julio 2015

16:32
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Espero que el tiempo sea propicio y que podamos disfrutar una bonita mañana en aquellas ruinas, llenas de historia y de fe.

Nos uniremos a las generaciones que cada año, hasta el siglo XIX, peregrinaban a la Hermedaña, confiados en la protección de la Virgen, siempre maternal y siempre cercana y más perceptible en esas soledades de la montaña.

Porque también hoy necesitamos esa protección y peregrinar hasta allá nos estimula a confiar en obtenerla.

El Obispo de San Sebastián considera que cometen un ‘error muy grande’ los cargos públicos que se ausentan de las ceremonias religiosas porque demuestra su ‘incapacidad para entender lo que es una representación institucional’. 
Tras las pasadas elecciones del 24-M, muchos municipios españoles han pasado a estar gobernados por un nuevo ‘frente popular’ de izquierdas que intenta imponer a toda costa el laicismoe impedir que la religión salga del ámbito privado. Con esa intención, los nuevos gobiernos deBarcelona, Santiago de Compostela y Zaragoza, entre otros, han abogado por la ausencia de los cargos públicos en los actos religiosos. La polémica más reciente la ha suscitado el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que ha propuesto acabar con “la sobrerrepresentación del Ayuntamiento” en las ceremonias religiosas de las próximas fiestas de la Virgen de los Reyes y limitar el número de concejales que asistan a estos actos.

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha entrado en el debate por la presencia de los cargos públicos en los actos religiosos y ha acusado a algunos alcaldes de ejercer “un fundamentalismo laicista”. Monseñor Munilla ha denunciado que alcaldes como Juan Espadas en Sevilla, Ada Colau en Barcelona o Martiño Noriega en Santiago de Compostela “están cometiendo un error muy grande, un error conceptual y de fondo a la hora de su ausencia” de las ceremonias religiosas de su ciudad.
La fe no es una cuestión privada sino personal, que no es lo mismo”, ha recordado el obispo de San Sebastián, rebatiendo así uno de los principales argumentos de los políticos que pretenden desterrar la religión del ámbito público. Para Munilla, “identificar personal y privado es un error muy grande. La fe es algo personal, pero un acto personal tiene dimensiones privadas y también públicas y eso no se puede olvidar”.
El prelado ha puesto en su sitio a los alcaldes que se enorgullecen de no participar en actos religiosos y ha destapado su “incapacidad para entender lo que es una representación institucional”. El obispo de San Sebastián también ha recordado que “cuando uno toma posesión de un cargo público, debe ser alcalde de todos, no solo de los que le han votado”. En este sentido, Munilla ha señalado que existen “fundamentalistas de tipo laicista incapaces de entender la representación” que pretenden “poner el cargo público al servicio de su ideología”.
Tal y como ha asegurado Munilla, la Iglesia “no tiene ningún interés especial en que asistan” los cargos públicos a las ceremonias religiosas, pero que su ausencia supone una falta de consideración hacia los católicos de la ciudad” a los que también deberían representar sus políticos. Además ha comparado esta actitud con la de dictaduras anteriores que han prohibido la expresión pública del hecho religioso justificándolo de esta manera: “Dictaduras que han intentado cercenar la dimensión pública que la fe religiosa tiene en la cultura, en la enseñanza”.
infovaticana.com

12:48

“Jesús les replicó: “Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Entonces le dijeron: “Señor, danos siempre de este pan”. Jesús les contestó: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará más hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed”. (Jn 6,24-35)

Los caminos de Dios nunca suelen coincidir con los caminos de los hombres.O mejor dicho, los caminos de los hombres no suelen coincidir con los caminos de Dios.
El modo de actuar de Dios no suele coincidir con el modo de actuar que a nosotros nos gusta.
Nos quedamos con la mano que nos da de comer. Pero nos olvidamos de quien es esa mano. Valoramos el pan que recibimos de los hombres. Y no sabemos reconocer que detrás de ese pan está la mano de Dios.

Queremos que Dios nos regale el pan de cada día.
Pero nos cuesta aceptar que Dios mismo se haga pan por nosotros.
Dios no es de los que nos da cosas.
Dios no es de los que nos da pan.
Dios es de los que Él mismo se hace pan.

Es que siempre es más fácil dar cosas a los otros.
Lo difícil es convertirnos nosotros en pan.
Es que siempre es más fácil dar a los otros de lo que tenemos.
Lo difícil es darles lo que somos.

Y la verdadera originalidad del amor de Dios termina siendo:
Un Dios que se hace pan.
Un Dios que se da El mismo como pan.
Un Dios que se da a sí mismo.

Aceptamos que Jesús multiplique los panes y coman todos hasta saciarse.
Pero nos cuesta aceptar que El mismo se convierta en pan.
Nos cuesta aceptar que, en vez de darnos el pan de los otros, se convierta Él mismo en pan.

Jesús habla del pan que no solo sacia el hambre, sino del pan que “da la vida”.
Jesús no del pan habla que se endurece y nadie lo quiere comer al día siguiente.
Jesús quiere hablarnos del pan que permanece fresco todos los días.
Jesús quiere hablarnos del pan que no se endurece nunca.
Jesús quiere hablarnos del pan que no solo satisface el hambre del estomago.
Jesús quiere hablarnos del pan que nos regala la vida.

Es toda una novedad la que El anuncia.
Es un pan totalmente nuevo el que Él nos ofrece.
Es un pan que no se vende en las panaderías.
Pero es un pan real.
Al fin todos terminan, presas de la curiosidad, más que del hambre.
Y todos terminan reclamándole ese pan nuevo.
El problema surge cuando dice:
“Yo soy el pan de vida”.
“El que viene a mí no pasará hambre”.
“El que cree en mí nunca pasará sed”.

¡Qué difícil nos resulta creer en un Dios así!
Preferimos un “Dios panadero” a un Dios que “se hace pan”.
Preferimos un Dios que nos regale cada mañana el pan fresco de la panadería.
A un Dios que se hace pan en la comunión eucarística.
Preferimos un Dios lejano que, no sabemos donde está.
A un Dios tan simple y sencillo, que cada día se convierte en pan.
Preferimos comer el “pan que compramos”.
A no comer el “pan que es el mismo Dios hecho pan”.

Todavía nuestros gustos están hechos más al pan de las panaderías, que al pan que es Dios mismo.
Y sin embargo:
La Iglesia vive cada día del pan de vida que es la Eucaristía.
Los fieles viven cada día del pan de vida que reciben en la comunión.
Por eso me encantan esos cristianos que me dicen: “Padre, yo no puedo vivir sin la comunión”.
Pero me sigo preguntando: ¿Y sabrán estos fieles que están comiendo a Jesús pan de vida?
Sin ese pan, no hay Iglesia.
Sin ese pan, la Iglesia sufre de anemia.
Sin ese pan, la Iglesia no vive.

Clemente Sobrado C. P.


