Miércoles 27 de Septiembre de 2017
San Vicente de Paúl, presbítero
(MO). Blanco.
Martirologio Romano: Memoria de san Vicente Paúl, presbítero, que lleno de espíritu sacerdotal y entregado en París al servicio de los pobres, veía el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa Luisa de Marillac, fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad (+1660 dC). Fecha de canonización: Beatificado por el Papa Benedicto XIII el 13 de agosto de 1729, fue canonizado por Clemente XII el 16 de junio de 1737.
Antífona de entrada Cf. Lc 4, 18
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres y a sanar a los que se arrepienten de corazón.
Oración colecta
Dios nuestro, que para el servicio de los pobres y la formación del clero infundiste las virtudes apostólicas en el presbítero san Vicente de Paúl, concédenos que, animados por su mismo espíritu, amemos lo que él amó y pongamos por obra lo que enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Dios nuestro, que diste a san Vicente la gracia de realizar en su vida lo que celebraba en estos santos misterios, concédenos, por este sacrificio, ser transformados en una ofrenda agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 106, 8-9
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres, porque él sació a los que sufrían sed y colmó de bienes a los hambrientos.
Oración después de la comunión
Renovados con este sacramento celestial, te suplicamos, Dios nuestro, que, para imitar a tu Hijo en la evangelización a los pobres, siguiendo el ejemplo de san Vicente, recibamos la ayuda de su intercesión. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lectura Esd 9, 5-9
Lectura del libro de Esdras.
Yo, Esdras, a la hora de la ofrenda de la tarde, me levanté, y con la túnica y el manto desgarrados, caí de rodillas, extendí las manos hacia el Señor, mi Dios, y dije: “Dios mío, estoy tan avergonzado y confundido que no me atrevo a levantar mi rostro hacia ti. Porque nuestras iniquidades se han multiplicado hasta cubrirnos por completo, y nuestra culpa ha subido hasta el cielo. Desde los días de nuestros padres hasta hoy, nos hemos hecho muy culpables, y a causa de nuestras iniquidades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes, fuimos entregados a los reyes extranjeros, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a la vergüenza, como nos sucede en el día de hoy. Pero ahora, hace muy poco tiempo, el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto de sobrevivientes y de darnos un refugio en su Lugar santo. Así nuestro Dios ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud. Porque nosotros estamos sometidos; pero nuestro Dios no nos ha abandonado en medio de la servidumbre. Él nos obtuvo el favor de los reyes de Persia, para animarnos a levantar la Casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas, y para darnos una muralla en Judá y en Jerusalén”.
Palabra de Dios.
Comentario
Esdras era un sacerdote que se comprometió con la reconstrucción del templo luego de que los judíos terminaran su exilio en Babilonia. Lejos de tener una actitud triunfalista por el espacio recuperado, con un corazón penitente reconoce las culpas del pueblo. Y presenta una ofrenda al Señor para que los pecados sean perdonados.
[Sal] Tob 13, 2-4. 5. 8
R. ¡Bendito sea Dios, que vive eternamente!
Él castiga y tiene compasión, hace bajar hasta el Abismo y hace subir de la gran Perdición, sin que nadie escape de su mano. R.
¡Celébrenlo ustedes, israelitas, delante de todas las naciones! Porque él los ha dispersado en medio de ellas, pero allí les ha mostrado su grandeza. R.
Exáltenlo ante todos los vivientes porque él es nuestro Señor, nuestro Dios y nuestro Padre, él es Dios por todos los siglos. R.
Él los castiga por sus iniquidades, pero tendrá compasión de todos ustedes, y los congregará de entre todas las naciones por donde han sido dispersados. R.
¡Conviértanse, pecadores, y practiquen la justicia en su presencia! ¡Quién sabe si él no les será favorable y tendrá misericordia de ustedes! R.
Aleluya Mc 1, 15
Aleluya. El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia. Aleluya.
