Enrique de Zwart
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Precio justo
Sin caer en los errores comunistas es necesario algún tipo de sindicato, o una forma efectiva de protección a los trabajadores. De lo contrario los salarios terminan por el piso y la economía naufraga como ocurrió en Florencia en del siglo XV. El capitalismo fuera de control se apropia de la plusvalía en su totalidad llevando al trabajador a la miseria con salarios por debajo de la subsistencia. ¿Cómo se sabe cuándo se cruzó ese umbral? Cuando la clase trabajadora declina debido a no poder mantener una familia, que es precisamente lo que ocurrió en la Florencia de aquel entonces. Los Medici terminaron por matar la gallina de los huevos de oro. Poder mantener una familia es el último criterio para una sociedad exitosa y justa.
Notamos aquí que importar trabajadores mediante inmigración masiva, como ocurre ahora en EEUU y Europa occidental, es otra treta del capitalismo especulativo (y de gobiernos liberales/masones anticristianos con intenciones de ingeniería social). Esto también ayuda a explicar el triunfo de Trump y la popularidad de Le Pen, Orban y tantos otros. Es un hecho que en varios países occidentales la población nativa está disminuyendo bajo la presión de la inmigración musulmana y sus efectos en el mercado laboral.
El precio justo puede ser definido como el costo de la oferta. Parece una definición a ojo de buen cubero, pero reconocidos economistas como P.A. Samuelson y Wilhelm von Kettler pensaban así. Llegar al precio justo no implica la necesidad del “libre mercado”. Solo se necesita la voluntad moral de no cobrar de más. Ahí es donde el capitalismo tambalea y la razón por la cual precios altos y salarios bajos son el común denominador en la era capitalista. Todo el mundo más o menos reconoce esto, excepto quienes pretenden estar estudiando una “ciencia” como la física o la química en lugar de cuestiones mejor entendidas por principios morales. Es en realidad filosofía moral, porque en su esencia se trata de dos personas acordando un intercambio. Nada que ver con la física, sino con la voluntad del hombre de elegir el bien.
Gesellschaft y Gemeinschaft
Ferdinand Tönnies dividió a las sociedades en dos tipos: las Gesellschaft son asociaciones de individuos y las Gemeinschaft son genuinas comunidades sociales. La “ciencia” económica trata de individuos e interés personal, como en una logia. La Iglesia católica trata de comunidades de personas relacionadas mediante el Logos. La economía de la Gemeinschaft está en el hogar, y para exportarla a la sociedad en su conjunto hace falta la voluntad de elegir el bien común en el mercado. La economía de Gesellschaft es la de individuos como Adam Smith o David Hume. Es la economía que enseña tanto la izquierda marxista como la derecha neoconservadora/liberal. Si la religión de la Gemeinschaft es el catolicismo, la de la Gesellschaft es la masonería.
Barren Metal explica la creación y al desarrollo de la Gran Logia. Muchos se asocian a la Logia para mejorar sus oportunidades de hacer negocios, pero Jones no confunde el bosque con el árbol y ve más allá. En particular el rol de la masonería en contrarrestar a la Iglesia, por ejemplo en la supresión de las reducciones jesuitas en Paraguay. Ciertamente que la organización social y económica de las reducciones, una Gemeinschaft por excelencia, y su éxito, es algo que la Logia no estaba dispuesta a tolerar.
Igualar capitalismo con masonería es una simplificación demasiado grosera, a pesar de que el individualismo prevalente en ambos facilita la conexión, y Jones no comete ese error. Simplemente se limita a apuntar hechos bien documentados sin especular acerca de las ulteriores intenciones de la Logia y sus seguidores. Lo que sí los caracteriza es una notable carencia de solidaridad y apreciación del largo plazo.
Una constante del capitalismo financiero es la explotación del presente. Las burbujas especulativas son clásicos ejemplos de beneficio a corto plazo a expensas de una necesaria calamidad futura.
Opciones de moneda
En estos tiempos de volatilidad financiera algunas voces han propuesto volver al oro como moneda real. El oro tiene cierta fuerza filosófica y su comercio está estrechamente relacionado al valor del trabajo. El problema es cuán seriamente se puede tomar a la “teoría del valor-trabajo”, la cual considera que el valor de un bien o servicio está determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirlo, más allá de su utilidad. Esta teoría fue bastante aceptada hasta el siglo XIX, y luego perdió favor ya que no pudo explicar la renta de tierras, el beneficio empresarial y la usura. Jones le da cierto crédito a la teoría del valor-trabajo, pero la rechaza en su formulación marxista ya que no puede obtener un precio basado en el monto de trabajo puesto en el producto.
