No he resistido más de tres días para concluirla, con una emoción e intriga como no sentía hace tiempo. Por no novela, sino obra de teatro, sus trescientas páginas se leen con rapidez. Pero está tan bien tramada, tan imaginativamente llevada y tan sorpresivamente resuelta, que engancha y obliga a seguir leyendo, casi diríamso con adicción.
Además la veo llena de valores familiares, de diálogo, amor, amistad, espírito de sacrificio, lucha entre el bien y el mal, venciendo el bien, que me ha encantado.
Además ayuda a revivir la trama de las entregas anteriores y sus personajes más significativos e inolvidables ¡Qué disfrute poder leer obras así!
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