El tiempo libre
No es tiempo de huida.
Es tiempo de madurar, de crianza, de silencio, de espera.
Tiempo de intimidad en el amor, de soledad, de susurros, de risas contenidas.
Tiempo de apertura, de mirar a los que amas para descubrirlos por primera vez.
Tiempo de siembra, de dar vida a las viejas utopías que un día soñaste.
Tiempo de descanso, de esconder tu fatiga a la sombra del alma.
Tiempo de calcular los kilómetros andados y los aun debes recorrer.
Tiempo de abrazar a quien lo necesita, de hacer cosquillas a los tristes.
Tiempo de escuchar la melodía del viento, los timbales del trueno, el goteo de la lluvia..., y las palabras de tus amigos
Tiempo de mirar los a ojos de los mendigos y descubrir en ellos la mirada de Cristo
Tiempo de abrir la puerta al Dios-mendigo que balbucea cada día su llamada.
Tiempo de fe; de luz y de penumbra.
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