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"Cristina Cifuentes -escribe Benigno Blanco del Foro de la Familia- aprovechó sus primeras horas como presidenta para engalanar la sede de la presidencia con la bandera arco íris del colectivo autodenominado LGTBI. 
Lo mismo hicieron alcaldes varios por toda España. Merece la pena reflexionar sobre estos hechos que pueden parecer meramente festivos y anecdóticos, pero que reflejan algo mucho más preocupante y de largo recorrido: el lento crecimiento del nuevo totalitarismo de género".
"Convertir en enseña cuasi oficial la bandera de una ideología particular es algo que hasta ahora solo habíamos visto en los momentos previos a la toma del poder por parte de partidos totalitarios o nacionalistas extremos que preconfiguraban así lo que poco después se consumaría: la conversión de las enseñas partidistas en símbolos oficiales del Estado absorbido ya por el partido. Eso sucedió con la hoz y el martillo y con la cruz gamada en determinados países y épocas".

serpersona.info

Un filme valiente, sensible y equilibrado, que deberían ver muchos cristianos y muchos musulmanes
Esta interesantísima película se estrenará en España el próximo 7 de agosto y corre el peligro de pasar inadvertida. Se trata de una cinta francesa dirigida por Cheyenne Marie Carron, una realizadora de 39 años de origen argelino, cuya historia personal vale la pena conocer para entender mejor“El Apóstol” (L’Apôtre, 2014).
“Nací en suelo francés −explicaba Carron en una entrevista− y me abandonaron a la edad de tres meses. Crecí en una familia francesa. Fui a la iglesia toda mi infancia y adolescencia, y siempre me sentí amada por Dios. Pero mis padres no tenían el derecho a bautizarme porque no eran mis tutores legales. Yo estaba bajo la tutela del Estado francés”.
A los 20 años decidió iniciar la preparación para bautizarse en la Iglesia Católica, pero “no me sentía capaz de recibir el Bautismo −recordaba− y llevar una vida conforme a ese Sacramento. Porque yo, cuando me lanzo a algo, me lanzo a fondo. Y yo tenía miedo de que el Bautismo me apartase de mis objetivos [el cine]. Cuando uno empieza a estudiar los Evangelios, toca con los dedos lo esencial. Y lo esencial no habría podido ser el cine”.

En 2012, después de rodar un largometraje semi-autobiográfico (“La fille publique”), decidió culminar su incorporación a la Iglesia. El padre Faure, su párroco, que la conocía desde pequeña, le ayudó a prepararse para el Bautismo, que tuvo lugar en la Pascua de 2014. A partir de ese momento Cheyenne completó su nombre con el de Marie.
“El Apóstol” tuvo su première mundial en el Festival Mirabile Dictu de Roma, donde recibió el premio especial de la Fundación Capax Dei. Unos meses después, el 1 de octubre de 2014, se estrenó en Francia… ¡en una sola sala! “He hecho esta película para todos los que eligen seguir los pasos de Cristo y sufren persecuciones en cualquier lugar del mundo”, manifestaba la directora a Le Figaro. Una declaración que puede ayudar a entender el temor de muchos exhibidores y su negativa a estrenarla. No obstante, la cinta continuó proyectándose con éxito en sucesivas salas. Porque, hay que decirlo ya, el filmees francamente bueno y de una autenticidad apabullante.
El argumento de “El Apóstol” se centra en Akim (Fayçal Safi), un bondadoso joven musulmán que trabaja en una panadería y que se prepara para ser Imán. Vive en el seno de una familia muy unida, junto a sus cariñosos padres, a su hermano Youssef y a su hermana Hafsa. Cierto día, un musulmán estrangula a una vecina, hermana del párroco católico del barrio; Akim presencia la retirada del cadáver y se entera después de que el sacerdote ha tomado la heroica decisión de vivir junto a los padres del asesino, porque con su presencia los ayuda a seguir viviendo. Este suceso −basado en un hecho real que impactó a la directora−, junto al conocimiento casual de un mecánico católico, tendrá consecuencias muy importantes en la vida de Akim.
El estilo documental que Carron imprime al filme, paseando vigorosamente su cámara por los escenarios, involucrándola en los conflictos, acercándola a los protagonistas…, transmite una plena sensación de veracidad al espectador, que se siente inevitablemente implicado en los dilemas de Akim y de su familia. Los colores apagados y la reiterativa e “incómoda” música de Patrick Martens, contribuyen también a evidenciar la crisis interior de Akim y de su familia; una crisis que Carron resuelve mediante un desenlace modélico.
“El Apóstol” es una cinta valiente, sensible y equilibrada, que deberían ver muchos cristianos y muchos musulmanes. Si tuviera que resumirla en dos palabras, ésas serían LIBERTAD y RESPETO; así, con mayúsculas. En la entrevista mencionada más arriba, la directora declaraba lo siguiente: “La vuelta del deseo religioso en muchos jóvenes franceses es algo real y hermoso. Yo formo parte de estos jóvenes. El reparto del filme reunió a actores ateos, musulmanes, católicos, judíos convertidos… Unidos generamos una película que afirma el deseo de creer en Dios y la tolerancia”.
Aquí se puede ver el extenso tráiler en versión original con subtítulos en español:
almudi.org

Un temblor de tierra de 7,9 grados en la escala Richter devastó buena parte del territorio de Nepal y provocó la muerte de más de 2.000 personas. Otros muchos miles de nepalíes quedaron afectados por los daños materiales causados por el temblor y requirieron ayuda humanitaria.

Gobiernos de todo el mundo y Organizaciones No Gubernamentales se volcaron en enviar personal para buscar personas desaparecidas y también en auxiliar a los heridos y a las personas que se quedaron sin vivienda y sin servicios básicos.
También Cáritas se movilizó para ayudar a los nepalíes tras este terremoto. Gracias a las donaciones procedentes de decenas de países y canalizadas por las delegaciones nacionales de Cáritas, la entidad caritativa de la Iglesia Católica ha conseguido llegar a miles de afectados por el temblor.

Asistencia humanitaria básica

Según los datos que ha recabado Cáritas, en estos tres meses la respuesta humanitaria ha llegado a 294.980 personas en 58.996 hogares. Estos afectados por el terremoto han recibido de la ONG católica asistencia humanitaria básica; materiales para construir albergues temporales, agua, pastillas potabilizadoras de agua, jabón, detergente para lavar ropa, y cepillos y pasta de dientes.
Además de todo esto, Cáritas está dando prioridad al reparto de planchas de acero ondulado para cubrir las casas y albergues temporales antes de que llegue la temporada de los monzones.
Desde nuestro país, Cáritas Española viene prestando apoyo directo y activo a los damnificados por este terremoto de Nepal desde el inicio de la emergencia. Hasta ahora la ONG ha transferido a su homóloga de Nepal un total de 500.000 euros en donaciones, además de poner en marcha la campaña “Cáritas con Nepal” para canalizar la solidaridad de los españoles.
La próxima semana los expertos de las distintas organizaciones nacionales de Cáritas celebrarán una reunión en Katmandú, capital de Nepal, para hacer un seguimiento de lo conseguido hasta ahora y ver qué necesidades se pueden cubrir.
religionconfidencial.com

04:19

“Es que Herodes había mandado prender a Juan y o había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. “Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”. (Mt 14,1-12)

La figura de Juan pasará a la historia como el “profeta de la verdad”.
Juan es de los que no teme decir la verdad.
Juan es de los que no teme decir la verdad a todos, también a los grandes.
Juan es de los que no teme decir la verdad, por más que se cree enemistades.
Juan es de los que no teme decir la verdad, por más que tenga que correr riesgos.
Juan es de los que no teme decir la verdad, por más que sea consciente que su vida está en peligro.

Es fácil decir la verdad a los de abajo.
Lo difícil es decir la verdad a los de arriba.
Es fácil decir la verdad a los fieles del Pueblo de Dios.
Lo difícil es decir la verdad a sus pastores.
Es fácil decir la verdad cuando no se corre peligro alguno.
Lo difícil es decir la verdad cuando de por medio está nuestra propia vida.
Es fácil decir la verdad cuando tenemos seguras las espaldas.
Lo difícil es decir la verdad a quienes puede destituirnos, taparnos la boca.

