El retiro ha sido extraordinario. He salido más enamorado que nunca de Dios y de su Madre. Con fuerzas renovadas para gastar mi vida al servicio de los demás.
Para vivir con más generosidad el año mariano de la familia. Para animarme y animaros a todos a ser protagonistas de la mayor aventura humana: llevar la luz y el calor del evangelio por todas partes. He tenido presente vuestras intenciones
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