La vengo leyendo y meditando desde antes de irme unos días de convivencia y la he retomado con interés al regresar. Me parece magnífica: clara, muy profunda y práctica. Se la aconsejo a quien no quiera descuidar su interioridad, a quien necesite renovar sus motivaciones para orar -¿quien no lo necesita?-, a quien desee de verdad avanzar en su vida cristiana. No les defraudará este maestro teólogo , humanista y hombre de las profundidades del espíritu, que supo llegar a los jóvenes de su época y que sigue siendo, a pesar de los años transcurridos, muy actual.
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