Que los celebro mañana, 17 de junio, encompañía de los compañeros sacerdotes que se ordenaron conmigo y con los que doy gracias a Dios por todo este tiempo de gracia y de alegría. Y le pido a Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote y a su madre la Virgen que nos guarden y acompañen en nuestro ministerio para que sea muy fecundo.
Y con todos mis amigos de cerca y de lejos le canto con gozo:
¡Sin detenerme por nada voy siguiendo al Buen Pastor y vivo cada jornada sirviendo al Pueblo de Dios!
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