Domingo 2 A – Adviento
Con las prisas que tenemos, esperar no resulta fácil.
Y Dios es de los que vive en constante espera.
Por eso Dios es un eterno Adviento, porque siempre sigue esperando algo nuevo.
Incluso se espera a sí mismo.
Durante siglos esperó su propia encarnación.
Durante siglos esperó su nacimiento entre los hombres.
Durante siglos los profetas lo anunciaron, pero en la espera.
¡Cuántos siglos de Adviento!
Dios no tiene relejo, pero tiene el tiempo.
Nosotros tenemos estupendos relojes.
Pero no tenemos tiempo para esperar.
Los mismos Israelitas se habían cansado de esperar al Mesías.
Por eso la Navidad los cogió de sorpresa.
Cuando llegó:
“No lo conocieron”.
“No lo recibieron en su casa”.
Nuestra vida es todo un adviento.
Esperamos al niño que va a nacer.
Esperamos que el niño se haga adolescente y joven.
Esperamos que el joven se haga adulto.
Esperamos que el adulto se haga anciano.
Y el anciano se nos va con la gozosa esperanza de la nueva vida donde terminan todas las esperanzas.
Y sin embargo, la esperanza sigue siendo para nosotros todo un reto.
¿Quieres aprender a esperar?
¿Quieres que la esperanza despierte ilusiones?
¿Le esperamos a El en esta Navidad?
l.- Sé constante. Sé perseverante.
¿De qué vale comenzar, si luego te quedas a medio camino?
La constancia es la mejor manera de superar los cansancios y las dificultades.
2.- El camino es largo.
Es preferible correr a ritmo sostenido que no agotarte en un día.
La vida no se puede vivir entera en un solo día.
La vida tiene sentido cuando se la sabe rumiar, saborear.
Quien traga la vida, no siente su sabor.
3.- Camina al ritmo de la vida.
Para ello tienes que saber esperar.
Esperar no es quedarse.
Esperar es no hacer la digestión antes de comer.
Si vives antes de tiempo, cuando llegue el tiempo ya
no tendrá gusto la vida para ti.
Vivir las cosas
antes de su tiempo es como comer la fruta verde.
4.- Saber esperar es vivir la vida a tiempo y en su tiempo.
Ser esposos antes de ser novios o ser padres antes de ser esposos es invertir los tiempos. Es invertir la vida.
5.- Saber esperar no es dejar que las cosas pasen, sino hacer que las cosas pasen cuando tienen que pasar.
Los pájaros no ponen sus huevecillos y luego hacen los nidos.
6.- Saber esperar no es dejar de vivir, sino vivir todas las etapas de la vida y no sólo algunas de ellas.
Si quieres ser hombre antes de tiempo habrás dejado de vivir tu juventud.
7.- Dios no deja de amarte, aunque tú le falles.
No dejes de luchar aunque veas que muchas veces las cosas no salen como tú quisieras.
Si ayer te salieron mal, es posible que hoy te salgan mejor.
8.- Y ahora a esperar que María dé a luz a un Niño, aunque sea en un pesebre.
Clemente Sobrado C. P.
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