“Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán: Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacab, Jacob a Judá y a sus hermanos …” (Mt 1,1-17)
Son Mateo y Lucas los que insertan el árbol genealógico de Jesús.
Dudamos que Jesús tuviese guardado su archivo genealógico.
Como dudamos tuviese su escudo genealógico.
Un árbol que tiene raíces diferente.
Las raíces del árbol genealógico de Jesús según Mateo parten de Abrahán y de Dios.
Según Lucas van más lejos, “de Adán e Hijo de Dios”.
A parte de la dificultad que tenemos para leerlo, uno se pregunta si Jesús vivió revisando archivos para reconstruir su historia.
Yo estoy seguro que Jesús no metió las manos en ningún archivo.
Y sin embargo, estoy seguro que Jesús vivió su genealogía.
Todos armamos un árbol genealógico lleno de grandes figuras.
Todos tenemos el orgullo de un antepasado lleno de grandezas.
A mí me gusta la genealogía de Jesús.
En primer lugar:
Su genealogía nos habla:
De que Jesús no es marginal a nuestra historia.
De que Jesús quiso insertarse en la historia humana.
De que Jesús quiso formar parte de la historia humana.
De que Jesús no es un astronauta sino alguien que pisa tierra.
De que Jesús ama la historia humana.
En segundo lugar:
Jesús quiso formar parte de la humanidad:
Real,
Concreta,
Y no una humanidad sublimada.
¿Se dan cuenta de la realidad de la genealogía de Jesús?
Hay en ella “santos”.
Hay en ella “adulterio”.
Hay en ella “homicidio”
Hasta hay descendientes del propio hermano.
Nosotros buscamos siempre figuras llamativas.
Jesús quiere presentarse como inmerso en la realidad concreta de la historia.
Es un historia de gracia.
Es una historia de pecado.
Es una historia de muerte.
Dios no hace selección de personas.
Para Dios todos somos importantes.
Para que Dios pueda encarnarse:
No tiene reparos en contar con el pecado en el camino.
No tiene reparos en pasar por los caminos de la santidad.
No tiene reparos en llegar a la plenitud de Dios en la figura de su Madre.
Me repugna cuando escucho decir:
“Has manchado nuestro apellido”.
Nadie mancha el apellido.
Porque hasta un apellido manchado puede ser camino de santidad para otros.
Nadie vive de los bueno que fueron los abuelos.
Cada uno somos lo que somos.
Los abuelos responderán ellos mismos.
Y cada uno responderemos de nosotros.
Con la genealogía de Jesús ya estamos apuntando al que estará en la cima de la misma en la noche de Navidad.
Las lecturas desde hoy ya están apuntando a la Navidad.
Vemos cada uno las nuestras.
Pero veamos también la nuestra.
¿Nos sentimos realmente miembros de la humanidad?
¿No sentimos encarnados en el mundo real?
La genealogía de Jesús es el largo camino para llegar al hombre nuevo de la Navidad y la Pascua.
Clemente Sobrado C. P.
Archivado en: Adviento, Ciclo A Tagged: Cristo, Dios, familia, genealogia, gracia, historia, hombre, humanidad
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