España tiene un 72% de católicos y un 41% dice ser practicante. Un 13 % asiste todos los domingos. Lo increíble es que ese 13% no tenga ningún partido que le represente, que defienda sus intereses, que sea la voz del cristianismo en la sociedad. Somos más de un 10% de la población y no tenemos voz ninguna en los órganos de representación de la voluntad popular. En este país, cualquier minoría, cualquier grupo, tiene más peso político que todos los católicos.
A pesar de ser tantos, los partidos políticos se dividen en dos grupos: los que nos dejan tranquilos y los que están decididos a perseguirnos con todo el poder de las leyes.
La única perspectiva ahora mismo es que, en materia religiosa, el PP se transforme en una versión algo menos anticlerical del PSOE. Yo no tengo poder desde este blog para organizar cosas, ni es mi misión. Pero corresponde a los católicos laicos organizar algo.
Todos los partidos miman a sus electores, incluso cuando no tienen razón. El PP ha decidido dar definitivamente la espalda a los católicos, a la Iglesia y al Evangelio. De momento no es anticlerical. Pero muchos de sus jerarcas políticos ya han dejado bien claro que no les faltan ganas.
¡Que somos un 13% de católicos practicantes! Por favor, ¿hasta cuando esta situación? Hay que ponerse manos a la obra ya. Debimos haberlo hecho hace años. El Poder sólo entiende el lenguaje de la presión popular organizada. Mientras no hablemos su lenguaje, seguiremos sin influir en la sociedad.
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