Para Juan el precio de decir la ver es caro:
Es el precio de la cárcel.
Es el precio de ser encadenado y perder su libertad.
Es el precio de la misma vida.
Es el precio de su cabeza en una bandeja de oro.
Es la venganza de una mujer adúltera que no soporta la verdad.

Juan no es de los que venden la verdad barata.
No es de los que tienen miedo a perder la vida.
Juan es de los paga la verdad con su propia libertad y su vida.
Juan no es lo de los que disimulan la verdad.
Juan no es de los que callan para evitarse problemas.
El silencio puede ser complicidad.
El silencio puede ser traición a la verdad.
El silencio puede ser culpabilidad.

¡Cuántas mentiras para evitarnos problemas!
¡Cuántas mentiras para no perder el trabajo!
¡Cuántas mentiras para no perder a los amigos!
¡Cuántas medias verdades para salvarnos el pellejo!
¡Cuántos disimulos para no complicarnos la vida!
¡Cuántos disimulos para quedar bien ante los demás!
¡Cuántas sonrisitas para evitar decir la verdad!

El precio de la verdad suele ser caro.
Y sobre todo se trata del silencio con los de arriba.
Somos muy valientes con los de abajo.
Pero demasiado prudentes con los de arriba.
Les tenemos miedo, porque tienen armas para defenderse.
Jesús nos dijo que el era “la verdad”.
Y por decir la verdad tuvo como consecuencia la Cruz.
La muerte es la suerte de los profetas de la verdad.

Clemente Sobrado C. P.


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21:58

“Fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: “¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí sus hermanas? Entonces ¿de dónde saca todo eso?” (Mt 13,54-58)

El problema de la verdad no es la verdad misma, sino quién la dice.
El problema del Evangelio no es el Evangelio mismo, sino quién lo anuncia.
Si quien habla es un gran personaje, todos nos quedamos boquiabiertos.
Si quien habla es un desconocido, ¿qué tendrá ese que decirnos?
Si quien habla es una gran figura, todos vamos a escucharle.
Si quien habla es un pobre hombre, no le escucha ni su esposa.
Si quien habla es un político, todos los periódicos lo publican.
Si quien habla es un ciudadano de a pie, no sale ni en avisos económicos.
Si quien habla es un poderoso, debe decir cosas importantes.
Si quien habla es un pobre hombre o mujer, sus palabras las lleva el viento.

Es lo mismo que le pasó a Jesús.
Hasta en eso debió de parecerse a nosotros.
Por una parte, la gente se “admira de sus palabras y sus milagros”.
Pero, la gente de entonces es como la de ahora.
El problema de Jesús:
Ser hijo de un carpintero.
Ser hijo de María, una aldeana más, sin importancia.
Su familia, tampoco tiene mayor prestigio social.

Y de la “admiración” pasan “al desconcierto”.
No pueden negar que en sus palabras hay algo nuevo.
No pueden negar que sus milagros están ahí.
Pero, lo que falla es la “persona”.
No es alguien importante.
No es significativa.
No tiene títulos especiales.

No reconocen su origen divino.
Por tanto, no es ningún representante de Dios.
Saben que habla como nadie.
A lo más, la curiosidad de “dónde lo habrá aprendido” o “¿quién se lo ha enseñado?”
Solo se fijan en su origen humano.
Solo se fijan en su familia humana.
Un carpintero de aldea no resulta demasiado importante y significativo.

Un día un amigo mío tuvo una avería en las cañerías del agua. Cuando vino el “gasfitero” rompió la pared y sacó la cañería rota. Era de aquellas antiguas. Por dentro estaba llena de óxido de hierro. Realmente daba casi asco verla lo destrozada y sucia que estaba. Yo estaba con él.
A mí se me ocurrió tomar un trozo de la misma. Y la guardé.
Luego que el “gasfitero” la cambió por una nueva y más moderna, llamé a mi amigo y le mostré la antigua cañería.
Mi amigo era de los que, constantemente me atacaba diciendo, que no creía porque la Iglesia no vivía el Evangelio, era rica y él conocía a muchos cristianos que comulgaban pero luego eran como todos, y que los curas ya se había demostrado que escondíamos muchas basuras.

Tomé el trozo de cañería y le digo: Bueno, amigo, ¿cuántos años has estado bebiendo el agua que te llegaba por esta tubería? ¿Ves lo sucia que está? Y sin embargo, el agua te llegaba limpia. Y tú saciabas tu sed con esa agua, la de esa tubería.
Pues así es la verdad, amigo mío.
No te fijes en la tubería por donde te llega la verdad del Evangelio.
Puede que esté sucia, y sin embargo, el agua del Evangelio te llega limpia.

Me quedó mirando y me respondió: “eres un j…” un calificativo que no digo pero que empieza con j… y ustedes lo adivinan.
Muchas veces la luz del sol tiene que atravesar las nubes cargadas de “esmog”.
Muchas veces la verdad nos llega a través del “hijo de un carpintero”.
Muchas veces la verdad nos llega a través del hijo de “una madre cualquiera y pobre”.
No te fijes si la voz que te anuncia el Evangelio no es la de Plácido Domingo o Pavarotti.
Acepta la luz, aunque venga a través de las tinieblas.
Acepta la verdad, aunque venga de gente poco significativa.
La verdad del Evangelio no depende de quien la anuncia sino del Evangelio mismo.

Clemente Sobrado C. P.


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18:36

san ignacio

SAN IGNACIO DE LOYOLA

(† 1556)

 El fundador de la Compañía de Jesús fue un español que nació en la casa-torre de Loyola (Azpeitia) el año 1491. Su niñez pertenece al siglo XV, siglo de otoño medieval con restos feudales y luces nuevas de humanismo, descubrimientos, aventuras; su juventud y madurez, al siglo XVI, a la época de Lutero, de Carlos V y del concilio de Trento. Algo medieval latirá siempre en el corazón de Loyola, aunque su espíritu será siempre moderno, hasta el punto de ser tenido por uno de los principales forjadores de la moderna catolicidad, organizada, práctica y apostólica.

En el verde valle que baña el río Urola, entre Azcoitia y Azpeitia, corrieron los primeros pasos de aquel niño de cara redonda y sonrosada, último vástago —el decimotercero— de una familia rica y poderosa en el país. Diéronle por nombre de bautismo Iñigo, que él cambiará en París por el de Ignacio.

Pronto murió su madre. Quizá ya estaba muy débil cuando Iñigo nació, pues, no pudiéndolo criar ella, lo puso en brazos de una nodriza campesina, cuyo marido trabajaba en las herrerías de los señores de Loyola. Allí se familiarizaría Iñigo con la misteriosa lengua vasca, de la que, siendo mayor, no pudo hacer mucho uso; allí aprendería las costumbres tradicionales del país, fiestas populares, cantos y danzas, como el zorcico y el aurresku, etc. Sabemos que siempre fue aficionado a la música, y una vez, siendo de cuarenta años, no tuvo reparo en bailar un aire de su tierra para consolar a un melancólico discípulo espiritual que se lo pedía. La educación que el niño recibió en su casa fue profundamente religiosa, si bien alguna vez llegarían a su conocimiento ciertos extravíos morales de sus parientes. Parece que su padre quería enderezarlo hacia la carrera eclesiástica, pero al niño le fascinaba mucho más la vida caballeresca y aventurera de sus hermanos mayores. Dos de ellos habían seguido las banderas del Gran Capitán en Nápoles. Un tercero se embarcó después para América, siendo comendador de Calatrava. Otro se estableció en un pueblo de Toledo, después de participar, como capitán de compañía, en la lucha contra los moriscos de Granada. Y otro, finalmente, acaudilló tropas guipuzcoanas al servicio del duque de Alba contra los franceses.

