La liturgia diaria meditada - Quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre (Mt 10,24-33) 15/07



Sábado 15 de Julio de 2017
San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia
(MO). Blanco

Martirologio Romano:Memoria de la inhumación de san Buenaventura, obispo de Albano y doctor de la Iglesia, celebérrimo por su doctrina, por la santidad de su vida y por las preclaras obras que realizó en favor de la Iglesia. Como ministro general rigió con gran prudencia la Orden de los Hermanos Menores, siendo siempre fiel al espíritu de san Francisco y en sus numerosos escritos unió suma erudición y piedad ardiente. Cuando estaba prestando un gran servicio al II Concilio Ecuménico de Lyon, mereció pasar a la visión beatífica de Dios (+1274 dC).

Antífona de entrada         Ez 34, 11. 23-24
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y suscitaré un pastor que las apaciente: Yo, el Señor, seré su Dios.
Oración colecta     
Concédenos, Dios todopoderoso, que al celebrar la conmemoración del obispo san Buenaventura, aprovechemos sus admirables enseñanzas e imitemos el ardor de su caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas        
Mira con bondad, Señor, las ofrendas que traemos a tu altar en la fiesta de san Buenaventura, de manera que, alcanzándonos el perdón, glorifiquen tu nombre. Por Jesucristo nuestro Señor.

Antífona      Jn 15, 16
Dice el Señor: “No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero”.

Oración después de la comunión
Renovados por tus sagrados misterios, te suplicamos humildemente, Señor, que, a ejemplo de san Buenaventura, nos esforcemos por proclamar lo que él creyó y practicar lo que enseñó. Por Jesucristo nuestro Señor.

Lectura        Gn 49, 29-32; 50, 15-26a
Lectura del libro del Génesis.
Jacob dio a sus hijos esta orden: “Yo estoy a punto de ir a reunirme con los míos. Entiérrenme junto con mis padres, en la caverna que está en el campo de Efrón, el hitita, en el campo de Macpelá, frente a Mamré, en la tierra de Canaán, el campo que Abraham compró a Efrón, el hitita, para tenerlo como sepulcro familiar. Allí fueron enterrados Abraham y Sara, su esposa; allí fueron enterrados Isaac y Rebeca, su esposa; y allí también sepulté a Lía. Ese campo y la caverna que hay en él fueron comprados a los hititas”. Al ver que su padre había muerto, los hermanos de José se dijeron: “¿Y si José nos guarda rencor y nos devuelve todo el mal que le hicimos?”. Por eso le enviaron este mensaje: “Antes de morir, tu padre dejó esta orden: ‘Díganle a José: Perdona el crimen y el pecado de tus hermanos, que te hicieron tanto mal. Por eso, perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre’”. Al oír estas palabras, José se puso a llorar. Luego sus hermanos fueron personalmente, se postraron ante él y le dijeron: “Aquí nos tienes: somos tus esclavos”. Pero José les respondió: “No tengan miedo. ¿Acaso yo puedo hacer las veces de Dios? El designio de Dios ha transformado en bien el mal que ustedes pensaron hacerme, a fin de cumplir lo que hoy se realiza: salvar la vida a un pueblo numeroso. Por eso, no teman. Yo velaré por ustedes y por las personas que están a su cargo”. Y los reconfortó, hablándoles afectuosamente. José permaneció en Egipto junto con la familia de su padre, y vivió ciento diez años. Así pudo ver a los hijos de Efraím hasta la tercera generación; y los hijos de Maquir, hijo de Manasés, también nacieron sobre las rodillas de José. Finalmente, José dijo a sus hermanos: “Yo estoy a punto de morir, pero Dios los visitará y los llevará de este país a la tierra que prometió con un juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob”. Luego hizo prestar un juramento a los hijos de Israel, diciéndoles: “Cuando Dios los visite, lleven de aquí mis restos”. José murió a la edad de ciento diez años.
Palabra de Dios.

