Domingo 03 de Julio de 2016
14º Domingo durante el año
Verde
Semana 2ª del Salterio.
Martirologio Romano: Fiesta de santo Tomás, apóstol, que cuando los otros discípulos le anunciaron que Jesús había resucitado, no lo creyó, pero cuando Jesús le mostró su costado traspasado por la lanza, exclamó: «Señor mío y Dios mío». Es tradición que evangelizó los pueblos de la India, transmitiéndoles la fe que él había recibido. s. I.
Antífona de entrada cf. Sal 47, 10-11
En tu santo templo, Señor, evocamos tu misericordia; la gloria de tu nombre llega hasta los confines de la tierra. Tu derecha está llena de justicia.
Oración colecta
Dios nuestro, que por la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída; concédenos una santa alegría, para que, liberados de la servidumbre del pecado, alcancemos la felicidad que no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Padre del cielo, que este sacrificio consagrado a tu nombre nos purifique y nos encamine, cada día más, hacia la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 33, 9
Gusten y vean qué bueno es el Señor. Feliz el hombre que espera en él.
O bien: cf. Mt 11, 28
“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré”, dice el Señor.
Oración después de la comunión
Alimentados con tan grandes dones, te pedimos, Padre, recibir sus frutos de salvación y no dejar nunca de alabarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
1ª Lectura Is 66, 10-14
Lectura del libro de Isaías.
¡Alégrense con Jerusalén y regocíjense a causa de ella, todos los que la aman! ¡Compartan su mismo gozo los que estaban de duelo por ella, para ser amamantados y saciarse en sus pechos consoladores, para gustar las delicias de sus senos gloriosos! Porque así habla el Señor: Yo haré correr hacia ella la prosperidad como un río, y la riqueza de las naciones como un torrente que se desborda. Sus niños de pecho serán llevados en brazos y acariciados sobre las rodillas. Como un hombre es consolado por su madre, así yo los consolaré a ustedes, y ustedes serán consolados en Jerusalén. Al ver esto, se llenarán de gozo, y sus huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus servidores, y a sus enemigos, su indignación.
Palabra de Dios.
Comentario
La esperanza es una de las grandes actitudes de los profetas. Ellos ven luto en sus pueblos, pero también saben que algún día celebrarán la alegría de ver su grandeza, y el triunfo de la paz y la justicia.
Sal 65, 1-3a. 4-7a. 16. 20
R. ¡Aclame al Señor toda la tierra!
¡Aclame al Señor toda la tierra! ¡Canten la gloria de su Nombre! Tribútenle una alabanza gloriosa, digan al Señor: “¡Qué admirables son tus obras!”. R.
Toda la tierra se postra ante ti, y canta en tu honor, en honor de tu Nombre. Vengan a ver las obras del Señor, las cosas admirables que hizo por los hombres. R.
Él convirtió el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Por eso, alegrémonos en él, que gobierna eternamente con su fuerza. R.
Los que temen al Señor, vengan a escuchar, yo les contaré lo que hizo por mí. Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni apartó de mí su misericordia. R.
2ª Lectura Gál 6, 14-18
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia.
Hermanos: Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo. Estar circuncidado o no estarlo, no tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva criatura. Que todos los que practican esta norma tengan paz y misericordia, lo mismo que el Israel de Dios. Que nadie me moleste en adelante: yo llevo en mi cuerpo las cicatrices de Jesús. Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo permanezca con ustedes. Amén.
Palabra de Dios.
Comentario
San Pablo no acepta divisiones entre aquellos que se ponen a favor de la circuncisión o en contra de ella. Esas son discusiones que atrasan el crecimiento de la comunidad, porque lo importante es vivir como criaturas nuevas. Pensemos en cuánto tiempo y energía perdemos discutiendo en nuestras comunidades y nos olvidamos de vivir la novedad del Evangelio.
Aleluya Col 3, 15a-16a
Aleluya. Que la paz de Cristo reine en sus corazones; que la Palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Aleluya.
Evangelio Lc 10, 1-12. 17-20
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El Señor designó a otros setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni provisiones, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; sanen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’. Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: ‘¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca’. Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad”. Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre”. Él les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo”.