Poco antes de morir su padre, pidióle el caballero don Juan Velázquez de Cuéllar que le enviase el más joven de sus hijos, para educarlo en palacio y abrirle las puertas de la corte. Don Juan, pariente de los Loyola por parte de su mujer, María de Velasco, era contador mayor, algo así como ministro de Hacienda, del Rey Católico, y recibió a Iñigo entre sus hijos, dándole una educación exquisitamente cortesana y caballeresca, que admirarán después en el fundador de la Compañía cuantos se le acerquen: distinción en el porte, en la conversación, en el trato, hasta en el comer. En Arévalo, provincia de Avila —su residencia ordinaria—, y también en Medina del Campo, Valladolid, Tordesillas, Segovia, Madrid, en dondequiera que se hallase la corte, estaría frecuentemente don Juan Velázquez, y con él su paje Iñigo de Loyola. Toda la inmensa llanura de la vieja Castilla la pasearía éste a caballo, acostumbrando sus ojos a la redonda lejanía de los horizontes. Ejercitábase en la caza, en los torneos, en tañer la viola, en correr toros, en servir y participar en los opíparos banquetes que su señora doña María de Velasco preparaba a la reina Doña Germana de Foix, segunda esposa de Don Fernando. Devoraba ávidamente las novelas de caballerías, como el Amadís, y las poesías amatorias de los Cancioneros. “Aunque era aficionado a la fe —nos dirá más tarde su secretario—, no vivió nada conforme a ella ni se guardaba de pecados, antes era especialmente travieso en juegos y cosas de mujeres y en revueltas y cosas de armas”; mas todos reconocían en él eximias cualidades naturales: valor, magnanimidad, desinterés, fina destreza en gobernar a los hombres. Se ha dado excesiva importancia a un proceso criminal que en 1515 se entabló en Azpeitia “contra don Pero López de Loyola, capellán, e Iñigo de Loyola, su hermano, sobre cierto exceso, por ellos diz que el día de carnestuliendas últimamente pasado cometido e perpetrado”. Ignoramos en qué consistió aquel exceso, que acaso se redujo a una nocturna asechanza frustrada contra alguna persona eclesiástica.

Caballerescamente se enamoró de una alta dama que “no era de vulgar nobleza; no condesa ni duquesa, mas era su estado más alto” (¿quizá la reina Doña Germana o la infanta doña Catalina?). Muerto don Juan Velázquez en 1517, Iñigo, que había pasado en Arévalo más de doce años, se acogió a otro alto pariente suyo, don Antonio Manrique, duque de Nájera y virrey de Navarra. Sirviendo al duque participó en sosegar los tumultos durante la revolución de los comuneros —espada en mano en la toma de Nájera, diplomáticamente en Guipúzcoa—, y peleó animosamente defendiendo el castillo de Pamplona contra los franceses, hasta caer herido en las piernas por una bala de cañón (20 de mayo de 1521). Impropiamente se le llama “capitán”, era un caballero cortesano, o, mejor, un gentilhombre de la casa del duque.

Mientras le curaban en Loyola se hizo aserrar un hueso, encabalgado sobre otro, sólo porque le afeaba un poco, impidiéndole llevar una media elegante, y estirar con instrumentos torturadores la pierna, a fin de no perder la gallardía en el mundo de la corte; todo lo cual sufrió con estoica imperturbabilidad. En la convalecencia, no hallando las novelas de caballerías que él deseaba, se puso a leer las Vidas de los santos y la Vida de Cristo, lo cual le encendió en deseos de imitar las hazañas de aquellos héroes y de militar al servicio no de un “rey temporal”, sino del “Rey eterno y universal, que es Cristo Nuestro Señor”. Reflexionando sobre las desolaciones y consolaciones que experimentaba, aprendió a discernir el buen espíritu del malo con fina psicología sobrenatural. Su conversión y entrega a Dios fue perfecta.

A principios de 1522 sale de Loyola en peregrinación a Jerusalén. Detiénese unos días en el santuario de Montserrat, donde cambia sus ropas lujosas por las de un pobre; conságrase a la Santísima Virgen, hace confesión general y recibe de un monje benedictino las primeras instrucciones espirituales. Pasa un año en Manresa, llevando al principio vida de continua oración y penitencia; luego, de apostolado y asistencia a los hospitales. En una cueva de los contornos escribe, iluminado por Dios, sus primeras experiencias en las vías del espíritu, normas y meditaciones que, redondeadas más adelante, formarán el inmortal librito de los Ejercicios espirituales, “el código más sabio y universal de la dirección espiritual de las almas”, como dijo Pío XI. Ya en Manresa el Espíritu Santo le transformó en uno de los místicos más auténticos que recuerda la historia. La ilustración más alta que entonces tuvo, y que le iluminó aun los problemas de orden natural, fue junto al río Cardoner. Prosiguiendo su peregrinación se embarca en Barcelona para Italia. De Roma sube a Venecia, siempre mendigando; el mismo dux veneciano le procura pasaje en una nave que va a Chipre, de donde el Santo sigue hasta Palestina. Visita con íntima devoción los santos lugares de Jerusalén, Belén, el Jordán, el Monte Calvario, el Olivete. A su vuelta, persuadido de que para la vida apostólica son necesarios los estudios, comienza a los treinta y tres años a aprender la gramática latina en Barcelona, pasa luego a las universidades de Alcalá y Salamanca, juntando los estudios con un ardiente proselitismo religioso. Falsamente le tienen por “alumbrado”. No la Inquisición, como a veces se ha dicho, sino los vicarios generales de esas dos ciudades le forman proceso y le declaran inocente.

En febrero de 1528 se presenta en la célebre universidad de París, adonde confluyen estudiantes y maestros de toda Europa. Obtiene el grado de maestro en artes o doctor en filosofía (abril de 1534) y reúne en torno de sí algunos universitarios, que serán los pilares de la Compañía de Jesús: Fabro, Javier, Laínez, Salmerón, Rodrigues, Bobadilla, con quienes hace voto de apostolado, en pobreza y castidad, a ser posible en Palestina, y, si no, donde el Vicario de Cristo les ordenare (Montmartre, 15 de agosto de 1534).

De hecho el viaje a Tierra Santa resulta irrealizable, e Ignacio de Loyola va con sus compañeros a Roma, a ofrecerse enteramente al Sumo Pontífice. Una honda experiencia mística, recibida en el camino (La Storta, noviembre de 1537), le confirma en la idea de fundar unaCompañía o grupo de apóstoles, que llevará el nombre de Jesús. Paulo III, el mismo que abrirá el concilio de Trento, aprueba el instituto de la Compañía de Jesús, innovador en la historia del monaquismo (27 de septiembre de 1540). Mientras los compañeros de Ignacio y sus primeros discípulos salen con misiones pontificias a diversas tierras de Italia, de Alemania y Austria, de Irlanda, de la India, de Etiopía, el fundador permanece fijo en Roma, como en su cuartel general, recibiendo órdenes inmediatas del Papa y comunicándolas a sus hijos en innumerables cartas, de las que hoy conservamos 6.795. No por eso deja de predicar, dar ejercicios, enseñar el catecismo en las plazas de Roma, remediar las plagas sociales, fundando instituciones y patronatos para atender a los pobres, a los enfermos, a las muchachas en peligro, a las ya caídas que querían redimirse, etc. Con razón ha sido llamado “el apóstol de Roma”. Y no se contenta con regenerar moralmente la Ciudad Eterna. Quiere que la capital del catolicismo sea un centro de ciencia eclesiástica, con un plantel de doctores, de los que pueda disponer cuando quiera el Sumo Pontífice. Y con este fin crea el Colegio Romano (1551), que después se llamará, como en nuestros días, Universidad Gregoriana, madre fecunda de alumnos ilustres y de maestros que enseñarán en todas las naciones. A su lado surge desde 1552 el Colegio Germánico, primer seminario de la Edad Moderna, prototipo de los tridentinos, cuya finalidad era educar romanamente a los jóvenes sacerdotes alemanes que habían de reconquistar a su patria para la Iglesia. Sus estatutos fueron redactados por el mismo San Ignacio.

