Sábado 20 de Mayo de 2017
Misa a elección:
Sábado V de Pascua. Blanco.
San Bernardino de Siena, presbítero. (ML). Blanco.
Beata María Crescencia Pérez, virgen. (ML). Blanco.
Bernardino fue un evangelizador incansable. Luego de haber estudiado en la universidad de Siena, ingresó en la orden de los Franciscanos. Se entregó completamente a la misión evangelizadora y recorrió toda Italia con sus sermones. Extendió la devoción al nombre de Jesús con el anagrama JHS: “Jesús Salvador de los Hombres”. Dejó numerosos libros con los escritos de sus predicaciones. Falleció en el año 1444.
María Crescencia nació en San Martín (Buenos Aires, Argentina), el 17 de agosto de 1897, y murió el 20 de mayo de 1932. En 1915 comenzó los estudios religiosos en la Congregación de las Hermanas Hijas de María Santísima del Huerto, en Buenos Aires. Inició así una nueva vida, colmada de buenas acciones, al servicio de los pobres, de los enfermos y desprotegidos. Trabajó en Mar del Plata, junto a los niños con tuberculosis ósea. Allí se enfermó de bronco pulmonitis y de a poco su salud comenzó a deteriorarse, al año siguiente contrajo tuberculosis pulmonar. Llevo una vida de entrega total a Cristo y a los hermanos más pequeños.
Antífona de entrada Col 2, 12
Con Cristo fueron sepultados en el bautismo, y con él resucitaron por la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.
Oración colecta
Dios todopoderoso, que nos das vida eterna por medio del bautismo, te pedimos que, llamados a la inmortalidad de tu perdón, nos otorgues la plenitud de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
O bien de san Bernardino
Dios nuestro, que concediste al presbítero san Bernardino un amor ardiente al santo nombre de Jesús, por su intercesión y sus méritos enciende en nosotros tu espíritu de caridad. Por nuestro Señor Jesucristo…
O bien de beata María Crescencia
Dios y Padre nuestro, que por tu amor a los pequeños y a los pobres has guiado a la beata María Crescencia, virgen, por el camino de la humildad y la sencillez; por su intercesión, concede también a nosotros, servir a nuestros hermanos más necesitados con la dulzura de la caridad y la fuerza de la bondad. Por nuestro Señor Jesucristo…
Oración sobre las ofrendas
Señor Dios, recibe con misericordia la ofrenda de tu familia, para que bajo tu protección no pierda los dones recibidos y alcance los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 17, 20-21
Dice el Señor: “Padre, ruego por ellos, para que sean uno; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Aleluya.
Oración después de la comunión
Señor, protege siempre con amor de Padre al pueblo que has salvado por la pasión de tu Hijo, y se alegra con su resurrección. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Lectura Hech 16, 1-10
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Pablo llegó a Derbe y más tarde a Listra, donde había un discípulo llamado Timoteo, hijo de una judía convertida a la fe y de padre pagano. Timoteo gozaba de buena fama entre los hermanos de Listra y de Iconio. Pablo quería llevarlo consigo, y por eso lo hizo circuncidar en consideración a los judíos que había allí, ya que todo el mundo sabía que su padre era pagano. Por las ciudades donde pasaban, transmitían las decisiones tomadas en Jerusalén por los Apóstoles y los presbíteros, recomendando que las observaran. Así, las Iglesias se consolidaban en la fe, y su número crecía día tras día. Como el Espíritu Santo les había impedido anunciar la Palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y la región de Galacia. Cuando llegaron a los límites de Misia, trataron de entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. Pasaron entonces por Misia y descendieron a Tróade. Durante la noche, Pablo tuvo una visión. Vio a un macedonio de pie, que le rogaba: “Ven hasta Macedonia y ayúdanos”. Apenas tuvo esa visión, tratamos de partir para Macedonia, convencidos de que Dios nos llamaba para que la evangelizáramos.
Palabra de Dios.
Comentario
Quien guía la misión de la Iglesia es el Espíritu Santo. Él es el que marca el rumbo y señala los lugares por evangelizar. Lo mismo sigue ocurriendo hoy. El Espíritu Santo conoce el camino. Dejemos que él nos empuje.
