Interesante artículo de Miquel Urmeneta publicado en "El Mundo":
En los últimos meses, el mundo occidental ha asistido a dos hechos políticos de gran impacto: el Brexit y la nominación de Trump como candidato republicano a la Casa Blanca. Estos episodios han sido considerados por muchos como insólitos por el éxito conseguido a pesar de haber basado sus campañas -por lo menos, en parte- en mentiras. En el caso del Brexit, llama la atención que las declaraciones de Nigel Farage en sus primeras reacciones al resultado no tuvieran mayores consecuencias políticas. Después de todo, el reconocimiento que -una vez fuera de la UE- Gran Bretaña no dispondría de los millones de libras prometidos para su sistema sanitario supone negar un eje del leave. Trump, por su parte, puede afirmar que Obama es uno de los fundadores del Estado Islámico o negar que haya nacido en EEUU impunemente. El engaño sale a cuenta: dimisiones como la de Nixon parecen propias de otros tiempos. The Times They Are A-Changin'.
En los últimos meses, el mundo occidental ha asistido a dos hechos políticos de gran impacto: el Brexit y la nominación de Trump como candidato republicano a la Casa Blanca. Estos episodios han sido considerados por muchos como insólitos por el éxito conseguido a pesar de haber basado sus campañas -por lo menos, en parte- en mentiras. En el caso del Brexit, llama la atención que las declaraciones de Nigel Farage en sus primeras reacciones al resultado no tuvieran mayores consecuencias políticas. Después de todo, el reconocimiento que -una vez fuera de la UE- Gran Bretaña no dispondría de los millones de libras prometidos para su sistema sanitario supone negar un eje del leave. Trump, por su parte, puede afirmar que Obama es uno de los fundadores del Estado Islámico o negar que haya nacido en EEUU impunemente. El engaño sale a cuenta: dimisiones como la de Nixon parecen propias de otros tiempos. The Times They Are A-Changin'.
Frente a este fenómeno, medios de referencia han iniciado un debate que comenzó en la esfera anglosajona para posteriormente ir permeando otras. Diarios como The Guardian, The Economist, Le Monde, Slate o el Washington Post se preguntan cómo ha podido suceder. La directora de The Guardian, Katharine Viner, rescata el concepto de post-truth politics. Una expresión que acuñó David Roberts en 2010 para referirse a los políticos que negaban el cambio climático a pesar de las pruebas científicas en sentido contrario. La novedad era entonces considerar la verdad como algo secundario. Justo lo que pasa ahora. Para Viner, los elementos de la política de la post-verdad actualmente son: unos políticos que apelan constantemente a los sentimientos; la situación de gran debilidad de los medios de comunicación, necesitados de clics para su supervivencia; y el hecho de que una parte cada vez mayor de los públicos se informa a partir de contenidos seleccionados por algoritmos.

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