A sus hijos esparcidos por todo el mundo los exhortaba a dar los ejercicios espirituales, método eficaz de reforma individual; a enseñar el catecismo a los ignorantes, a visitar los hospitales. Los últimos años de su vida despliega increíble actividad, fundando colegios, orientados principalmente a la formación del clero, para lo cual se enseñará en ellos desde la gramática latina hasta la teología y los casos de conciencia. Dicta sabias normas de táctica misional para los que evangelizan tierras de infieles, para Javier en la India y Japón, Andrés de Oviedo en Abisinia, etc., y no menos prudentes reglas propone a Pedro Canisio para la restauración católica en Alemania, y a Carlos V y Felipe II para el aniquilamiento de la media luna en el Mediterráneo.

Pocas figuras de la Contrarreforma son comparables a la de Ignacio de Loyola. Su devoción al Vicario de Cristo y a “nuestra Santa Madre la Iglesia jerárquica” brota naturalmente de su apasionado amor al Redentor, “nuestro común Señor Jesús”, “nuestro Sumo Pontífice”, “Cabeza y Esposo de la Iglesia”. Sus Reglas para sentir con la Iglesia serán siempre la piedra de toque del buen católico.

El fundador de la Compañía de Jesús murió en Roma el 31 de julio de 1556. Su magnitud histórica impone admiración a todos los historiadores, a los protestantes tanto o más que a los católicos. Quizá su misma excelsitud haya impedido que su culto popular cundiese tanto como el de otros santos, al parecer, más amables. Preciso es reaccionar contra ciertos retratos literarios que nos lo presentan tétrico y sombrío. Sus coetáneos nos lo pintan risueño y sereno siempre, tierno y afectuoso, con extraordinaria propensión a las lágrimas. “El padre Ignacio —decía Gaspar Loarte— es una fuente de óleo.” Sabía hacerse amar, aunque es verdad que todos sus afectos, aun los que parecían más espontáneos, iban gobernados por la reflexión. El “reflectir” (verbo de prudencia) le brota a cada paso de la pluma; pero no menos frecuente en sus labios era el “señalarse” (verbo de audacia), es decir, el distinguirse y descollar por el heroísmo y por las aspiraciones hacia lo más alto y perfecto: Ad maiorem Dei gloriam. Nunca fue un gran especulativo, pero sí un genio práctico y organizador, grande entre los grandes. Reduciendo a esquemas simplistas sus consejos espirituales, muchos interpretaron falsamente su doctrina como un ascetismo voluntarista y árido. No era ésa su alma. Basta leer su Diario espiritual, donde con palabras entrecortadas y realistas, no destinadas al público, descubre las intimidades de su alma y las altas experiencias místicas de cada día, para persuadirnos que estamos ante una de las almas más privilegiadas con dones y carismas del Señor.

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1. (Año I) Levítico 23,1.4-11.15-16.27.34-37

Estrenamos un nuevo libro del AT: el Levítico. Desde hace semanas estamos siguiendo la historia del pueblo de Israel, empezando desde Abrahán. Ya hemos leído, en lectura semi-continua, el Génesis y el Éxodo. Ahora, el Levítico y, después, seguiremos con el Libro de los Números, el Deuteronomio, Josué, los Jueces y Rut.

El Levítico contiene muchas prescripciones relativas al culto y a la santidad de vida del pueblo de Israel: los sacrificios (capítulos 1-7), los sacerdotes (8-10), las reglas de pureza (11-16), las normas de santidad (17-26). De este último apartado leemos, hoy y mañana, dos pasajes: las fiestas del año y el año jubilar (capítulos 23 y 25).

a) Aquí se describen -según la versión «sacerdotal»- las principales fiestas de Israel, en las que ya se han unido los elementos más antiguos del mundo rural y el recuerdo de las intervenciones de Dios en la historia de la salvación:

– Pascua, en el mes primero del año, el de Nisán, en la que se juntan las antiguas fiestas agrícolas de los ácimos y los corderos con el recuerdo de la liberación de Egipto;

– Pentecostés, a los cincuenta días, cuando, junto a la fiesta de las gavillas y los primeros frutos de la cosecha, se celebra la Alianza sellada en el Sinaí;

– la fiesta de la Expiación (Yom-Kippur), en el mes séptimo, ya en el otoño, con ritos de penitencia y ofrenda de sacrificios;

– la de las Tiendas o Tabernáculos, también en el mes séptimo, con ocasión de la vendimia, cuando se recuerda la marcha por el desierto, construyendo, para unos días, unas cabañas en el campo.

En cada una de estas fiestas convocan una «asamblea litúrgica», ofreciendo sacrificios a Yahvé y, a la vez, en su honor, se abstienen del trabajo. El salmo resalta, sobre todo, la parte litúrgica: «acompañad, tocad los panderos… tocad la trompeta… aclamad a Dios, nuestra fuerza: yo soy el Señor, Dios tuyo, que te saqué del país de Egipto».

b) En todas las culturas y religiones, la fiesta es un elemento valioso en la dinámica de la vida de fe comunitaria.

También los cristianos damos importancia a la celebración de nuestras fiestas, algunas de las cuales son herencia de las de Israel, pero con contenido cristiano. Celebramos el domingo cada semana, que una vez al año se convierte en la Pascua del Señor, con su muerte y resurrección, preparada por la Cuaresma y prolongada por una Cincuentena festiva que termina con Pentecostés. Además, a lo largo del año, celebramos otras fiestas del Señor, de la Virgen y de los Santos.

La fiesta nos ayuda en nuestro camino de fe:

– despierta nuestra memoria de pueblo redimido por Dios en Cristo;

– alimenta nuestra identidad y nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia del Señor;

– da a nuestra existencia una dimensión de alegría, rompiendo la rutina de la vida cotidiana;

– nos ayuda a liberarnos de la esclavitud del tiempo y del trabajo;

– no sólo recuerda, sino que, en cierto modo, actualiza y hace presente el acontecimiento que celebramos: el Dios que, en otro tiempo, se mostró salvador, sigue ofreciendo la salvación a su pueblo; la Pascua de Jesús no ha terminado y se nos comunica, también hoy, en su celebración anual y en la Eucaristía diaria;

– la fiesta es memoria y presencia y, a la vez, anuncio del futuro, porque Cristo nos ha prometido que estará con nosotros hasta el fin de los tiempos;

– también en nuestras celebraciones humanas -cumpleaños, bodas de plata y oro-, celebrar una fiesta es celebrar el pasado, el presente y el futuro, lo que da a nuestro camino por la vida un sentido y una fuerza especiales.

Nuestra fiesta es una Persona, Jesús, el Señor Resucitado. En torno a él nos reunimos para celebrar la Eucaristía diaria, el domingo semanal y las fiestas anuales. Y así vamos participando de su vida, y encontramos el sentido de nuestro camino hacia la fiesta eterna del cielo.

2. Mateo 13,54-58

a) En su pueblo, Nazaret, Jesús no tuvo mucho éxito.

