
Esta mañana, mientras preparaba el oratorio para celebrar la misa de hoy, se ha acercado cariacontecido uno de los niños de cuarto:
-"No he podido meter ningún gol, don Joan".
La verdad es que no he caído en la cuenta de lo que le pasaba y le he consolado así:
- No te preocupes, ya los meterás otro día.
- Sí, pero ¿vale con que ofrezca mi trabajo?
- ¿Vale? ¿Para qué vale?
- Por Pep
Entonces he entendido. Se esforzó por meter un gol y no lo consiguió. No había podido ofrecer por Pep lo que yo les había sugerido. Podéis comprender que me ha llegado al alma:
- Jesús está muy contento contigo y a para Él vale más el esfuerzo por meter los goles y ofrecérselos, que el hecho de que los hayas metido. Claro, puedes ofrecer el trabajo y todas las cosas buenas que haces y también las ganas de hacerlas!
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