Por gracia de Dios pudimos participar hace dos días de una de las conferencias que la Dra. rumana, Anca María Cernea, diera en Buenos Aires. Esta vez fue en el Colegio San Pablo, con auditorio repleto.
Su claridad en la exposición (hablaba perfectamente el castellano) su doctrina católica y su decisión han sido realmente admirables; por algo había sido invitada a disertar frente al Sínodo de las Familias.
Ya podrán ver algo de su paso por Argentina en el blog de María Virginia de Gristelli.
Pero para mí, esta mujer ha hecho el papel de una pastora; y, si fuera feminista y adaptado a los signos de los tiempos, diría que hasta una “madre de la Iglesia"…
Venga entonces el texto de esta brevísima entrevista para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
Más y más largas entrevistas pueden verse aquí, aquí, aquí o aquí
“Es la Iglesia la que construyó esta civilización y no vamos a dejarla en manos de los revolucionarios".
P. Javier Olivera Ravasi: Ud. pudo participar del último Sínodo de las Familias en Roma, frente al Papa y a los cardenales, querríamos saber ¿cuál fue la reacción ante su discurso y su testimonio como parte de una Iglesia perseguida como la rumana?
Dra. Anca Maria Cernea: El Papa estaba escuchando y no hubo reacción en aquel momento, lo que me sorprendió… Sí oí aplausos, pero creía que eran mis amigos porque ya nos habíamos hecho amigos durante las dos semanas que precedieron a aquel momento; no me di cuenta de que era una reacción de aprobación. Pero después durante la pausa vinieron muchos a hablarme; porque yo creo que si uno levanta la bandera hay muchos que se reconocen en esto y entonces se hace amigos por haber dicho ciertas cosas. No hubo ninguna reacción negativa. Y bueno, el discurso lo publicaron en el sitio del Vaticano y allí está todavía, no hubo ninguna discusión.
P. Javier Olivera Ravasi: Usted recién nos decía, fuera de la cámara, que hay mucha gente que piensa católicamente, que piensa bien. Ahora, ¿por qué nos parece que el decir algunas verdades simples y sencillas, las del Evangelio, se “hace tanto ruido”, se causa tanto alboroto?
Dra. Anca Maria Cernea: Se nos hace creer que estamos solos y que somos los últimos que quedamos con la buena doctrina, con la doctrina normal de la Iglesia y que el mundo ha cambiado y que nosotros somos los retrasados, que no entendemos el progreso, pero la verdad es que la mayoría de nuestras sociedades… no hablo sólo de la Iglesia sino de las sociedades, de nuestros países, todavía guardan sentido común que viene del cristianismo. Lo que pasa es que nosotros recibimos la información de los medios que están dominados por la izquierda; porque así es la estrategia de ellos. Tenemos que salir de este círculo vicioso y tratar de llegar a nuestra gente que está esperando que alguien diga la verdad; y luego van a seguirnos también.
P. Javier Olivera Ravasi: ¿Qué opina de esta Carta que, recientemente, cuatro cardenales han dirigido al Papa Francisco, pidiendo una clarificación respecto al documento post-sinodal Amoris Laetitia?
Dra. Anca Maria Cernea: Como fiel católico le doy gracias a Dios por la existencia de tales jerarcas y le pido a Dios que los bendiga y los proteja y espero que el Papa responda. Yo creo que es una manera heroica de cumplir su deber de jerarcas y de servir a la Iglesia, porque lo hacen para servir a la Iglesia, no lo hacen para crear discusiones.
P. Javier Olivera Ravasi: Usted viene de un país perseguido por el comunismo, sabe lo que implica ser una Iglesia martirial; su padre mismo fue encarcelado por intentar ser fiel al catolicismo verdadero, por su amor a la Patria… ¿No cree usted que la Iglesia ha dejado un poco de lado ese estilo, limitándose a conservar puramente el orden natural, la defensa de la vida, etc.?
Dra. Anca Maria Cernea: Sí, sí, yo pienso que es así. Depende también del lugar, porque nosotros ahí estamos muy cerca de Polonia. Polonia es muy buen ejemplo. Ahí no sólo que no se contentan con defenderse sino que lo que hacen es reconquistar a la sociedad; y si hay personas que perdieron la fe, bueno, hay que evangelizarlos y convertirlos. Ellos no se resignan simplemente con defender los últimos baluartes de la vida, de la familia, de la educación de los hijos. Tienen esta convicción profunda: que es la sociedad de ellos, es la civilización cristiana, es la Iglesia la que construyó esta civilización y no vamos a dejarla en manos de los revolucionarios.
P. Javier Olivera Ravasi: Por último, quería darle las gracias porque aunque las mujeres no son nombradas “padres de la Iglesia”, pueden ser nombradas algunas veces “madres de la Iglesia” al decir algunas verdades. Le agradecemos enormemente el testimonio y su visita por nuestra Argentina.
Dra. Anca Maria Cernea: Muchas gracias.
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