Son: Juan, Diego, Antonio, Santiago y Policarpio. A los dos últimos los conozco más, pero me alegro por todos ellos, al acercarse a la soñada meta del presbiterado con este paso fundamental y lleno de compromiso, que es el diaconado. Para ustedes, sus familias y el Seminario, mi oración, afecto y recuerdo ¡Felicidades!
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