Palabras para caminar: Las mareas del mar

1. – ¡Qué misterioso es el mar! ¡Qué misteriosas son sus mareas! Una inmensa masa de agua siempre en movimiento. Sube y baja de niveles. Pareciera estar jugando al escondite con la tierra. Un mar tranquilo y sin movimiento y sin cambios sería aburrido y hasta es posible que sus aguas dejasen de estar limpias y cristalinas.

Flickr: Daniela Gama

 

2.- La vida tiene también sus mareas: altas y bajas. Días de sol y días de sombras, días de luz y días de oscuridad. ¿No serán también esas mareas de mi vida como lo que le da vida y le da movimiento y la conserva siempre limpia? Nadie se asusta de las mareas altas ni de las bajas. ¿Por qué asustarme de esos días oscuros y con nostalgia de los luminosos?

3.- La vida tiene también sus mareas: altas y bajas. Días de fiesta y días de trabajo. Días de estreno de nuevo terno y días del buzo o el uniforme de oficina de cada día. Los días de fiesta alientan para los días de trabajo. Los días de trabajo hacen ansiar los días festivos. Así la vida está en constante movimiento, purificándose a sí misma.

4.- La vida tiene también sus mareas: altas y bajas. Días de felicidad y días de sufrimiento. ¿No son igualmente días de mi vida? Tanto debo vivir cuando estoy feliz como cuando debo sufrir. La felicidad y el sufrimiento son el gran diálogo de la vida consigo misma. Los días felices me dan fuerza y esperanza para los días de dolor, y los días de dolor me hacen esperar los días felices.

5.- La vida tiene también sus mareas: altas y bajas. Días de buena salud y días de enfermedad. Días en los que no duele nada, y días en que a uno le duele todo. Y son los mismos días del calendario de la vida. Los días de salud me dan fuerza para luchar contra la enfermedad, y los días de enfermedad me hacen esperar ilusionado los días de buena salud. Así dialoga consigo la vida.

6.- La vida tiene también sus mareas: altas y bajas. Días de buen humor, con la chispa encendida. Y días de mal humor. La chispa está apagada. Pero son los mismos días, igualitos a todos. Los días de buen humor me recupero para esos malos días de chispa apagada o incluso sin chispa. ¿Y por qué dar de patadas contra esos feos días de mal humor, si al día siguiente amaneceré con un entusiasmo estupendo…?

7. – La vida tiene también sus mareas: altas y bajas. Días de lucha y tentación. Y días en los que seguir a Cristo parece autopista asfaltada. Días en los que me resulta fácil decirle sí a Dios. Y días en los que todo lo veo difícil. ¿Por qué desesperarme por esos días de lucha, de tentación, de debilidad, si sé que mañana seré más fuerte y todo volverá a parecerme fácil?

Clemente Sobrado C. P.


Archivado en: Vida Tagged: calma, mar, marea, pruebas
00:19

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