Comentario
El final del libro del Génesis, que narra la historia de José, expone el gran mensaje de estos relatos patriarcales: Dios ha hecho a Abraham la promesa de formar un gran pueblo, y esa promesa es irrevocable. A pesar de los contratiempos y del egoísmo humano, Dios no desiste de su amor. Por su parte, estas familias deben conservar viva esa promesa de Dios, transmitiendo su alianza de generación en generación.

Salmo 104, 1-4. 6-7
R. ¡Busquen al Señor y vivirán!

¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, hagan conocer entre los pueblos sus proezas; canten al Señor con instrumentos musicales, pregonen todas sus maravillas! R.

¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor! ¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro! R.

Descendientes de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra rigen sus decretos. R.

Aleluya        1Ped 4, 14
Aleluya. Felices si son ultrajados por el nombre de Cristo, porque el Espíritu de gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre ustedes. Aleluya.

Evangelio     Mt 10, 24-33
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus Apóstoles: «No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo. Ya le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo. Si al dueño de la casa le han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a sus domésticos!

»No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados. Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos. Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos».
Palabra del Señor.

Comentario
¡Qué valiosos somos para nuestro Padre! Todos, y cada uno de nosotros, estamos en sus manos amorosas. La vida de cada ser humano sobre esta tierra es valiosísima para Dios y digna de su cuidado. Esto nos compromete también a cuidarnos unos a otros, y a valorar la vida de todas las personas, que son criaturas de Dios.

Oración introductoria
Dame, Señor, la fe, la esperanza y la caridad para vivir el estilo de vida que me propone tu Evangelio. La mentira domina al mundo con medios cada vez más veloces y sofisticados, mientras la evangelización parece tomar un ritmo lento. Por eso te pido que ilumines mi oración, de modo que ésta me dé la luz y fuerza para responder, con prontitud y generosidad, a lo que me toca hacer. 

Petición
Señor, dame la valentía necesaria para cumplir tu voluntad en cada momento de mi vida.

Meditación 

El Evangelio de hoy nos abre los ojos respecto al hecho ineludible de que el discípulo sea a veces incomprendido, encuentre obstáculos o hasta sea perseguido por haberse declarado seguidor de Cristo. La vida de Jesús fue un servicio ininterrumpido en defensa de la verdad. Si a Él se le apodó como “Beelzebul”, no es extraño que nos tachen de retrógrados. La fidelidad a Cristo Maestro es el máximo reconocimiento del que podemos gloriarnos: «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos» (Mt 10,32).

Para el fiel cristiano la vida terrenal es sobre todo ocasión de crecer en el amor por su Creador. Por eso Dios nos advierte que, incluso si humanamente el desaliento nos atenaza, tenemos que estar dispuestos a perder la vida del cuerpo, si con esto vamos a conseguir la gloria por la vida del alma, que es la eternidad.

Más que preocuparse de la estima de los otros o peor aún orientar nuestra vida según las costumbres de la moda, lo que realmente debería importarnos es preocuparnos por las enseñanzas del Hijo de Dios y los valores de la doctrina cristiana. Conocerlos, respetarlos no por obligación sino por elección diaria. Vivirlos auténticamente significa sencillamente emprender y aventurarse en la misión de ser testigos. Es pesado y cansado, a veces incómodo hasta casi a perder los ánimos. 

"Que vuestra conducta entre los paganos sea siempre irreprochable porque mientras os calumnien como malhechores, al ver vuestras buenas obras lleguen a glorificar Dios en el día del juicio", 1Pt 2,12. 

Propósito
Pedir a Dios la fuerza para salir de mí mismo y poder adecuar, sin temor, mi voluntad a la suya.

Diálogo con Cristo
Jesús, te reconozco como mi Dios y Señor, acepto el estilo de vida propuesto en tu Evangelio como el camino que me puede llevar a la santidad. Pero es un camino arduo, contra corriente, porque el mal tiene muchas y nuevas caras y las tentaciones se multiplican. Ataques vienen de todos lados: familia, amigos, medios de comunicación. Pero también para Ti fue difícil, así que ayúdame a no quejarme, a tener la sabiduría y la fortaleza para defender siempre tu verdad y buscar medios eficaces para mi formación permanente, medio por el cual puedo convertirme en un eficaz discípulo y misionero. 



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