¿Qué opciones hay? En general hay tres opciones de moneda: garantizada por metal, basada en deuda y dinero fiduciario (fiat). Por evidencia y lógica la primera opción es descartada en Barren Metal. El dinero fiduciario es emitido por el gobierno y su uso depende de la confianza que tenga la comunidad y de la moderación con que el gobierno imprima.
La moneda basada en deuda es el sistema que ha venido a dominar las economías occidentales mediante los bancos centrales. Para muchos no es sino dinero fiduciario más caro. El gobierno puede pedir prestado tanto como quiera, lo que en general resulta en una cantidad de dinero tal que no es acorde con la economía real. Por cada peso recibido se debe pagar interés. Y este interés es sencillamente usura a nivel nacional. Sin controles serios el dinero basado en deuda tiende a la inflación, que es otra forma de degradación monetaria, y a una deuda nacional más grande.
En este panorama dominado por las deudas y la usura que ésta conlleva, no es una sorpresa que el entusiasmo por el oro esté creciendo. Lamentablemente a lo largo de la historia este remedio ha sido a veces peor que la enfermedad.
El problema con el oro, aparte de su degradación, es que una vez que el estado da su garantía la gente pierde interés en saber si se trata realmente de oro. Además con el papel moneda, originalmente creado como un recibo por cierta cantidad de oro depositada en lugar seguro, las posibilidades de hacer trampa se incrementaron enormemente. Emitir más “recibos” de lo que realmente estaba guardado mediante préstamos es una vieja treta y también una forma de degradación.
La Iglesia y el islam
La Iglesia nunca renegó de sus enseñanzas sobre la usura. Sostuvo y sostiene que el préstamo a interés es pecado. Esto está en la encíclica “Vix Pervenit” de 1745. Este es un documento del magisterio, emitido por un Papa, y es lo que la Iglesia enseña. Nunca jamás ningún Papa la contradijo. Pero históricamente nunca fue implementada del modo en que el islam implementó su sistema bancario.
Jones elogia al exitoso modo islámico de lidiar con la usura. El islam prohíbe la usura y esto se refleja en su sistema bancario. Hasta Benedicto XVI, crítico del islam en muchos campos, ha reconocido esta ventaja mahometana. De hecho la gran expansión musulmana, histórica y en nuestros días, se debe en parte a su abolición de la usura. Esto es lo que la Iglesia debería haber hecho, esto es lo que estaba en los libros pero nunca se logró implementar.
¿Cómo funciona el sistema bancario islámico? En suma, se puede cobrar una legítima tarifa por los servicios bancarios pero el préstamo a interés está prohibido. Esta tarifa se paga inicialmente y no hay una deuda que crece geométricamente con el tiempo.
El judaísmo tiene un método tribal similar al islam, pero de una notoria duplicidad. Se prohíbe a los judíos usar la usura en el trato con otros judíos; sin embargo se les permite cobrar intereses sobre préstamos a quienes no son judíos.
Falsas razones de los usureros
El capitalismo tiene sus méritos también, ya que provee los medios. Pero esta versión corriente definida por los especuladores de Wall Street, que tienen a políticos como Hillary Clinton (gracias a Dios ahora desactivada) en el bolsillo, es la peor posible.
Se dice a menudo que los usureros –que se benefician con el préstamo a interés– merecen un pago por sus préstamos debido a las oportunidades que pierden al no usar el dinero de otra manera (lucro cesante). Pero eso asume que serían capaces de ganar dinero de otra manera. Más aun, asume que realmente tienen dinero para prestar. La verdad es que la mayoría de los prestamistas son incapaces de generar algo productivo para la sociedad por si mismos. Dependen totalmente de aquellos que saben como generar riqueza con trabajo, bienes y servicios reales. Peor aun, la gran mayoría de los préstamos son creados mediante artilugios financieros como el sistema contable de partida doble y la infame reserva fraccional. Es decir que los banqueros crean de la nada documentos Pagaré. Luego nos prestan sus Pagarés como si fuera dinero. Prestan algo que no tienen.