Sus paisanos quedaron bloqueados por la pregunta: «¿de dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros?». Fueron testigos de sus milagros, admiraron su sabiduría, pero no fueron capaces de dar el salto y aceptarlo como el enviado de Dios.

Un profeta no es recibido en su patria: «y desconfiaban de él».

Hay que reconocer que no les faltaba parte de razón a sus paisanos, al mostrarse reacios a ver en su vecino al Mestas y Salvador. Jesús es un maestro atípico, no ha estudiado en ninguna escuela famosa, es un obrero. Pero, con tantas pruebas, tenían que haber superado su desconfianza inicial.

b) Pasar de la incredulidad a la fe es un salto difícil. Se trata de un don de Dios y, a la vez, de mantener una actitud honrada por parte de la persona.

En el mundo actual, como entre los contemporáneos de Jesús, existen muchos elementos que condicionan a favor o en contra, la opción de fe de una persona. En Nazaret, el origen sencillo de Jesús (le esperaban más solemne y glorioso). Para los dirigentes del pueblo, la valentía y la exigencia del mensaje que predicaba. Unos le consideraban un fanático; otros, aliado con el demonio. Muchos no llegaron a creer en él: «vino a su casa y los suyos no le recibieron». Los que creyeron fueron los sencillos de corazón, a quienes Dios sí les reveló los misterios del Reino.

Seguro que conocemos personas que han quedado bloqueadas y no llegan a aceptar el don de la fe. ¿Les ayudamos? ¿son convincentes o, al menos, estimulantes nuestra palabra y nuestro testimonio de vida, a fin de poderles ayudar en su decisión de fe?

 


17:18
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El profesor estadounidense Scott Hahn presenta esta nueva obra, que como las anteriores, no dejará a nadie indiferente. A mí, por lo menos, me está seduciendo y procuro dejarme seducir por su profundidad y riqueza.

El libro ofrece una orientación muy útil para tomar en las manos la Biblia y abrirla en la oración y en el estudio y para aplicarla a la vida.

Vale la pena dedicar a la lectura de este librito de tan sólo 141 páginas algunas de las largas horas veraniegas. Necesitamos tostarnos un poco a la luz de este magnífico sol exegético.

El Papa explicó previo al Ángelus de este 26 de julio, que los
discípulos razonan en términos de “mercado”, pero Jesús, a la lógica del
comprar, la sustituye con la del dar. Al finalizar la oración mariana,
el Papa Francisco dio inicio a las inscripciones a la JMJ Cracovia 2016 y
pidió por todos los secuestrados en zonas de conflicto.

¿De verdad la sentencia del Tribunal Supremo que ha impuesto a todos los Estados Unidos el reconocimiento del matrimonio homosexual como derecho constitucional no tendrá consecuencias para la libertad religiosa de los ciudadanos?
Según la mayoría de los jueces favorables al veredicto, ha observado el jefe de los jueces John Roberts en su dissenting opinion, se “prevé que los creyentes podrán seguir defendiendo y enseñando su visión del matrimonio”, porque “la Primera Enmienda tutela la libertad de ejercer la religión”. ¿Cómo acabará el “vive y deja vivir” sobre el que se rige desde siempre el multiculturalismo americano?
David Crawford, profesor de teología moral, de derecho de la familia y de bioética en el Instituto Juan Pablo II de Washington, dice a tempi.it que en América ya se respira “un clima totalitario”, no dudando en llamar de este modo lo que está sucediendo a causa también de la “rendición silenciosa de los católicos” a la condición de “irrelevancia” imaginada para ellos por el poder.
Según Crawford, a los cristianos les queda sólo una posibilidad: “el martirio de la desobediencia, de la comunión y del abandono del individualismo, para la salvación de la fe y del mundo”.