Salmo 99, 1b-3. 5
R. ¡Aclame al Señor toda la tierra!
Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta él con cantos jubilosos. R.
Reconozcan que el Señor es Dios: Él nos hizo y a él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones. R.
Aleluya Col 3, 1
Aleluya. Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Aleluya.
Evangelio Jn 15, 18-21
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia. Acuérdense de lo que les dije: El servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes. Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.
Palabra del Señor.
Comentario
El “mundo” es la realidad del rechazo a Dios y la falta de fe. El mundo se opone a todo lo que viene de Dios. A este odio del mundo, los cristianos respondemos con el amor. Porque así lo hizo Dios, que amó tanto al mundo como para entregar a su Hijo.
Oración introductoria
Espíritu Santo abre mi corazón y mi mente para saber descubrir lo que el Señor quiere decirme a través de la liturgia el día de hoy. Quiero ser un fiel discípulo del Maestro resucitado. En el mundo de hoy no es fácil ser un auténtico discípulo, es por eso que me pongo en actitud orante para alcanzar las gracias que necesito para dar testimonio de él ante el mundo.
Petición
Señor, que no tenga miedo en vivir con autenticidad mi vida cristiana sino que lo haga con valentía, buscando ser fermento en el mundo de hoy.
Meditación
Hoy, el Evangelio contrapone el mundo con los seguidores de Cristo. El mundo representa todo aquello de pecado que encontramos en nuestra vida. Una de las características del seguidor de Jesús es, pues, la lucha contra el mal y el pecado que se encuentra en el interior de cada hombre y en el mundo. Por esto, Jesús resucitado es luz, luz que ilumina las tinieblas del mundo. Que esta luz nos haga fuertes y capaces de aceptar y amar la entera Verdad de Cristo, de amarla más cuanto más la contradice el mundo.
Ni el cristiano, ni la Iglesia pueden seguir las modas o los criterios del mundo. El criterio único, definitivo e ineludible es Cristo. No es Jesús quien se ha de adaptar al mundo en el que vivimos; somos nosotros quienes hemos de transformar nuestras vidas en Jesús. «Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre». Esto nos ha de hacer pensar. Cuando nuestra sociedad secularizada pide ciertos cambios o licencias a los cristianos y a la Iglesia, simplemente nos está pidiendo que nos alejemos de Dios. El cristiano tiene que mantenerse fiel a Cristo y a su mensaje. Dice san Ireneo: «Dios no tiene necesidad de nada; pero el hombre tiene necesidad de estar en comunión con Dios. Y la gloria del hombre está en perseverar y mantenerse en el servicio de Dios».
Ser discípulo de Cristo conlleva a una identificación total con él, un buscar conocerle para poder amarle y así transmitirle. En medio de la sociedad de hoy el mensaje cristiano no goza de una total aceptación, el evangelio incomoda a más de alguno. Esto ha sido una constante en la historia. Sin embargo el mundo necesita a Cristo, las personas tienen sed de Dios. Como cristianos estamos llamados a anunciar ese mensaje de Cristo. El precio de este anuncio es la cruz, una cruz que se hace llevadera cuando se carga junto a Jesús.
Esta fidelidad puede traer muchas veces la persecución: «Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros» (Jn 15,20). No hemos de tener miedo de la persecución; más bien hemos de temer no buscar con suficiente deseo cumplir la voluntad del Señor. ¡Seamos valientes y proclamemos sin miedo a Cristo resucitado, luz y alegría de los cristianos! ¡Dejemos que el Espíritu Santo nos transforme para ser capaces de comunicar esto al mundo!.
Propósito
Mencionaré a Cristo en mis conversaciones de hoy, poniéndolo como ejemplo de vida.
Diálogo con Cristo
Ser discípulo tuyo, Señor, no es fácil. Requiere sacrificio y cruz. ¿Pero acaso hay vida fácil? Aunque uno busque vivir sin cruz, la cruz siempre se hace presente. No hay como cargar la cruz contigo pues es la única manera de encontrarle sentido a la vida. Quiero amarte, Señor, y quiero transmitirte a mis hermanos porque muchos viven tristes y sin sentido porque no se han encontrado contigo. Hazme un instrumento de tu amor.
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