Hoy no voy a hablar sobre el feminismo. Tampoco sobre el feminismo radical. Ni siquiera sobre el ultrafeminismo radical. No es mi deseo tocar, otra vez, el tema de una sociedad dominada por los pasteleros.
Sería mucho más agradable, hablar de mis lecturas. Desde hace más de dos años he intentado leer sobre Dios, y no sobre las cosas de Dios. No ha sido fácil. Primero, porque no hay muchos libros que valgan la pena. Quizá los haya y no los he encontrado. Segundo, tampoco he sido muy disciplinado en este propósito de búsqueda.
También cabe la posibilidad de que sí existan esos libros, pero no los haya encontrado por un exceso de disciplina por mi parte. No voy a adentrarme en este tortuoso camino mencionado. Prefiero no pensar que esos libros no existan, pero los haya encontrado, aun sin disciplina en afanarme en esa búsqueda.
Lo que sí que está claro es que hoy he acabado de ver (por segunda vez) Los mundos de Coraline. Simplemente, divertissant como dirían los franceses. Si queréis cine con mayúsculas, podéis ver este link que os ofrecerá mil sugerencias:
Hoy también me he enterado de que una de mis obras está en la tienda situada en la cripta de la Basílica del Santuario Nacional de Washington. (Creo recordar que estaba situada en la cripta.) Mientras yo escribía esas páginas en mi casa, escuchando música, no me imaginé que esas líneas acabarían en esa cripta.
Otro tema sobre el que hoy no hablaré es acerca de lo comprensivo que soy con el comportamiento humano. Por ejemplo, ayer me insultó un grupo de feministas que se manifestaban delante del Ministerio de Justicia. Para nada me enfadó esa situación. Esas cosas seguirán sucediendo dentro de mil años. También sucedieron hace mil años.
El pasado martes una parroquia de Torrejón me regaló un jamón por mi conferencia. Hoy he visitado el dentista. Visita brevísima que solo me ha reportado buenas noticias. He almorzado y cenado de vigilia. Me queda una hora para acostarme. Debo emplear bien mi tiempo.
Ah, si queréis aterrorizar a vuestra suegra o queréis hacer pasar miedo a vuestro inspector de hacienda, podéis ver este vídeo:
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