Profesor Crawford, ¿cómo se ha llegado a la negación de cosas que deberían ser evidentes para todos?
Ante todo, este cambio no es fruto del voto popular, sino de la decisión de un puñado de jueces. Aunque nos tenemos que preguntar cómo es posible que las presiones radicales de la revolución sexual, empezada en los años sesenta, hayan pasado a ser dominantes: ¿cómo es posible que en pocos años tantas personas hayan llegado a ser incapaces de reconocer lo que es obvio?
La razón la encontramos en un proceso político y moral, muy anterior a la revolución sexual, que empezó con la modernidad: Descartes puso en duda la realidad sustituyendo el ser con la voluntad humana. Para él el cuerpo ya no era una parte estructural de la persona, sino un accesorio material; de este modo, dejó de tener un sentido y un fin determinante para el espíritu. A causa de esta separación se ha llegado a la negación de la diferencia sexual como factor determinante de la persona.
La línea trazada por Descartes prosiguió con Bacon y Locke según los cuales la comunidad humana, en primer lugar la familia, no está fundada sobre la ley natural sino sobre un contrato artificial, exclusivamente dependiente de la voluntad cambiante del sujeto: en esta visión, la comunidad y la familia ya no tienen ninguna protección objetiva del poder y de la ley positiva impuesta por la mayoría.
Antes de la sentencia, en los Estados Unidos ya se había asistido a una serie de casos, algunos de ellos clamorosos, de personas aisladas despedidas y asaltadas por los medios de comunicación por ser consideradas “homófobas” por el simple hecho de tener una determinada visión del matrimonio. ¿Qué pasará ahora que el matrimonio entre personas del mismo sexo se ha convertido en un derecho constitucional?
Antes de la sentencia muchos servicios y comercios que se habían negado a participar activamente en ceremonias entre personas del mismo sexo habían sido cerrados tras ser obligados a pagar multas o ser denunciados. El arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, ha sido sometido a una campaña de odio por haber pedido a las escuelas católicas seguir la enseñanza de la Iglesia en lo que concierne a la moral.
El estado de Indiana, tras una violenta presión por parte de los lobbies económicos, ha retirado la ley para proteger la objeción de conciencia. Varias personas, entre las cuales periodistas, docentes, empleados, militares, han sido despedidas por haber expresado su opinión sobre la familia.
Ahora todo esto se convertirá en la norma porque ninguna empresa, escuela o institución pública podrá oponerse a esta nueva ideología sin ser considerada un enemigo del orden público. Por consiguiente, los cristianos tendrán dos opciones: o adaptarse o ser excluidos de la escena pública.
¿Cómo es posible que un país nacido de hombres que huían de un poder que limitaba su libertad haya llegado a imponer una “dictadura del pensamiento único”?
La ideología de género necesita que quién no la acepte sea considerado un beato intolerante. Todo esto es posible por lo que hemos mencionado antes: la distorsionada visión moderna acerca de qué es el ser humano y cuál es su destino. Si uno piensa que su destino depende de él mismo y no de un Creador, automáticamente el enemigo es aquel que quiere poner límites a su voluntad. Por consiguiente, la visión católica debe ser excluida del discurso público, lo que es realmente grave; la consecuencia de esto será la infelicidad y la destrucción de muchas personas.
Sin embargo, hasta hace poco disentir estaba admitido.
La nueva ideología ha conseguido que se acepte una analogía falsa, que hace coincidir la lucha contra la segregación racial del movimiento de los derechos civiles de los años sesenta con la lucha de la liberalización de la homosexualidad. De este modo, también las escuelas y las instituciones privadas, que en esos años fueron obligadas a aceptar a personas de raza distinta, hoy estarán obligadas a admitir como algo normal la homosexualidad. Es evidente que el error está en la premisa, aceptada siempre a causa del equívoco moderno, porque si la raza es una característica innata, la homosexualidad en cambio es una inclinación que desemboca en un comportamiento elegido.
En América asistimos a la creciente intrusión del Estado en diversos ámbitos. Basta pensar en el ‘Obamacare’, la reforma sanitaria de Obama, que prevé la obligación para todos los que ofrecen un empleo de ofrecer a sus empleados seguros médicos que incluyan el aborto y la anticoncepción. ¿Cómo justifica estas "invasiones" la opinión pública estadounidense, que ha sido siempre hostil al estatalismo?
Creo que todo forma parte de la misma ideología totalitaria. La argumentación a favor de estas acciones es la misma que encontramos en la base de las motivaciones adoptadas por los cinco jueces del Tribunal Supremo que han decidido la sentencia sobre el matrimonio homosexual. También esto es fruto de la gran desintegración de la razón a causa de la cual ya no entendemos cuál es el fin de la persona y de la sexualidad: si se acepta que el fin principal del acto sexual ya no es la procreación, entonces los métodos anticonceptivos no sólo son legítimos, sino un derecho que hay que garantizar para todos. Lo mismo vale para las uniones homosexuales.
¿Existe una alternativa a la adaptación a la corriente dominante?
Es evidente que estamos entrando en un periodo verdaderamente difícil. Debemos ser conscientes de que nos costará ser católicos en los Estados Unidos, pero también en otros países occidentales. La alternativa a la rendición silenciosa o al compromiso es la desobediencia civil. Creo que nosotros, para no desaparecer o convertirnos al mundo, tenemos una única posibilidad: ser mártires, es decir, testimonios de la verdad incluso a costa de una tremenda persecución.
“Yo moriré en la cama, mi sucesor morirá en la cárcel y su sucesor morirá mártir en una plaza pública”. Esta célebre frase del cardenal de Boston, Francis George, ¿es realista?
Sería demasiado fácil: emergería el carácter totalitario de esta ideología, que en cambio tiene un método peor. Como ha anunciado incluso el gobernador republicano de New Jersey, Chris Christie, si los sacerdotes, por ejemplo, se negaran a celebrar los "nuevos" matrimonios serían sencillamente privados de la posibilidad de hacerlo con efectos civiles. Todo así parece más aceptable y aparentemente indoloro.
¿No ve usted ninguna posibilidad de diálogo?
Con las personas sí. Pero hay que ser realistas: se puede dialogar sólo con quien está dispuesta a hablar y esto es algo imposible con un poder político que obedece a grupos de presión que no tienen ninguna intención de renunciar al propio objetivo totalitario. Debemos preguntarnos: ¿es razonable que el cuerpo sea sólo un artefacto biológico reducible a la voluntad o al deseo? Hay una tendencia a reducir el problema del ennoblecimiento de la homosexualidad a una cuestión moral, pero es más radical y profunda. El problema es sobre todo antropológico, un equívoco sobre qué es el ser humano.
¿La desobediencia civil es un camino que se puede recorrer?
Será necesario recorrerlo, porque nuestra vocación de cristianos es el amor al mundo: por lo tanto, tenemos que defenderlo recordando y reconduciéndolo a Dios. Y, como el Señor, tenemos que considerar la posibilidad del martirio que no es necesariamente el de la muerte en la cruz. Creo que las nuevas generaciones podrán conservar la fe sólo si la comunidad cristiana se une en esta lucha por la verdad, porque solos es imposible resistir frente a un poder tan violento.
¿Piensa en las minorías creativas de las que hablaba el Papa Benedicto XVI?
No pienso que como cristianos podemos retirarnos del mundo, aceptando un orden mundial legal que niega la creación y la verdad. Tolerar este régimen en silencio sería una traición a nuestra vocación de amor. Debemos ser testigos a toda costa. Por esto debemos reforzar la familia, la vida comunitaria, la vida de los movimientos eclesiales como Comunión y Liberación, por ejemplo. Y debemos educar, sin callar jamás la verdad y dirigiéndonos siempre al mundo, hacia el que tenemos una responsabilidad histórica.
Parece una llamada a la conversión ésta que hace usted.
Debemos convertirnos y, por lo tanto, profundizar la fe, renovarla. Debemos abandonar el individualismo y, por consiguiente, reforzar la oración y el sacrificio. Porque el modernismo nos ha afectado también a nosotros: hemos empezado a estar satisfechos de nuestra fe y a pensar que la cruz no era una parte tan necesaria de la misma. Y nos hemos debilitado: para salvar al mundo debemos imitar a Cristo y llevar la cruz con Él. La alternativa es rechazarla, apoyando al poder y perdiendo definitivamente la fe.
(Entrevista, publicada originariamente en tempi.it, traducida por Helena Faccia Serrano, parareligionenlibertad.com).

Eduardo es un apasionado de la música y el cine. Detrás de ese pelo alborotado y una barba de varios días hay un ser en constante ebullición, que encontró la clave que necesitaba su vida después de un viaje a Roma



Desde pequeño no encajaba en el molde de hermano mayor responsable. Su padre probó con todos los deportes, pero nada llamaba su atención. Hasta que a los quince viendo la peli de Blues Brothers decidió que la música iba a ser lo suyo.

No es postureo. Eduardo necesitaba unir la creatividad a la armonía y el método. Al piano y a la guitarra era capaz de interpretar las notas a su estilo pero lo establecido se le escapaba. Y en la vida como en la música buscó la clave para marcar el compás.
Familia cristiana, práctica religiosa de siempre: ¿por qué? Tiempos turbulentos, rebeldía, ganas de vivir al límite, de tirarlo todo por la borda… hasta primero de carrera.
Un viaje a Roma y un buen amigo −“Eduardo, estás enfangado”−, el contacto con el Papa y con otros jóvenes, el heroísmo de los primeros mártires, y largos ratos de oración fueron su Damasco. “Roma fue mi momento de reconversión. A partir de ahí me planteé ser supernumerario del Opus Dei”.
“OK al replanteamiento de vida, pero… ¿del Opus Dei?, ¿cómo podía Dios pedirme esto si soy un desastre, si para nada soy el prototipo de cristiano”. De nuevo un cambio de ritmo o, mejor, un auténtico midpoint.
La clave y la resolución del conflicto: “Dios me conoce. Al fin y al cabo, los apóstoles no eran tíos sobresalientes, y Dios los eligió como pilares de la Iglesia”.
Han pasado unos años. Hoy Eduardo tiene 22, ha terminado Comunicación Audiovisual y ADE bilingüe, trabaja en una empresa de aplicaciones móviles, hace voluntariado, es amigo de sus amigos y sigue tocando la guitarra con su grupo. Todo es igual pero todo es distinto.

Aún se define como un desastre, aunque un poco menos. Y también como un tío feliz, “porque hay alguien que sabe lo que vales; vivir con Dios te hace esforzarte por sacar la mejor versión de ti mismo y eso te da una gran paz y alegría. Ser santo tiene mucho que ver con ser feliz”.
opusdei.es

Los portavoces de Concapa, Foro Español de la Familia, ChequeEscolar.org, Cofapa y España Educa en Libertad se pronuncian en GACETA.ES sobre la escuela laicista y mixta que propone Rivera.

“Es una intromisión inadmisible”, “discriminatoria”, “totalitaria”, “Ciudadanos está cometiendo un retroceso importante de las libertades y derechos” o “se van retratando con esta política radical de izquierdas” son algunos de los gritos que han lanzado los portavoces de estas plataformas ante el proyecto educativo presentado por Ciudadanos, que sorprende por su radicalidad.