Evangelio Lc 9, 1-6
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para sanar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: “No lleven nada para el camino, ni bastón, ni provisiones, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”. Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y sanando enfermos en todas partes.
Palabra del Señor.
Comentario
“Jesús le encomendó a sus discípulos durante su ministerio público la tarea de difundir con signos y palabras el mensaje que él anunciaba. La naturaleza de esta misión explica las exigencias tan radicales de la llamada y el seguimiento. Para poder llevar a cabo la misión, los discípulos deben renunciar a ciertas ataduras y obligaciones para poder dedicarse completamente, así como Jesús, a esta”.
Oración introductoria
Señor, quiero ponerme en camino para predicar tu Reino con mi testimonio de vida. Inicio poniendo en tus manos mi intención y te pido, en esta oración, que me concedas un corazón generoso y seguro de su misión, para la cual sólo necesito de tu gracia.
Petición
Jesús, dame tu gracia para ser un auténtico discípulo y misionero de tu amor.
Meditación
Jesús se busca colaboradores para llevar a término la obra que su Padre le había encomendado. ¿Es que no podía realizarla solo? ¿Será que Dios quiere contar con la ayuda del hombre?. Dios que en su poder tiene todo en sus manos, quiere sin embargo hacerse débil y necesitar de la colaboración de los hombres.
Pero notemos, a los discípulos les envía con toda clase de poderes: curar enfermos, echar demonios; sin ninguna cosa propia en la que pudieran apoyarse: ni comida, ni bastón, ni dinero. Es que el anuncio del reino hay que hacerlo desde la gratuidad y la libertad. Lo que “gratis” se nos ha dado, gratuitamente hemos de entregarlo, sin quedarnos con nada que pueda hacer crecer nuestro orgullo. Es la pobreza del que se siente dependiendo de otro, sabiendo que la riqueza que posee no es suya y la gloria que recibe no es a su persona, sino para Aquel que lo envía.
¿Qué se necesita para predicar el Evangelio? Conocerlo. Nada más. Vamos, pues, a descubrir dos lecciones que se esconden en este pasaje de san Lucas.
La primera es la profunda fe que debe tener el enviado a proclamar el Reino de Dios. Debe poner toda su confianza en Dios y no en sus propios recursos, sabiduría, medios técnicos, etc. Y esa fe exige también el desapego de las comodidades y la esperanza de que Dios proveerá todo aquello que necesite el apóstol para cumplir con su labor.
La segunda enseñanza va dirigida a los fieles que acogen al misionero, sacerdote o religiosa que viene de parte de Dios. Porque si ellos han entregado su vida, su tiempo y su esfuerzo para darnos a conocer lo más importante, ¿cómo vamos a despedirles sin darles ni siquiera de comer?
Jesús nos invita a atender las necesidades materiales de la Iglesia. Por ejemplo, ¿sabes cuántos seminaristas se están formando actualmente? ¿Y cómo lo harán para pagarse los estudios, la alimentación, el vestido, etc? Sería muy triste que un joven dejase casa, familia y amigos para abrazar la vocación sacerdotal y luego no tuviese medios para completar su formación.
Es buen momento para reflexionar en todo lo que nos da la Iglesia y ver qué aportamos nosotros a cambio. Gracias, Señor, que con paciencia nos adoctrinas en tu Escuela y quieres servirte de nuestras manos para la construcción del Reino, te pedimos ahondes en nosotros capacidades de infinito para recibir en abundancia tus dones.
Propósito
Acercar a Cristo, con mi oración y atención, a quien esté pasando por la enfermedad.
Diálogo con Cristo
Señor, el mundo necesita apóstoles santos. La persona «moderna» se caracteriza por su insensibilidad e indiferencia ante las necesidades de los demás. Por eso confío en que esta oración me ayude a pasar mi vida haciendo el bien, pensando bien, hablando bien y dando no sólo lo que tengo, sino sobre todo, lo que soy, con sencillez y generosidad.
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