Palabra del Señor.
O bien, más breve Lc 10, 1-9
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El Señor designó a otros setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni provisiones, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; sanen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’”.
Palabra del Señor.
Comentario
Con frecuencia, los enviados de Jesús serán rechazados por aquellos a quienes llevan la Buena Noticia. Con la imagen de sacudirse hasta el polvo de los pies, Jesús les pide a sus mensajeros que no adquieran las mismas actitudes de los que se oponen al Evangelio.
Oración introductoria
Señor, humildemente inicio mi oración pidiendo tu luz. Estoy seguro de que, al igual que a los 72 discípulos, tu gracia es capaz de encender la llama de mi amor a la misión que me has dado.
Petición
Jesús, hazme un discípulo misionero y de tu amor.
Meditación
1.- Designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: la mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. Que todos los discípulos de Jesús tenemos vocación misionera, es decir, que tenemos la obligación de predicar y anunciar el evangelio de Jesús, es algo evidente para todos los cristianos. El evangelista Marcos, al final de su evangelio dice que Jesús mandó a sus discípulos ir por el mundo entero predicando la Buena Nueva a toda la creación. La Iglesia de Jesús o es misionera, o no es Iglesia. La tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión especial, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. El número de los discípulos que mandó Jesús a predicar, 72, al que se hace referencia en el evangelio de hoy, hace referencia, sin duda, a todos los pueblos de la tierra, aludiendo a Génesis 20 y a Números, 11. Convencidos, por tanto, cada uno de nosotros de que tenemos vocación misionera, lo importante es que acertemos en el modo concreto en que debemos realizar esta vocación. Porque debemos adaptarnos cada uno de nosotros al momento y circunstancias en las que vivamos. En cualquier caso, debemos tener claro que debemos evangelizar no sólo con la palabra, sino sobre todo con la vida. Siendo fieles al evangelio de Jesús y anteponiendo nuestra vocación cristiana y misionera a cualquier otra ocupación o trabajo que, por vocación o por profesión, tengamos que realizar también. No somos primero trabajadores y después cristianos, sino que lo cristiano debe marcar cualquier trabajo u ocupación que realicemos. Nuestra condición misionera debe constituir nuestra identidad más profunda.
2.- Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni sandalias… Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta casa”. No caigamos en la tentación de querer imponer nuestro cristianismo por la fuerza, o con prepotencia u ostentación, o con orgullo. Debemos mostrarnos siempre ante los demás con mansedumbre, con humildad, con deseo de servir, no de dominar. Jesucristo, cuando, después de su resurrección, se presentaba a sus discípulos, lo primero que les decía era: “la paz esté con vosotros”. Seamos nosotros, como seguidores de Jesús, hombres de paz, pacíficos y pacificadores. Ya decía san Francisco de Sales que se atraían más moscas con una gota de miel, que con cien barriles de vinagre. La frase de Jesús: “Como corderos en medio de lobos”, debemos aplicárnosla a nosotros mismos, antes que pensar que todos los demás son lobos. No tratemos de ver a los demás como lobos, sino, sobre todo, de mostrarnos nosotros como corderos, tanto dentro de nuestra familia, como en el trabajo, o en la calle. Tratemos de imitar al corazón de Jesús, cuya fiesta ya hemos celebrado, siendo siempre mansos y humildes de corazón.
3.- No estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo. Como hemos dicho tantas veces, nuestra vocación de cristianos debemos llevarla con alegría y con humildad. Debemos intentar ser siempre los mejores, pero sabiendo que no son nuestras obras las que nos hacen mejores que los demás, sino que es la gracia de Dios la que nos hace mejores. La Virgen María no se alegraba por su propia grandeza, sino porque Dios, mirando su humildad, la hizo grande ante todas las criaturas. Alegrémonos de que Dios haga obras grandes valiéndose de nosotros y realicemos nuestra vocación misionera alabando al Señor por habernos escogido para ser los predicadores de su evangelio.
Propósito
¡Seamos apóstoles con nuestra vida, con nuestro testimonio, con nuestra palabra, y nunca nos avergoncemos de ser lo que somos: católicos, hijos de Dios, discípulos de Jesucristo!
Publicar un comentario