La usura se compone de varios substratos que la presentan a primera vista como algo misterioso y complejo, pero en el fondo es solo un espejismo, una gran cortina de humo para confundir y amedrentar. Sea
a) el interés compuesto (pedir lo que no se puede devolver),
b) el sistema de reserva fraccional (prestar lo que no se tiene),
c) la creación de dinero ex nihilo por los mal llamados ”bancos centrales” que están en manos privadas (proyectar el problema a escala nacional y global),
d) los mal llamados “bancos de inversión“ al estilo Goldman Sachs (bancos puramente especulativos sin nigún vínculo con la economia real),
e) los “hedge funds” mejor conocidos como fondos buitres (cuya rapacidad especulativa envidiaría el mismo Shylock);
son todas facetas de la misma mentira usuraria. No por nada Henry Ford dijo “está claro que la gente no entiende nuestro sistema bancario y monetario, porque si lo entendiera, habría una revolución mañana por la mañana". Y esto antes que existieran los fondos buitres.
¿Oponerse a la usura implica que si un amigo (o una caja de ahorros, o una cooperativa de crédito o un banco hipotecario local) tiene cien mil pesos ahorrados no me los puede prestar para que yo pueda ampliar mi casa? Por supuesto que no. ¿Significa que solo le tengo que devolver cien mil pesos y ni un centavo más? Sin duda que no. Pero las condiciones del préstamo y su devolución tienen que estar reguladas por otra concepción y modo de entender la sociedad y la gente, diferente de los mecanismos y entidades usurarias antes mencionadas.
La usura es magia negra financiera. Una inversión de valores que destruye el orden natural. Un caos manufacturado que luego contagia otros campos de la sociedad. La conexión contra natura de la usura está muy bien personificada por sujetos como George Soros o Paul Singer. Este último jefe del fondo buitre Elliott Management Corporation, quien es al mismo tiempo un furioso promotor de la degeneración sexual y los “derechos” de la comunidad “LGBTQ". Por un lado saquea desvergonzadamente las arcas de países endeudados al punto del default en África y Latinoamerica. Por otro hace lobby para que el “matrimonio homosexual” sea reconocido en el estado de Nueva York
Conclusión
Detrás de todo sistema dependiente de mecanismos usurarios, que pretenden crear algo de la nada, está la razón de nuestros males presentes. En su actual versión financiera y especulativa, el capitalismo laissez-faire es esencialmente usura promovida por el estado, como lo definiera el economista jesuita Heinrich Pesch.
Contrarrestar el actual sistema usurario especulativo y el mal llamado “libre mercado” será necesario para cualquier sociedad que quiera salir adelante. Barren Metal lo expone claramente y con coraje. Tal paso no será fácil, y si nos guiamos por la historia de aquellos que lo intentaron antes, tampoco pacífico. Pero sucederá tarde o temprano ya que los Dioses del Mercado al final caerán y los del Sentido Común con terror y estrago retornarán:
…Then the Gods of the Market tumbled, and their smooth-tongued wizards withdrew And the hearts of the meanest were humbled and began to believe it was true That All is not Gold that Glitters, and Two and Two make Four And the Gods of the Copybook Headings limped up to explain it once more. […] And that after this is accomplished, and the brave new world begins When all men are paid for existing and no man must pay for his sins, As surely as Water will wet us, as surely as Fire will burn, The Gods of the Copybook Headings with terror and slaughter return! |
…Cayeron entonces los Dioses del Mercado, y desvanecieronse sus brujos de meloso hablar Y los corazones de los más soberbios fueron humillados y comenzaron a creer que era verdad Que todo lo que brilla no es oro, y dos y dos son cuatro Y los dioses del Sentido Común se levantaron para explicarlo una vez más. […] Y que luego que esto suceda y comience el bravo nuevo mundo Cuando todo hombre sea pagado por existir y ninguno pague por pecar, Tan seguro como el agua moja, tan seguro como el fuego quema, ¡Los Dioses del Sentido Común con terror y estrago volverán! |
…Que no te la cuenten.
Enrique de Zwart
Referencias
Barren Metal: A History of Capitalism as the Conflict between Labor and Usury. Fidelity Press, South Bend, Indiana. 2014. 1456 p.
Santelli, Anthony. What is Usury? Publicado originalmente en Culture Wars. Se puede leer acá: https://netarchydotcom.wordpress.com/2011/12/29/what-is-usury/
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