveré pronto! Feliz el que conserva fielmente las palabras proféticas de este Libro”.
Palabra de Dios.

Comentario
Llegará el momento en el que la fe deje lugar a la visión, cara a cara, de nuestro Dios. Seremos invadidos por su Luz, por su Divinidad y su Amor. Y no habrá nada que impida esta unidad eterna.

Sal 94, 1-7
R. ¡Ven, Señor Jesús!

¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta él dándole gracias, aclamemos con música al Señor! R.

Porque el Señor es un Dios grande, el soberano de todos los dioses: en su mano están los abismos de la tierra, y son suyas las cumbres de las montañas; suyo es el mar, porque él lo hizo, y la tierra firme, que formaron sus manos. R.

¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. R.

Aleluya        Lc 21, 36
Aleluya. Estén prevenidos y oren incesantemente. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre. Aleluya.

Evangelio     Lc 21, 34-36
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida: “Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre”.
Palabra del Señor.

Comentario
Estar despierto nos invita a la vigilancia, a la atención, a una actitud de alerta. El cristiano mira atentamente lo que pasa y lo que le sucede a él mismo. No deja pasar las cosas, sino que, al observarlas, las evalúa. Cuando dejamos de estar atentos y vigilantes, quedamos a merced del engaño o de la oscuridad.

Oración introductoria
Señor Jesús, sé que tu Evangelio de hoy no tiene la finalidad de causar miedo o inquietud. Tú no estás esperando un momento de debilidad para llamarnos a juicio, al contrario, personalmente creo que llamas a cada persona en su mejor momento. Ilumina esta oración para que continúe con entusiasmo y confianza mi camino hacia la santidad: hacer lo que me toca hacer, siempre y todo por amor a Ti. 

Petición
Señor, dame la gracia de la perseverancia final.

Meditación 

Hoy, último día del tiempo ordinario, Jesús nos advierte con meridiana claridad sobre la suerte de nuestro paso por esta vida. Si nos empeñamos, obstinadamente, en vivir absortos por la inmediatez de los afanes de la vida, llegará el último día de nuestra existencia terrena tan de repente que la misma ceguera de nuestra glotonería nos impedirá reconocer al mismísimo Dios, que vendrá (porque aquí estamos de paso, ¿lo sabías?) para llevarnos a la intimidad de su Amor infinito. 

El antídoto que nos ofrece Jesús es igualmente claro: «Estad en vela, pues, orando en todo tiempo» (Lc 21,36). Vigilar y orar... El mismo aviso que les dio a sus Apóstoles la noche en que fue traicionado. La oración tiene un componente admirable de profecía, muchas veces olvidado en la predicación, es decir, de pasar del mero “ver” al “mirar” la cotidianeidad en su más profunda realidad. Como escribió Evagrio Póntico, «la vista es el mejor de todos los sentidos; la oración es la más divina de todas las virtudes». Los clásicos de la espiritualidad lo llaman “visión sobrenatural”, mirar con los ojos de Dios. O lo que es lo mismo, conocer la Verdad: de Dios, del mundo, de mí mismo. Los profetas fueron, no sólo los que “predecían lo que iba a venir”, sino también los que sabían interpretar el presente en su justa medida, alcance y densidad. Resultado: supieron reconducir la historia, con la ayuda de Dios. 

"El Credo de la Iglesia" se concluye con las palabras: "de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos". Ya desde los primeros tiempos, la perspectiva del Juicio ha influido en los cristianos, también en su vida diaria, como criterio para ordenar la vida presente, como llamada a su conciencia y, al mismo tiempo, como esperanza en la justicia de Dios. 

La fe en Cristo nunca ha mirado sólo hacia atrás ni sólo hacia arriba, sino siempre adelante, hacia la hora de la justicia que el Señor había preanunciado repetidamente. Este mirar hacia adelante ha dado la importancia que tiene el presente para el cristianismo. En el desarrollo de la iconografía, sin embargo, se ha dado después cada vez más relieve al aspecto amenazador y lúgubre del Juicio, que obviamente fascinaba a los artistas más que el esplendor de la esperanza, el cual quedaba con frecuencia excesivamente oculto bajo la amenaza.  

Por eso, el Señor nos recomienda vigilar y orar; estar activos, construyendo nuestras vidas. Vigilar y orar para descubrir si estamos aprovechando al máximo el tiempo presente, ¡no vaya a ser que nos estemos preparando una sorpresa desagradable para el futuro!

Hoy, que es el último día del tiempo ordinario, es día también de resoluciones definitivas. Quizás ya va siendo hora de que alguien más esté dispuesto a levantarse de su embriaguez de presente y se ponga manos a la obra de un futuro mejor. ¿Quieres ser tú? Pues, ¡ánimo!, y que Dios te bendiga.

Propósito
Prepararnos en el Adviento, orando y meditando para estar preparados a la venida de Jesús.

Let's block ads! (Why?)

17:05

Publicar un comentario

[facebook][blogger]

SacerdotesCatolicos

{facebook#https://www.facebook.com/pg/sacerdotes.catolicos.evangelizando} {twitter#https://twitter.com/ofsmexico} {google-plus#https://plus.google.com/+SacerdotesCatolicos} {pinterest#} {youtube#https://www.youtube.com/channel/UCfnrkUkpqrCpGFluxeM6-LA} {instagram#}

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets