El primer jueves después de Pentecostés celebramos a Jesucristo Sacerdote. Buena fecha para pedir por los sacerdotes para que sean una prolongación eficaz de Jesucristo. Yo le cantaré, recordando y pidiendo por totos mis amigos sacerdotes, este entrañable canto:
Jesucristo Sacerdote en la Cena y en la Cruz se ha ofrecido al Padre Eterno para ser nuestra salud. Y encargó a sus sacerdotes, antes de ser entregado, el sagrado memorial que libera del pecado.
Gloria a Cristo Sacerdote, que nos mandó celebrar la sagrada Eucaristía, sacrificio y memorial.
Jesucristo Sacerdote por la imposición de manos transmite su sacerdocio que es tarea y es regalo. Y nos dejó para siempre estos poderes sagrados que al santificar a otros van también santificando.
Jesucristo Sacerdote, después de resucitado, da poder a sus Apóstoles de perdonar el pecado. Los sacerdotes de hoy siguen también perdonando, herederos como son de tan precioso legado.
Jesucristo Sacerdote antes de subir al cielo encomienda a los Apóstoles predicar el Evangelio. Los sacerdotes de hoy también predican con celo, llevando por todo el mundo la salvación y el consuelo.
Gloria a Cristo Sacerdote, que nos mandó celebrar la sagrada Eucaristía, sacrificio y memorial.
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