Bocadillos espirituales para vivir la Navidad: San Juan Apóstol – Ciclo A

“Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero; y, asomándose, vio las vendas en el suelo, pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró a sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con as vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, vio y creyó”. (Jn 20,2-8)


Celebramos hoy la fiesta de San Juan, el discípulo amado.

Primero fue el amor humanado de Dios.

Ahora es el discípulo que entendió el amor de Dios.

Y se hizo el discípulo preferido del que hace dos días era un niño en un pesebre.

El Niño en el pesebre es el símbolo y señal del amor de Dios.

El discípulo Juan es el símbolo y señal de amor humano para con Dios.

Y para ello, la liturgia no recuerda la mañana de Pascua.


En la conocida encuesta que le hizo la Civiltá Católica al Papa Francisco.

El periodista le pregunta “¿De qué tiene la Iglesia mayor necesidad en este momento histórico? ¿Hacen falta reformas? ¿Qué iglesia sueña?”

La respuesta fue clara. Primero necesitamos el cambio de cada uno.

“Veo con claridad que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad”.

En una palabra que lo primero que necesita es el amor.


Las cosas no cambian cambiando las estructuras.

Sino cambiando los corazones.

Es que la Iglesia necesita estructuras.

Pero antes necesita del amor.

Solo el amor:

Nos salvará.

Nos hará comunidad.

Nos hará buscar.


El amor y la estructura corren juntas.

Pedro, la estructura, y Juan, el amor, el carisma, corren juntos.

Pero el amor siempre llega antes.

Siempre el amor ve primero.

Siempre el amor abre caminos.

Siempre el amor nos descubre el futuro.

Por eso Juan llega primero al sepulcro.

Pero llegar antes no significa decir y entrar antes.

El amor llega primero, pero sabe esperar a la estructura.


Juan llega primero, pero no entra.

Luego llega Simón y entra.

Juan espera a que entre Simón para luego entrar él.


Este es el símbolo de esta figura que hoy celebramos.

Juan es el símbolo de amor.

Simón es el símbolo de la estructura.

No se oponen sino que saben situarse cada una en su lugar.


El amor siempre va por delante.

El amor siempre ve primero.

El amor siempre llega primero.

Por eso lo que hoy necesita con mayor urgencia la Iglesia es el amor.

Sólo luego vendrán las estructuras.

No. La Iglesia no cambiará cambiando las leyes, las estructuras.

La Iglesia cambiará cuando cambiemos el corazón.

El amor corre más que la ley.

La ley siempre llega más tarde.

El amor descubre lo nuevo.

La ley tendrá que confirmarlo.


El mundo no cambia con más leyes.

El mundo cambia con más amor.

Las leyes no harán avanzar la Iglesia.

Solo el amor llegará más lejos y primero.


Clemente Sobrado C. P.




Archivado en: Ciclo A, Navidad, Santos Tagged: amor, apostol, evangelista, juan, san juan, testimonio

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