Como ha informado este diario, Ciudadanos quiere imponer una escuela laicista y mixta, excluyendo a millones de familias que eligen modelos como la educación religiosa y diferenciada, y que supone una amenaza para los conciertos.
“Que se lo pague cada uno”, ha espetado el líder de Ciudadanos sobre la educación diferenciada.
Luis Carbonell, presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa):Si Ciudadanos lo que pretende es imponer un modelo educativo en contra del derecho constitucional de los padres a decidir la educación que quieren para sus hijos estará cometiendo un grave error y un retroceso importante de las libertades y derechos que tenemos todos los ciudadanos. Estaría yendo contra la propia esencia de lo que dice que para España, que son ciudadanos con capacidad crítica, libres y formados.
Toda imposición supone una falta de respeto hacia los derechos y libertades que tenemos las personas, como reconoce el artículo 27 de la Constitución. Definir la Educación que queremos para nuestros hijos, según los postulados ideológicos, filosóficos, morales o religiosos es una intromisión inadmisible que será contestada directamente por la CONCAPA. Va contra nuestros objetivos como son, por ejemplo, la libertad y la calidad de enseñanza. Confío en que rectifiquen ese mensaje, que imposibilita que millones de familias que vamos a colegios concertados podamos darle nuestro apoyo.
La educación diferenciada es una opción pedagógica más. Muchas veces se ignora que existe en países como EE UU, donde Hilary Clinton fue su gran impulsora para barrios, como puede ser Harlem, y que ha tenido muy buen resultado. La escuela diferenciada, el ‘homeschooling’, la escuela semidiferenciada o la escuela mixta no dejan de ser opciones pedagógicas válidas que no producen ningún tipo de problema en el resto de Europa. Por tanto, cuanta más pluralidad, más libertad. Todo lo que sea restringir la libertad es un error. Lo que sí que hay que exigir a la diferenciada como a la mixta es que se ajusten a la legalidad. Que sean realmente escuelas concertadas de verdad y no jueguen a dos barajas. Cumpliendo la legalidad no tienen por qué ser proscritas.
Mariano Calabuig, nuevo presidente del Foro Español de la Familia: Es una política radicalmente de izquierdas. Sigue la mista estela del PSOE. Falta al derecho que tenemos los padres de decir la educación que queremos para nuestros hijos.
Si hay familias que quieren la diferenciada no tienen la obligación de pagarla de su bolsillo. El artículo 27 de la Constitución dice que hay que garantizar a los padres españoles el tipo de educación que quieran de acuerdo a su ideario religioso y moral. Así, se salta a la torera los derechos de los padres, que son quienes educan y no el Estado.
Una escuela única es una medida propia de la izquierda radical. Lo están haciendo en Andalucía y es lo que el PSOE lleva queriendo implantar desde hace muchísimos años. Con este programa se van identificando.
Me ha sorprendido y no. Ciudadanos no se sabe de dónde viene. Contrasta con que en Cataluña defienda el derecho de los padres a recibir la educación en Castellano. No se puede ir queriendo dar lecciones de libertad y de derechos y cortar radicalmente el de las familias, que son la base de toda sociedad. Con el tema de la educación diferenciada que es a lo que atacan directamente no se enteran. Funcionó durante muchos años, la hay en muchos países y está dando unos resultados muy buenos. De discriminación, nada. Hombres y las mujeres son diferentes. Que ayuden a cualquier tipo de educación que pidan los padres y no se salten la libertad.
Blanca Escobar, portavoz de la plataforma en defensa de la libertad educativa ChequeEscolar.org: Es un modelo discriminatorio porque va en contra de la libertad de elección que tenemos todos los padres de elegir el modelo que mejor consideramos para nuestros hijos, tanto desde el punto de vista moral, como pedagógico. La formación diferenciada o la mixta son modelos perfectamente válidos que pueden coexistir.
Imponer un modelo único es una cosa totalitaria porque estaríamos haciendo que únicamente aquellos que tienen medios para costearse un centro privado sean los que tengan capacidad de elección. Y es discriminatorio porque al que no tiene medios se le impone un criterio que puede no compartir.
El sistema laico es válido cuando son los padres quienes lo eligen. Es este programa las familias que quieren una educación religiosa quedan apartadas. Varias sentencias del Tribunal Supremo con respecto a la asignatura de Religión establece que ésta tiene que ser curricular, algo que se está incumpliendo sistemáticamente también con la LOMCE.
Muchos temas de los que están intentado imponer los venden desde un punto de vista inclusivo, mientras que lo que están haciendo en verdad es excluir a mucha gente de un sistema educativo que pueden no compartir. Nosotros proponemos un sistema de financiación que permita que los padres tengan ese medio de elegir un colegio u otro. En la actualidad, con el sistema que hay, tanto de conciertos, como el de escuela pública al final el que no tiene medios económicos no tiene capacidad de elección.
No ha sorprendido de Ciudadanos porque desde que en 2008 leí su programa electoral supe por donde iban los tiros con Educación para la Ciudadanía, la educación laica y la pública. Se  veía venir. Lo dejaron un poco aparcado porque tampoco tenían posibilidad de llegar al Gobierno y fueron por otros derroteros, como el nacionalismo.
Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de la Confederación de padres de alumnos (COFAPA): Tenemos que defender e intentar que cada familia pueda elegir el centro educativo que quiera par sus hijos, que vaya en relación con lo que ellos están enseñando en casa para que familia y escuela vayan juntos y de la mano y ese equipo necesario entre los padres y los profesores se pueda dar. Lo que tiene que haber es una pluralidad de modelo y mientras haya demanda en el colegio concertado que sea, éste se debe defender y mantener.
Creemos en la libertad y pedimos a todos los partidos políticos que defiendan la libertad de los padres, lo que los padres quieran para la educación de sus hijos y que dentro de esa libertad que exista pluralidad. Tanto la legislación como los partidos políticos lo que tienen que hacer es salvaguardar la libertad de los padres para poder educar a sus hijos en el modelo educativo que consideren más oportuno.
Entre todos tenemos que intentar ir hacia un modelo que sea equitativo, que ayude a todos los alumnos y que centrado en la figura del profesor ayuden a cada alumno en equidad, en sacar lo mejor de cada uno, que el talento que tiene cada alumno pueda aflorar y así se conseguirá un gran éxito educativo.
José Ignacio Martínez, portavoz de la plataforma España Educa en Libertad: Es más de lo mismo, de lo que persiguen los partidos socialistas, de izquierdas. Creo en la libertad de educación e imponer la forma en la que uno tiene que educar a sus hijos es una imposición que no tiene lugar en una democracia.
Estamos en un Estado aconfesional, en el que hace ya tiempo que los conciertos son voluntarios. A nadie se le obliga a entrar en un colegio concertado, con una ideología concreta.
Lo del concierto de la diferenciada entra dentro de lo mismo. De hecho, recientemente ha habido una sentencia favorable a este tipo de centros. En un país libre y plural como defienden, tiene que existir. Lo estamos pagando nosotros con los impuestos, no los partidos. No hay ningún tipo de discriminación por sexos, es un modelo educativo perfectamente democrático y no entiendo dónde está el problema.
Estas medidas tienen tintes de que no respetan la libertad de educación, que está consagrada en la Constitución y en los derechos humanos. En este caso, ocurre lo mismo que en la Ley anterior a la LOMCE, en la que también había un montón de imposiciones que atentaban contra la libertad de educación. Esto lo consagra no solamente la constitución, sino los últimos tratados europeos que además de la libertad de la educación hablan incluso de la libertad pedagógica. Lo de Ciudadanos es una falta de respeto hacia la libertad. Me extraña esta actitud de ellos cuando se supone que son gente que busca la mejora. Se equivocan.

la gaceta

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