Casi tres horas de abrazos, apretones de manos y sonrisas caracterizaron la vista del Papa al Bambino Gesù, hospital pediátrico de la Santa Sede en Roma. Una asociación entre el dolor de una cruz, a menudo difícil de llevar por las mamás y papás que saludaron con alegría al Papa Francisco, en el curso de la visita, alternando momentos privados en las áreas con terapias intensas y momentos públicos: visita 5 cinco áreas, paradas en los pasillos para saludar al personal del hospital, bendición a una ambulancia, donde luego entró acompañado de los pequeños enfermos, y también en la capilla donde poco antes del saludo del Papa los niños le había dado una cesta llena de felicitaciones.
Queridos niños,
Queridos niños,
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