Hoy cumplo cuatro meses desde mi llegada a Braojos, Gascones y La Serna. Y se me ha ocurrido contarles cosas de por aquí, curiosidades, anécdotas o sucedidos.
Una de las cosas que hemos andado haciendo ha sido dar una vuelta a la sacristía de la parroquia de La Serna. Ya saben: limpieza de ornamentos, ordenar cosas, revisar manteles… Entre otros hallazgos, un antiguo mantel del primitivo altar. Antiguo, bello… ¿Lo ponemos? ¡Lo ponemos! Es fácil de colocar, me dice una de las entregadas voluntarias. ¿Ve el letrero? Yo sé que el miñi va en el medio. ¿El miñi? Evidentemente el miñi era un mihi latino: fili praebe mihi cor tuum. Ya ven, me dice ella, toda la vida diciendo el miñi.
En La Serna del Monte tenemos un fantástico lugar de reunión. Lo pregunté el primer día. ¿Dónde me puedo reunir si alguien quiere hablar conmigo? Aquí, en la sacristía, si tiene de todo. Pues es verdad. La mejor sala de reuniones de la sierra norte la tengo en la sacristía de La Serna: una excelente mesa camilla con un brasero eléctrico que es una gozada.
En Gascones acabamos de colocar la imagen de la Virgen del Rosario en el presbiterio, sobre una peana de piedra. A un lado del altar me colocaron otra peana de piedra para el sagrario. Fue verla y sacar a ese don Camilo que yo creo guardo dentro. Una columna cuadrada de piedra de más de metro y medio de altura y más de 30 cm. de lado. Yo solito, como un hombre. Ahora está colocada detrás del atar mayor, adosada a la pared, y justo en el medio. Todavía me queda elevar un poquito más el sagrario.
Me gusta pasarme por el museo parroquial de Braojos, donde guardamos ornamentos antiguos, algunos del siglo XVIII. De cuando en cuando sorprendo a Cándido, el sacristán. ¿Fiesta de San Vicente? ¡Bájate la casulla roja del terno antiguo! Hace poco celebramos el tercer centenario del gran milagro de la Virgen del Buen Suceso. ¿Y qué hacemos? me dice Cándido. ¿Cómo que qué hacemos? Apunta: vamos a bajar del museo la casulla blanca del siglo XVIII, el cáliz antiguo y las vinajeras de plata, y poner el mantel bueno de la Virgen. Ah, y por supuesto, en misa, incensario que no falte. Al acabar la misa, cantada en lo que buenamente fue posible, me dice: qué misa la de hoy, como en una catedral…
Lo que si he tenido que hacer es reducir monaguillos en las misas. Salían cuatro a la vez y no nos hacíamos con ellos. Ahora cada domingo ayudan dos y los otros dos pasan el cesto. Con dos monaguillos en el altar y Cándido en medio de ellos, parece que los vamos controlando.
Voy a tener que repasar el credo con la gente. El credo y algunas canciones, porque van colocando morcillas y podemos sufrir algún problema teológico grave. El otro día aguzo el oído en el credo y escucho que proclaman que “creo en Jesucristo, su único Hijo DE Nuestro Señor”. Si Nuestro Señor es Jesucristo, y a la vez decimos que es hijo de Nuestro Señor, podría ser Hijo de sí mismo… Oigan, por menos se han celebrado concilios y se ha llegado a las manos.
No es fácil lo de la pastoral de enfermos, no se crean. Me acerco hace unos días a visitar a N., mujer que solía ir a misa con frecuencia y que hace tiempo no puede salir de casa. Me ofrecí a llevarle la comunión de vez en cuando.“Ni se le ocurra, que tampoco estoy tan mala”. Pues no hubo forma de convencerla de lo contrario.
Me dirán que es aburrido lo de cura de pueblo…
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